A quí no caben los euroescépticos. Pero sí los eurocríticos. Sí la gente que piensa que si algo tiene que ser la Unión Europea es un espacio para mejorar la vida de las personas por encima de cualquier otra consideración. No es un mal punto de partida el que han elegido los estudiantes de 3º F de Educación Secundaria Obligatoria del Instituto Pintor Luis Sáez para su participación en el concurso Euroscola del Parlamento Europeo. Se trata de una iniciativa, que ya tiene 20 años, por la que se trata de implicar a los más jóvenes en la idea de Europa y en el hecho irrefutable de que lo que allí se decide tiene mucho que ver con la vida cotidiana de todos. El premio es un viaje a Estrasburgo, una ayuda económica para realizarlo y la oportunidad, para  estudiantes y docentes, de compartir experiencias con otros ganadores de los países miembro.

Impulsada por su profesor de  Ciencias Sociales, Carlos Sancho, y apoyada por la de inglés, Gloria Álvarez, esta clase se animó a participar y está disfrutando mucho de hacerlo pues les está permitiendo realizar actividades poco frecuentes en la vida lectiva cotidiana. Ya han pasado la primera fase, que consistió en la resolución de un test sobre asuntos europeos, junto con otros 394 grupos de distintos institutos del país, de los 607 participantes en total.

 La segunda parte es más elaborada y tienen que presentarla en forma de blog antes del 10 de abril. Los contenidos de las bitácoras tienen que ver con los asuntos europeos que han elegido para trabajar y para desarrollarlos están utilizando todo tipo de herramientas: encuestas ciudadanas, charlas a alumnos más pequeños y a los usuarios del CEIS,  una iniciativa en change.org, entrevistas con políticos locales y con profesores...

La clase se ha dividido en cuatro grupos y cada uno de ellos va a presentar un contenido diferente en su blog. Uno consiste en la recogida de firmas a través de una plataforma de internet para que se establezca un impuesto a las transacciones financieras; otro está enfocado a cómo las pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse de más ayudas económicas europeas; un tercero, tiene que ver con la participación ciudadana y las elecciones del próximo 25 de mayo y, finalmente, el cuarto está orientado a sondear si sería posible una hipotética unificación del sistema educativo teniendo en cuenta, claro, las peculiaridades de cada país.

Para llegar al plazo previsto en el concurso, los estudiantes están  apretando el acelerador y confiando en que sus aportaciones serán tenidas en cuenta por el jurado que tomará la decisión.

En el ánimo de la clase hay un apoyo absolutamente explícito a la realidad europea aunque no exento de crítica constructiva. Escuchando a los chavales se llega a la conclusión de que los representantes políticos deberían tenerles mucho más en cuenta para ser consecuentes y apoyar a una juventud que, ahora mismo, no tiene las cosas muy fáciles y que, a pesar de ello apuestan por la Unión Europea.

«Creo que han conseguido con sus proyectos realizar propuestas para mejorar las política europeas y destacar por qué esta realidad es importante en las vidas de todos nosotros», explica el profesor, Carlos Sancho, que reconoce que Europa no pasa por su mejor momento debido a la crisis económica, algo que comparten los estudiantes. Pero que no les ha desanimado en absoluto.