Uno de cada 10 adolescentes se ha sentido acosado en redes sociales

Angélica González / Burgos
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Acción en Red publica uno de los trabajos más completos que se han hecho en España sobre el uso que dan los jóvenes a esta forma de comunicación. Ha analizado 1.394 encuestas contestadas por estudiantes de 7 institutos

Los autores del trabajo: Ana Balbás, Álvaro López, María Ángeles González, Fernando Lara, Laura Martínez y Jon Kepa Iradi. Falta Esther Hoz. - Foto: Luis López Araico

 
Prácticamente no hay adolescente que no esté continuamente con la mirada fija en su teléfono móvil. Y no es una percepción adulta. Se trata de un dato científico obtenido por el trabajo de investigación que acaba de hacer público la ONG Acción Red Uso de las redes sociales en jóvenes, que asegura que las utilizan el 98,7% de los chavales de edades comprendidas entre 11 y 17 años. Tal es así, que los autores del estudio entienden que  frente a la inquietud  social por los peligros de la red, «hoy la preocupación puede ser por los que no están en ella, ya que corren el riesgo de la exclusión, de ‘no existir’». 
Así las cosas y sentadas ya las bases sobre la inmensa utilización de estos sistemas comunicativos,  este grupo profesional ha explicado que un 11,4% de los chavales manifestó que alguna vez se ha sentido acosado a través de las redes sociales (más chicas que chicos) y un 10,4% contó que lo ha padecido de forma presencial (también con un numero superior de mujeres). Estos porcentajes aumentan en función de la edad. En 2º de la ESO estaba en un 2,9% mientras que el de 1º de BACH se incrementó hasta el 8,6%.
El 68,46% aseguró haber presenciado insultos, una cifra que también se hizo más grande conforme avanzaban los cursos. Pero parece que hay que quitarle importancia porque dicen los expertos de Acción en Red que es necesario tener en cuenta que emplear insultos tiene «significados diversos». Aseguran los autores del estudio que «aunque tradicionalmente se ha considerado como un acto amenazador, descortés o de agresividad lingüística hoy día constituyen una cierta forma de identidad entre muchos jóvenes». 
Este trabajo, que puede considerarse uno de los más completos publicados hasta ahora en España porque cuenta con 1.394 encuestados de siete institutos de educación secundaria, pone en evidencia también que un 38,59% de los chavales han presenciado amenazas en las redes sociales; un 36,48% ha visto robos o suplantaciones de identidad y un 60,39, comentarios ofensivos. «Respecto a si alguna vez han difundido insultos, amenazas o imágenes de agresiones los porcentajes son relativamente altos, un 28,7% en el caso de los insultos», explicó Mª Ángeles González, una de las autoras y coordinadora del programa de prevención de la violencia de género Por los buenos tratos, de Acción en Red. El equipo investigador se completa con Jon Kepa Iradi, educador social; Laura Martínez, psicóloga; Ana Balbás, educadora social; Álvaro López, licenciado en Administración y Dirección de Empresas; Esther Hoz, pedagoga y Fernando Lara, doctor y catedrático de Psicología y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Burgos.
El uso mayoritario que los jóvenes dan a las redes sociales es «para hablar con los amigos», seguido de «para contactar con gente que vive fuera» y, en tercer lugar, «para enviar fotos de fiestas o reuniones». En menor medida se utilizan «para ligar» y «para cotillear». En esta casuística se aprecia el sesgo de género puesto que el ítem ‘para cotillear’ fue utilizado por un 75,6% de las chicas frente a un 61% de los chicos; ‘para ligar’ fue la apuesta del 46,9% de los varones y del 33,9% de las mujeres y ‘para desahogarme’ fue elegido por un 65% de las féminas frente a un 49,5% de sus compañeros. Las redes favoritas son, por este orden WhatsApp (que es un servicio de mensajería pero se ha considerado una red por ser muy utilizado), Tuenti y Twitter. 
El grupo ha advertido que los adultos no deben utilizar el miedo como estrategia educativa: «No se debe repetir el error que se hizo con las drogas o la educación sexual, señalando solo los riesgos». Pide, además, una alfabetización digital que incluya un aprendizaje, normas de uso y educación en el manejo de la tecnología desde lo positivo. También sugieren que se reflexione sobre el concepto de intimidad «porque está cambiando entre los jóvenes y se tiende a ver el lado negativo y no que su buen uso puede ayudar a romper estereotipos o a potenciar el respeto a la diversidad».