Al nuevo archivo de la Diócesis le falta un año para estar operativo

I.L.H. / Burgos
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Las dependencias de la Facultad de Teología que estuvieron ocupadas por Cáritas estarán listas en verano de 2014. CPA y Estructuras Metálicas Ruiz González trabajan en el edificio

Imagen de las ventanas tapiadas, salvo la de la izquierda, que queda abierta hasta la mitad. - Foto: Jesús J. Matías

Han pasado seis meses desde que comenzaron las obras en las dependencias de la Facultad de Teología que estuvieron ocupadas por Cáritas. El Arzobispado de Burgos quiere trasladar allí el archivo de la Diócesis porque hace años que el sótano de Martínez del Campo en el que se custodian todos los documentos que recogen la historia cotidiana de las parroquias se quedó pequeño. El nuevo archivo pretende triplicar su capacidad de depósito y consulta, pasando de 2.000 metros de estanterías de almacén a 6.000. Para ello es necesaria una reforma prácticamente integral de esa zona del inmueble que ocupa unos 1.300 metros cuadrados construidos. Y además acondicionarlo a las necesidades de un archivo al que puedan acceder investigadores y usuarios.

En ello está la empresa CPA, adjudicataria de las obras que sufraga el Arzobispado. En este medio año de intervención se ha conseguido avanzar lo suficiente como para que ya se reconozcan las zonas en las que se dividirá el espacio -ha habido que modificar alturas falseadas de intervenciones anteriores-, se han tapiado las ventanas que comunicarán con los almacenes donde deben custodiarse los documentos, se han descubierto arcos que estaban ocultos por anteriores obras y se han empezado a colocar los forjados al aire sobre los que se sustentará la zona de depósito.

Las obras, presupuestadas en 1.153.000 euros, van a «buen ritmo» según el aparejador de la curia, Víctor Ochotorena. Ocho trabajadores de CPA y de Estructuras Metálicas Ruiz González intervienen en la reforma del inmueble, aunque desde el exterior apenas se percaten los viandantes. Y cuando concluya la obra, los ciudadanos tampoco deberían notarlo porque la fachada del edificio quedará prácticamente igual. Salvo por la entrada de la luz.

Ventanas opacas

En el exterior del inmueble se sustituirán las rejas que actualmente ocultan las ventanas por una chapa de zinc micro perforada que igualará la estética de la fachada. Las ventanas que dan a la calle Martínez del Campo estarán tapiadas por el interior para que no pase la luz a la zona de depósito, salvo aquellas más cercanas a la entrada de la biblioteca de la Facultad, que darán luz y ventilación a las oficinas del archivo.

En esa estancia de la entrada, que también acogerá la sala de microfilmación, habrá suelo radiante, al igual que en la zona de consultas junto al claustro en el que podrán trabajar 20 investigadores. En el resto de las estancias, que corresponden con los cuatro almacenes para depósitos estancos, se instalará un sistema de climatización que controlará la humedad y temperatura, que necesita ser constante para la conservación de los documentos. Bajo el suelo se colocará una cámara ventilada.

Sala de lectura, pendiente

El proyecto de obra que se está ejecutando en estos momentos no incluye intervenir en el claustro. Sin embargo el Arzobispado tiene intención de cubrirlo y darle un uso concreto como sala de lectura para la biblioteca de la Facultad de Teología y, por lo tanto, ajeno al archivo de la Diócesis.

Para actuar en esta zona aún no tienen licencia, pero el aparejador de la curia, Víctor Ochotorena, trabaja ya en la redacción del proyecto porque el objetivo es conseguir la autorización mientras duran las obras en el archivo y así adecentar este espacio al mismo tiempo.