«Soy el candidato que puede garantizar la unidad»

BENJAMÍN LÓPEZ (SPC)
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El candidato a la Presidencia del PP confiesa que le hace mucha ilusión transformar su partido

Se presenta a estas elecciones para suceder a Mariano Rajoy con solo 37 años, pero con una trayectoria política digna de un veterano. Asegura que su gran fortaleza es que siempre ha defendido los mismos principios ideológicos que identifican a su partido, que no trae mochilas del pasado y que precisamente por eso solo él puede unir al PP internamente e ilusionar al votante. A su juicio, el PP se enfrenta a una coyuntura histórica en la que se va a decidir si emprende el camino para recuperar la hegemonía del centro-derecha español o se hunde por debajo de los 100 escaños. 

¿Cómo lleva esta campaña histórica para el Partido Popular?

No hay nada comparable a poder transformar tu partido, por el que has dado la mitad de tu vida, y a la vez hacerlo para poder transformar España. Es verdad que es agotador, estamos haciendo una media de 1.000 kilómetros diarios y vamos a hacer en total cerca de 20.000. Es un esfuerzo de no comer, de no dormir, de no ver a la familia y también económico, pero el PP necesita volver a recuperar la ilusión. 

Pero esa ilusión que muestra parece que no llega a los afiliados ya que solo se han inscrito 66.000 personas para votar en estas primarias...

Yo me llevo pateando las sedes del partido desde que estoy en política y solo llevo en el organigrama algo más de dos años. Tenemos que ser autocríticos. En los últimos años ha habido muchos militantes que han desconectado y que tienen que reconectar. Afortunadamente, estoy convencido de que el próximo jueves podrán votar en libertad a la candidatura que quieran. Creo que lo importante es que después de este proceso, el partido salga unido. Y estoy seguro de que así será. Yo afronto la campaña en positivo, para hablar de nuestro partido, de su historia, de sus dirigentes y sobre todo, de su futuro.

«Si yo gano, nadie pierde. El voto es vuestro, que nadie os diga a quién votar». Esa es una frase que usted ha lanzado en la campaña. ¿Por qué? Da la impresión de que está sugiriendo presiones a los afiliados.

Soy el candidato que puede garantizar la unidad. El resto de candidaturas han demostrado durante los últimos diez años que puede haber una fractura grande dependiendo de quién gane las elecciones primarias. Para volver al Gobierno debemos estar unidos. Llevo todos estos días insistiendo en eso. La unidad es nuestro pilar más importante. Cuando termine el Congreso, todos a una. Ninguno de nosotros, yo el primero, está por encima de las siglas del partido. 

¿El peor fuego es el fuego amigo?

Solo hay que ver cómo ha quedado el PSOE, por mucho que le haya salido la carambola, reducido a 84 escaños. Si el Partido Popular no sale fortalecido de este proceso, no sale unido, bajaremos de los 100 escaños. 

¿Por qué se decidió a dar el paso? Usted es muy joven, seguro que iba a tener más oportunidades. ¿Cree que era ahora o nunca?

El ahora lo decidí al comprobar que parecía que a nadie le ilusionaba dar el paso, afrontar este reto. 

¿Cree que todos los candidatos defienden los mismos principios ideológicos para el PP?

Yo he presentado mis principios, mi pensamiento. Todos los afiliados saben cómo y qué pienso. Para mí lo más importante es la ideología, y de hecho hasta en los peores momentos la he enarbolado. Tengo portadas de medios nacionales y entrevistas de hace años en las que defendía la bajada del IRPF, hablaba contra la actual ley del aborto y contra la excarcelación de Bolinaga. La semana pasada dije que quiero que Ortega Lara y María San Gil vuelvan al Partido Popular. Y siempre he dicho que el artículo 155 se tenía que haber aplicado antes y afectando a TV3. No he renunciado nunca a mis principios.

¿Cómo habría actuado en relación a Cataluña? 

Lo primero apoyar al partido allí para volver a ser la fuerza que represente a esa España de los balcones y a esa sociedad civil que quiere luchar contra el secesionismo. También, un reforzamiento institucional que recupere el recurso previo de inconstitucionalidad; que vuelva a incluir en el Código Penal el delito de sedición impropia y el de convocatoria ilegal de referéndum, y que aplique la ley de partidos a aquellos que incluyan fines ilegales. Y esto no solo lo digo en campaña. Por decir esto hace un año pidió mi reprobación en el Congreso Tardá.

¿Prefiere usted un PP con más votos o un PP más pegado a sus principios?

Cuando el PP se ha mantenido fiel a sus principios hemos tenido más votos. Hablo de los principios de honestidad, de libertad, de defensa de la familia, de la unidad de España y de las víctimas del terrorismo. Esos cinco principios que llevo en mi candidatura son los que nos han hecho ganar elecciones. No aspiro a comentar lo que sucede en España sino a decir lo que tiene que ocurrir.

El PP ha gobernado seis años, cuatro con mayoría absoluta y dos con mayoría simple, pero se les acusa de haberse olvidado de sus principios y de sus votantes. ¿Cree que ha ocurrido eso?

La primera legislatura estuvo enfocada a superar la amenaza del rescate y hubo cinco leyes macroeconómicas con las que yo me identifico. Creo que la reforma de la administración tuvo que ser mucho mayor, tuvimos que haber adelgazado mucho más la administración, que era lo que la gente nos pedía. Y respecto a la reforma fiscal, fue probablemente tardía. Se hizo, sí, pero yo me comprometería a seguir bajando los impuestos. En la segunda legislatura hemos gobernado en minoría. Pero lo que no se ha comprendido es por qué, por ejemplo, la reforma educativa no se puso en vigor íntegramente cuando estaba ya aprobada. Se han cometido errores pero si ha habido uno por encima de los demás ha sido el de no contrarreformar las leyes sectarias del Gobierno de Zapatero. Debimos tumbar la Ley del Aborto para ir a ley de Felipe González del año 85 y también la Ley de la Memoria Histórica, por divisoria y por ineficaz. Pero yo no estaba allí entonces, llegué en el 2015. 

Hablemos de la corrupción. ¿Considera que el Partido Popular ha gestionado bien esos casos o usted habría hecho algo diferente?

Yo he tenido muchos problemas internos dentro del partido por exigir mano dura con la corrupción. Incluso alguno de los implicados en casos de corrupción de Valencia o de Madrid se querelló contra Javier Maroto y contra mí por las declaraciones que hicimos. He pedido dureza contra aquellos que han sido corruptos pero al mismo tiempo creo que he sido generoso a la hora de defender las siglas del partido. Y he dado la cara en los peores momentos. Soy el que bajaba a las ruedas de prensa cuando perdíamos elecciones; cuando se ganaban, entonces bajaban otros.

¿Si gana Pablo Casado al PSOE se le acaba el comodín de la corrupción para atacar al PP?

Al PSOE y a Ciudadanos. Y también se les acaba el comodín de la regeneración y el del relevo generacional. El PP lleva 30 años dirigido por la misma generación, desde que surge Aznar, con Rajoy y sus colaboradores. Es una generación que ha hecho una labor ejemplar, pero no está mal que cada 30 años se dé paso a una nueva hornada de políticos. Y digo hornada, no generación, porque conmigo quiero llevar a gente mayor que yo que hasta ahora no ha tenido una oportunidad de estar en puestos directivos. Esto ha pasado en todo el mundo, en Canadá, en Colombia la semana pasada, en Francia, en el Reino Unido con Blair, en Austria, en Serbia, en Estonia... En Europa hay ahora seis o siete líderes de menos de 40 años. La gente quiere cambio. Yo no apuesto por un cambio rupturista pero tampoco continuista. Aspiro a representar ese cambio tranquilo pero ilusionante que los afiliados nos piden. 

Usted dice que su principal fortaleza es que no trae mochila a la espalda. ¿Qué le diría a los que ven en su inexperiencia como gobernante su principal debilidad?

Les contestaría con una frase de Obama a McCain en un debate cuando le acusaba de no tener experiencia: «Tengo la suficiente poca experiencia para saber lo que hay que cambiar en Washington». A mí me pasa lo mismo con el PP y con España. Creo que la sociedad española no quiere mochilas y que quiere cambio. En todo caso sí tengo la experiencia suficiente: llevo 15 años en política, fui cabeza de cartel por la provincia de Ávila  y he aprendido con los dos mejores presidentes que ha habido, como portavoz de Rajoy y como jefe de gabinete de Aznar. Y, además, la política es coral y por eso me dejo asesorar por los mejores y contaré con ellos, con Pizarro, con Daniel Lacalle, con ministros como Eduardo Serra, con Josep Piqué...

¿Qué propuestas incluiría si es elegido presidente? 

Una revolución fiscal para bajar el IRPF por debajo del 40 por ciento, reducir el Impuesto de Sociedades a la mitad, y suprimir el de Patrimonio, Donaciones y Sucesiones. Aplicaría la ley educativa para que se estudie español en toda España, que no es mucho pedir, que se inspeccione el adoctrinamiento, y se seleccione al profesorado a nivel estatal. Una Ley de Memoria Dignidad y Justicia para reivindicar las victimas del terrorismo y evitar cualquier concesión a sus verdugos...

Supongo que habrá escuchado la frase: «Si no fuera por el tema del máster, Pablo arrasaría en las primarias». ¿Le preocupa este asunto?

En absoluto. Yo he dado todas las explicaciones, probablemente más de las que debía en un tema tan menor, tan absurdo y tan ridículo. Creo que el que intenta amplificarlo hace el ridículo. Tengo una trayectoria impecable en la política y en la vida personal y no sé si todos pueden decir lo mismo. 

Usted debe de ser de los pocos en el PP que habla bien y tiene buena relación con José María Aznar y con Mariano Rajoy al mismo tiempo...

Difícilmente vas a recuperar el centro-derecha si ni siquiera te reconcilias con tu partido y con una persona como Aznar que, junto a Rajoy y Fraga, ha sido imprescindible para España y para el PP como refundador. Por eso solo yo puedo decir que aspiro a ser el presidente de la unidad. Cuando oigo críticas a Aznar por parte de exministros y exalcaldes de esa época, me parece igual de desleal que si yo ahora critico a Rajoy. Y me siento orgulloso de que se pueda decir que no reconozco enemigos, que me llevo igual de bien con Soraya que con María Dolores, con Esperanza que con Cifuentes, que con Aznar que con Rajoy. Eso es unidad. El afiliado no quiere broncas, quiere que seamos la plaza mayor de España, no una corrala de intrigas. Y si no estamos orgullosos de nuestro partido cómo vamos a pedirle a la gente que nos vote.

Tanto María Dolores de Cospedal como Soraya Sáenz de Santamaría cuentan que le han ofrecido integrarse en sus respectivas candidaturas.

Con María Dolores he trabajado muchos años; con ella comparto principios. Y Soraya es una persona trabajadora que ha hecho una buena labor en el Gobierno. Pero mi candidatura es la que representa la unidad. Creo que si gana otra candidatura va a haber una gran parte del partido que no se va a sentir identificada. Yo también les he ofrecido integrarse en mi candidatura y si gano tendrán el sitio que bien merecen en el partido.

¿Y si pierde?

Si pierdo no voy a pedir nada para mí, pero siempre estaré al servicio de mi partido.