Projects Cars nace de la idea de un grupo de programadores, que tenían en mente desarrollar un título de conducción realista, pero sin dejar de lado unos altos valores de producción. Slightly Mad Studios quería crear un simulador automovilístico que pudiera transmitir sensaciones de simulación pura, pero con un apartado visual de vanguardia. Lo cierto es que los juegos de coches que llegan al mercado para consolas, suelen tener un alto componente arcade, buscando diversión directa sin muchas complicaciones, enfocados a un público impaciente, que demanda recompensas inmediatas y fáciles de conseguir. Este producto tiene un planteamiento completamente opuesto. Aquí no hay nada sencillo y cada logro que se consigue, es gracias a la habilidad.
Una de las primeras cosas que llama la atención en esta producción, es que casi todo está desbloqueado desde el inicio. En títulos como Gran Turismo o Forza Motorsport, lo común es empezar desde categorías inferiores, e ir subiendo poco a poco. En esta ocasión, se ofrece la posibilidad de comenzar desde las competiciones más potentes, donde aguardan los mayores retos. Uno de los grandes logros de esta producción, es la inmensa cantidad de opciones que pone a disposición de los aficionados. Casi todo se puede configurar a gusto del usuario, desde la dificultad de los rivales, las inclemencias del tiempo, hasta el más mínimo detalle mecánico del vehículo. Esta sensación permea todo los aspectos del juego, dándole a los seguidores un control total, que agradecerán los más puristas del motor.
Otro punto ganador del título es su fantástica representación gráfica de coches y pistas disponibles. Project Cars entra por los ojos gracias a una calidad visual espectacular, con multitud de detalles que dan fe del mimo puesto a la hora de crear esta obra. Los circuitos se ven fantásticos, al igual que los vehículos, pero hay que quitarse el sombrero ante el trabajo realizado con todo lo relacionado con la climatología y el ciclo día/noche. Es una gozada estar compitiendo a toda velocidad y contemplar los tonos anaranjados del atardecer, que da paso a un anochecer de forma realista. No es un añadido meramente estético, ya que afecta a la visibilidad o el comportamiento de los neumáticos.
Donde realmente demuestran lo que valen este tipo de simuladores, es en la respuesta del mando a las acciones. Afortunadamente, el control está muy refinado, pero el nivel de exigencia es bastante más alto del que se estila en la actualidad. Aquí no se puede correr a lo loco y pisar en freno en el último momento. Esto no es un Need for Speed. Hay que medir muy bien la velocidad, frenar progresivamente antes de llegar a una curva y saber salir de ella por el mejor trazado. El control es difícil de dominar, pero altamente gratificante cuando se consigue.
Realismo sería la palabra que mejor define a Project Cars. Todo en esta producción está pensado para satisfacer a los usuarios más puristas, pero sin discriminar al resto. Dispone de todos los modos de juego que se pueden esperar en este tipo de títulos (carrera rápida, contrarreloj, online, etc.) y una cantidad de opciones de configuración que abrumarán a los menos expertos. La parte visual hará las delicias de los que busquen disfrutar con bellas imágenes, con ciclo día/noche y climatología dinámica. Está especialmente recomendado para los amantes del mundo del motor.