«La fecha no ha sido la mejor, pero la integración de Enfermería tiene ventajas que conviene no retrasar»

Gadea G. Ubierna / Burgos
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Manuel Pérez Mateos • Vicerrector de Ordenación Académica de la UBU

Manuel Pérez Mateos, vicerrector de Ordenación Académica de la UBU. - Foto: Luis López Araico

Perfil. Burgalés de 59 años, se licenció en Santiago de Compostela en 1978 y, desde entonces, se ha labrado un extenso currículo en la Universidad. Fue vicerrector en la comisión gestora que puso en marcha la UBU, es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y desde 2008 compagina la investigación con la gestión en el equipo de Alfonso Murillo.

Casi desde que se creó la Universidad de Burgos, hace ahora veinte años, se ha hablado de integrar la Escuela de Enfermería en la institución académica. Un propósito en el que se empezó a trabajar más o menos en serio en 1996 y que se materializó, por fin, hace diez días. Sin embargo, lo que se suponía que iba a ser recibido con aplausos ha sido causa de una de las polémicas más agrias de los últimos años en el Campus. Y uno de los responsables de dar explicaciones y, a ser posible, calmar los ánimos ha sido el vicerrector de Ordenación Académica, Manuel Pérez Mateos. Con el objetivo de aclarar dudas acerca de este asunto y de dejar claro que «ni ha habido ni hay ningún problema con la Junta» atiende a Diario de Burgos en su despacho.

¿Le ha sorprendido la polémica con Enfermería?

Totalmente. Me sorprende que una excelente noticia se haya convertido en un problema. En realidad, el único problema ha sido el retraso de las clases al 1 de octubre; algo que, por otra parte, no supone pérdida de la docencia porque escasamente llega a una semana real de días lectivos y se puede recuperar. Y luego está el tema del horario, que en ningún momento hemos dicho si iba a ser de mañana o de tarde. Sí es verdad que para facilitar que los profesionales sanitarios puedan impartir las clases en este grado, el horario adecuado es el de tarde. Tienen que solicitar incompatibilidad y muchos de ellos tienen actividad asistencial por la mañana. Y también hay que tener en cuenta que las prácticas se hacen en centros asistenciales, centros en los que suele haber mayor actividad por la mañana y se podrían programar prácticas si la teoría es por la tarde. Haremos todos los intentos posibles para impartir las clases por la mañana.

¿Qué explicaciones ha dado la Junta al equipo rectoral, si es que ha dado alguna, por el retraso en la integración?

Yo esto lo quiero aclarar bien. No hemos tenido ni tenemos, y lo digo de verdad, ningún conflicto ni problema con la Junta. Ninguno. Es más, en justicia tengo que decir que el consejero de Sanidad [Antonio María Sáez Aguado] se ha mostrado totalmente favorable a esa integración desde el primer momento y me consta que ha hecho todos los esfuerzos para que suceda. En realidad, todas las partes estaban de acuerdo: Sanidad, Educación y Hacienda. Entonces, alguien se preguntará: ¿y cómo es que esto se ha llevado al 4 de septiembre?

Exacto. ¿Qué ha pasado?

Pues... problemas administrativos. Sinceramente, yo no conozco otra explicación. Es decir, nosotros aprobamos el 28 de marzo  la solicitud de creación de la facultad de Ciencias de la Salud para solicitárselo a la Junta y, desde entonces, hemos estado preparados. De tal manera que, por ejemplo, el concurso de plazas [para contratar al profesorado] se sacó el mismo día en el que se publicó la creación de la facultad: el viernes día 5. Lo teníamos todo preparado, también la programación docente. Pero es que, hasta que no se aprueba formalmente la facultad, no podemos decirles a los alumnos que nos hacemos cargo. Y aquí hay que decir que tanto Sacyl como la Universidad hemos informado puntualmente de lo que iba sucediendo. De lo que no podíamos informar era de cuándo se iba a firmar la integración, porque no lo sabíamos. Nos fuimos de vacaciones con la idea de que podía aprobarse, pero sin saber si iba a ser así o no.

Pero el profesorado de la Escuela adscrita afirma que Sacyl informó el pasado 25 de julio de que, ante la ausencia de noticias de la UBU, la integración se retrasaba un año. Es evidente que algo ha fallado.

Bueno, eso es prueba de que nadie sabía con seguridad cuándo se iba a producir. Pero, en todo caso, insisto en que el problema se reduce a algo habitual en las Universidades: un retraso que no es grave en el sentido de que no va a provocar pérdida real de clases. Y el tema del horario sucede todos los días en todas las Universidades. Y no se había publicado absolutamente nada en la UBU que dijera si iba a ser de mañana o de tarde. Lo que sí dije a los estudiantes es que comprendía su malestar por tener que informar de ello en el mes de septiembre, pero nada más. Y, sinceramente, quiero pedir calma porque se ha generado más polémica de lo debido.

El consejero de Sanidad ha declarado que la Junta ofreció la cesión del profesorado durante tres meses. ¿Por qué no se aceptó?

Nosotros hemos agradecido mucho esa propuesta y en parte la estamos utilizando para posibilitar que el cuarto curso comience el 15 de septiembre tal y como estaba programado, y gracias a la colaboración de esos profesores. Lo que pasa es que hay que entender que en la Universidad de Burgos tenemos un proceso de evaluación continua. Por tanto, no parecería oportuno que empiece un profesorado y termine otro diferente, se interrumpiría el proceso. Y estoy seguro de que si cambiamos los profesores a mitad de curso también se habría generado polémica. No, nosotros queríamos que la docencia empezara y terminara con los mismos profesores.

Los alumnos acusan a la Universidad y a la Junta de improvisación en un asunto que, realmente, estaba previsto por todos para antes o después. ¿No era posible haber avanzado en la organización de los horarios?

Sinceramente, pienso que no ha habido improvisación, lo teníamos todo perfectamente planeado. Aquí el único problema es que los alumnos se han quejado de forma bastante notoria de que las clases fueran de tarde. Ni más ni menos. Yo les he explicado de que no hay ningún compromiso por parte de la Universidad y ya avisamos de que si se producía la integración había una posibilidad de que se pasara a horario de tarde. En fin, no entiendo tanto revuelo pero sí comprendo que, al decirles esto el 8 de septiembre, puede haber quien se haya hecho otros planes. Entonces, para atender su solicitud y en base a esa consideración vamos a intentar que las clases sean de mañana. Yo no lo descarto, pero tampoco podemos garantizarlo porque va a depender de la disponibilidad del profesorado y de que a ese profesorado se le conceda la compatibilidad. Pero improvisación, ninguna.

De las declaraciones del consejero en DB se deduce que eso no sería problema porque ya hay profesionales sanitarios dando clase por la mañana.

Bueno, yo con toda claridad quiero quitar hierro a la polémica con la Junta porque no la ha habido. El consejero ha hecho todo lo posible y se ha mostrado receptivo a todo lo que le hemos planteado. El único hecho es que el 4 de septiembre se publicó la creación de la facultad, pero estas cosas pasan. Ya sabemos que los trámites administrativos son complejos y creo que esa ha sido la explicación de que no se haya publicado antes y que, bueno, quizá hubiera sido mejor.

Y cuando, según dice el 30 de agosto, tuvieron conocimiento de que se iba a producir la integración, ¿llegaron a barajar la posibilidad de posponerlo un año más para que no retrasara las clases y que no sucediera lo que está ocurriendo?

No. No porque había motivos importantes para integrar la escuela cuanto antes. Hay toda una serie de ventajas que conviene no retrasar. Tenemos informes de las agencias de calidad que recomiendan encarecidamente que se incremente la plantilla de profesorado y que se cualifique, en los grados la normativa exige que un 50% sean doctores y esto no se hace de hoy para mañana. También hay que introducir la investigación en el ámbito de las Ciencias de la Salud y estamos trabajando en un programa de doctorado en este ámbito. Todo esto, cuanto antes, mejor. Y por otra parte, la Escuela se desadscribe el 3 de septiembre y, en sentido estricto, desaparece. Entonces, una cosa es que en el convenio se haya adoptado un período transitorio en el que los profesores anteriores prestan su colaboración y otra cosa sería el retraso. Eso no era una opción.

El principal escollo administrativo para integrar Enfermería era el presupuesto, el conseguir una partida específica para esta titulación de la UBU. ¿Están satisfechos con los 775.000 euros consignados? ¿Es suficiente?

Sí, no tenemos ninguna pega. Y precisamente por estos motivos que acabo de explicar, ese presupuesto tiene que asignarse a partir de 2015. No cubre estos tres meses, que atenderá la propia Universidad teniendo en cuenta que parte de la matrícula que revertía en la Junta por ser Escuela adscrita, le corresponde en su totalidad a la Universidad. En ese sentido, no ha habido problema. La Universidad está perfectamente satisfecha con el dinero, nos hemos entendido. Entonces, repito que la fecha no ha sido la más adecuada y todo el mundo puede darse cuenta, pero no ha habido ningún problema. Todo ha sucedido de una forma apacible.

¿Qué cambia para los alumnos de Enfermería?

Para los alumnos hay cambios en el sentido de que el profesorado y la organización docente están plenamente en la Universidad. Por tanto, en esta titulación ahora no solo imparten clases profesionales del ámbito sanitario y que ejercen su trabajo cotidiano fuera de la Universidad, sino que se incorpora una plantilla que vamos a fortalecer lo antes posible y de manera progresiva. Tenemos que incorporar, con la mayor rapidez posible, catedráticos de Universidad, profesores titulares, doctores, ayudantes doctores... Este curso ya empezarán a impartir docencia otros profesores de la UBU, todos ellos doctores.. La plantilla no se compondrá de las 32 plazas que hemos convocado ahora, sino que se incorporan otros profesores de la UBU porque tenemos áreas de Medicina Preventiva y Salud Pública, Fisiología, Anatomía, Bioquímica, Nutrición... Áreas propias de Ciencias de la Salud. La idea es convocar todos los concursos necesarios a lo largo de este curso.

¿Pero saben cuántos concursos o de cuántas personas se compondrá la plantilla?

Es un poco difícil de precisar, pero calculo que convocaremos entre cinco y siete plazas de profesor ayudante doctor. Pero es difícil de concretar en este momento.

En la resolución en la que se nombra a Fernando Lara decano del nuevo centro a usted se le encomienda la puesta en marcha del departamento de Ciencias de la Salud. ¿En qué consiste?

La creación del departamento no es una decisión del rector, sino del consejo de Gobierno, lo que Murillo hizo fue una resolución en la que me encomienda a mí como vicerrector de ordenación académica el inicio de todos los trámites necesarios para la creación de ese departamento. Y con objeto de que esté funcionando se me nombra director en funciones, pero tendrá un carácter muy provisional. Exclusivamente hasta que se cree el departamento por parte del consejo de gobierno.

La creación de la Facultad de Ciencias de la Salud supone la consecución de un objetivo ansiado desde hace mucho tiempo, ¿cuál sería el siguiente?

La consecución de nuevos títulos de Ciencias de la Salud. Hace tiempo que le solicitamos a la Junta la concesión del título de grado en Farmacia, Medicina y Nutrición y Dietética. Entendemos que la situación actual del país no permitía que se concedieran esos títulos, pero hemos negociado con la Junta la posibilidad de conseguir alguno. Consideramos que son buenos para la sociedad y que se demandan en mayor o menor medida, aunque sobre esto último se puede discutir mucho. Pero bueno, entendemos que en este momento los títulos de esa envergadura suponen un coste importante, pues estamos a la espera para poder solicitarlos. La meta sería fortalecer los títulos, pero tan importante como eso sería poner en marcha líneas de investigación y programas de doctorado que permitan fortalecer esta área.

Hacía alusión a un nuevo programa de doctorado. ¿Se puede ampliar algo más?

No puedo dar detalles porque, de nuevo, estamos en contacto con Sacyl, en concreto con la Fundación General para la Investigación. Hemos mantenido varias reuniones, tenemos buena sintonía y es probable que en este curso podamos solicitar la autorización, la verificación que concede el ministerio y que tiene que ser informado previamente por las agencias de calidad. A ver si para el próximo curso tenemos este programa, en el que participará el personal de nuestra Universidad y profesionales de Ciencias de la Salud. Y, desde luego, queremos impulsar la investigación en Enfermería. No hay ninguna línea.

¿Qué impulso se le va a dar?

Principalmente, sacando líneas de ayudas de investigación y, por supuesto, facilitando colaboración con Sacyl u otras universidades.

Con respecto a las nuevas titulaciones, ¿el coste de implantar Nutrición y Dietética es el mismo que Farmacia o Medicina?

No.

Es más bajo Nutrición.

Sí. Entre otras cosas, porque en este caso tenemos ya un número mayor de profesionales en la Universidad. También pasa, aunque en menor medida, con Farmacia. Tenemos áreas de conocimiento que imparten docencia en ese grado. No es que fuese en modo alguno coste cero, pero está avanzado. Medicina sería mucho más caro.

Por lo tanto, habría más posibilidades de que se concediera Nutrición y Dietética.

En principio sí, claro. Pero juegan muchos factores y, desde luego, la Junta es decisiva en la ordenación del mapa de titulaciones de la comunidad.

¿Cuáles son sus próximas metas como vicerrector de ordenación académica?

Hay varios. Y muchos de ellos pasan por lo que estamos llamando la digitalización de la Universidad. Tenemos una plataforma telemática de la que me siento orgulloso porque es de las mejores del país y esto no lo digo yo, lo dicen otros estudios y universidades. Es excelente, pero queda atender la demanda de impartición de títulos oficiales on-line. Y uno de nuestros mayores retos es poner en marcha ya este curso cuatro grados oficiales y un máster on line y tener éxito en el intento. En ello trabajamos todo el curso pasado, formando a los profesores porque la metodología, los sistemas de evaluación y la forma de tutorizar, todo eso cambia. Es una docencia que no sustituye en absoluto ni lo pretendemos, a la presencial, que es la esencia. Es un reto.

¿Cómo está yendo la matrícula de esos cuatro grados virtuales?

La matrícula no está terminada y ni siquiera la tengo desagregada, pero los datos que voy teniendo y que no puedo concretar son optimistas. Y más teniendo en cuenta que hemos obtenido la verificación muy a final de curso.

Y en la UBU presencial, ¿cuál es la cifra de alumnado nuevo hasta el momento?

Pasa lo mismo. No tenemos completado el proceso, pero sí puedo decir que estoy observando una tendencia que es una disminución ligera. A día de hoy [jueves, 11 de septiembre] tenemos exactamente 19 estudiantes menos de nuevo ingreso. Pero hasta que no termine el período, no es conveniente dar las cifras. Y este descenso no es exclusivo de la Universidad de Burgos, sino que se está produciendo en todas las universidades españolas en general. Estamos decreciendo, probablemente por razones demográficas y porque la oferta cada vez es mayor.

Puede atribuirse este descenso a que los jóvenes ya no ven en el título universitario una garantía de encontrar trabajo y prefieren buscar otras alternativas.

Es muy difícil de contestar si se quiere hacer con precisión porque hay muchos factores que influyen. Hemos tenido un tiempo en el que encontrar trabajo era bastante fácil y no se acudía a la Universidad. Ahora, algunos de esos estudiantes han vuelto a la Universidad, pero es verdad que ha aumentado muchísimo la oferta de estudios universitarios, sobre todo en el ámbito privado. Entonces, es muy difícil valorar. Y es verdad que la Universidad no es ninguna garantía de encontrar un puesto de trabajo, pero también es cierto que entre titulados universitarios hay menos de la mitad de paro de lo que hay entre los jóvenes de la misma edad y sin titulación. Es decir, incrementa mucho la posibilidad de tener trabajo.