Resulta muy difícil explicar un empate como el que sumó ayer el Burgos CF ante el Navalcarnero. Acostumbrados a ver a un equipo errático, sin llegada e incapaz de generar ocasiones de gol, ayer se transformó en un bloque ambicioso, intenso y lanzado al área rival. Hizo de todo para generar oportunidades, pero su ineficacia resulta ya sorprendente. El equipo burgalés desaprovechó un mano a mano con el portero, estrelló un balón en el larguero, generó innumerables centros al área rival e incluso pudo contar con un gol en propia meta que salió desviado por centímetros. En definitiva, en su mejor partido de la temporada se tuvo que conformar con un triste empate, un punto que lo mantiene en el pozo de la clasificación.
Los ensayos de Fernando Estévez durante la semana quedaron plasmados sobre el césped, con Goti en el lateral derecho, Aldalur en el izquierdo y Figueroa por delante. Y los cambios salieron bien, sobre todo el de Goti, que lideró las acciones ofensivas del equipo desde el primer minuto, buscando siempre asociarse con Undabarrena y Madrazo. El Burgos encerró desde el principio a un rival que tenía muy claro su plan, cerrarse atrás con una defensa de cinco y encomendarse a la velocidad de Cifu y, sobre todo, Joaquín, que en el minuto 9 ya había provocado la tarjeta amarilla a Borda.
A partir de ahí el conjunto local comenzó a explorar todas las opciones para derribar el muro rival. Lo hacía desde atrás, con Undabarrena como primera opción, buscando la banda de Goti y Madrazo, o cambiando de orientación buscando a Cervero y Figueroa.
Pero el dominio no se traducía en ocasiones, salvo un disparo de Madrazo que detuvo sin problemas Diego.
Con el paso de los minutos el acoso fue creciendo, pero cada disparo o cada opción se estrellaba en un defensa del Navalcarnero. A diferencia de otros días, esta falta de lucidez no nubló a los jugadores del cuadro burgalés, que mantuvieron siempre la vigilancia atrás para evitar un gol a la contra que resultaría letal.
Y con la paciencia que ha reclamado durante la semana Fernando Estévez llegaron las dos grandes ocasiones de esta primera mitad. La primera llegó con un balón cedido por Cervero a Madrazo, que de forma magistral filtra el pase para que Chevi se plante solo ante Diego Conde. Sin embargo, una vez más, el disparo se estrelló en el portero. Otra ocasión a la basura.
Y para rematar la primera parte Madrazo, en una gran jugada, mandó el balón rozando el poste.
En la reanudación al Burgos le costó entrar, pero cuando lo hizo arrinconó a su rival. Fue tras la entrada en el campo de Elliot. El joven jugador del Madrid revolucionó el choque, mandando envíos precisos al área del Navalcarnero. El conjunto madrileño dio un paso atrás, se parapetó en el área y comenzó, de forma vergonzosa, a perder el tiempo, con la complicidad de un pésimo árbitro. Pese a ello el Burgos mereció marcar. Elliot mandó un balón al travesaño, Álex González casi se mete gol en su portería y ya en el descuento, después de numerosos remates que pegaban en cualquier defensa, Cervero recibió un balón solo y no supo que hacer con él. Fue el resumen perfecto de la ineficacia rematadora que condenó al Burgos en un partido que debió ganar pero que lo deja con más problemas en la clasificación.
ALINEACIONES
BURGOS CF
Saizar, Goti, Borda, Julio Rico, Aldalur; Undabarrena, Adrián Cruz (Elliot, M-61), Madrazo (Rojano, M-83), Figueroa (Yaw, M-72), Chevi y Cervero.
NAVALCARNERO
Diego Conde, Jesús, Sergio (José Antonio, M-23), Manu Jaimez, Álex González, Joya (Del Pozo, M-85), Fran Santano, Mena, Bermejo, Joaquín (Esnaider, M-89) y Cifo.
ÁRBITRO
Gorka Etayo, del colegio vasco. Mostró tarjeta amarilla para los locales Borda, Aldalur y Undabarrena; y para los visitantes José Antonio, Mena y Joya.
INCIDENCIAS
Unos 3.000 espectadores , en el estadio municipal de El Plantío, con un pequeño grupo de seguidores del Navalcarnero.