El Archivo se atasca 'sine díe' en la fase de proyecto 10 años después

H. Jiménez / Burgos
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Cultura dice que sigue en el proceso de adaptación a «la edificabilidad de la parcela» y no ofrece ningún plazo para resolver una dotación cultural desaparecida en 2004

La granizada del día 2 dañó una parte de los fondos que se custodian en naves en Villalonquéjar y que han sido parcialmente trasladados al Hospital Militar. - Foto: Valdivielso

La gran tormenta de granizo del 2 de octubre agujereó el tejado de las naves de Villalonquéjar donde se guardan parte de los fondos del Archivo Histórico Provincial. Los documentos que custodian se mojaron, como había ocurrido en dos percances anteriores, regresó la poco edificante imagen de papeles tapados con lonas de plástico, una parte ha tenido que ser trasladada al Hospital Militar y el incidente ha devuelto a la actualidad un asunto que va camino de cumplir una década de indefinición.

Burgos carece de un edificio para su Archivo Histórico Provincial desde que a finales de 2004 los legajos salieron de la Casa de Cultura de San Juan en previsión de su derribo. A partir de entonces el futuro de esta dotación cultural, imprescindible para estudiosos e historiadores y en definitiva para la conservación de la memoria colectiva, ha dado mil vueltas y así sigue en manos del Ministerio de Cultura.

Fuentes del departamento que dirige el ministro Wert confirmaron esta semana que «en estos momentos se sigue en la fase del diseño de un proyecto básico». O lo que es lo mismo, en una fase primigenia de cualquier proyecto, que después debería venir acompañada del proyecto definitivo y luego, por supuesto, de su salida a concurso y ejecución de las obras. Y todo porque el Ministerio no parece tener claro que el proyecto «se adapte tanto a las necesidades del Archivo Histórico Provincial como a la edificabilidad de la parcela que ha cedido el Ayuntamiento».

El mensaje no es muy distinto al que ofrecía en abril, cuando hablaba de estudiar la «idoneidad» del solar que la ciudad ha puesto en sus manos y que a su vez provino de una cesión por parte de la Universidad de Burgos, pues está situado en un extremo del parque del Parral junto a la Facultad de Económicas. Pero además las mismas fuentes ministeriales advierten de que no pueden hablar de ningún plazo, de ningún horizonte temporal, para la finalización de los trabajos del proyecto y el impulso de los siguientes. Suena a condena sine die.

La diputada por Burgos Sandra Moneo insiste, en cualquier caso, en que el retraso obedece únicamente a «cuestiones técnicas» y no a una decisión política o a problemas presupuestarios.

A punto de entrar en su décimo año en situación de provisionalidad, una parte de los fondos (supuestamente los más valiosos) están custodiados en un local de la calle Antonio de Cabezón mientras el resto sigue en Villalonquéjar, cuyas naves por cierto habrá que reparar para reponer la cubierta que los resguarda. Mientras la biblioteca de San Juan ha tenido sustituta, precisamente el edificio reconstruido en la misma ubicación, el archivo quedó condenado a salir a las afueras de la ciudad y sigue sin concreción. Las necesidades de espacio fueron la excusa. La realidad es que permanece distribuido en varios emplazamientos.

El año 2009 es el último en el que pareció haber cierto impulso al proyecto del nuevo Archivo Histórico Provincial. El entonces director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, anunciaba que el Ministerio daba por recibida la parcela y que empezaría a elaborar el programa de necesidades para iniciar las obras en 2010. La realidad ha sido muy distinta.

Previsiones obsoletas

En las mismas previsiones ministeriales, que seguramente ahora habrán quedado obsoletas (superadas o quizás cortas), se barajaba un coste de 8 millones de euros y hasta 50 kilómetros de estanterías para dar respuesta al volumen de archivo actual y a las previsiones para los próximos 20 o 25 años.

El área de Patrimonio de la Junta también ha contribuido a la ralentización del expediente, pues tardó un año y medio en informar favorablemente de un estudio de detalle que debía respetar el Camino de Santiago puesto que la ruta discurre junto a la parcela. Y finalmente parecía todo resuelto, aunque la última respuesta desde el Ministerio no invita precisamente a la tranquilidad.