La ilusión de la luz

R.P.B. / Burgos
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El Colegio de Arquitectos de Burgos reivindica en una exposición compuesta por cincuenta fotografías la importancia de la arquitectura del siglo XX

Inauguración de exposición en el Colegio de Arquitectos - Foto: Ángel Ayala

 
La arquitectura moderna, tantas veces satanizada o ignorada por el relumbre de las pretéritas, halló en la fotografía el canal por el que exhibir su importancia, la misma que pudieron tener la arquitectura románica o gótica, por poner dos ejemplos. Ese maridaje entre fotografía y arquitectura en la que ambas se ensalzan a la vez que se complementan es el motivo de la exposición ‘La ilusión de la luz.Arquitecturas y fotografías del siglo XX’ que ayer se inauguró en la sede del Colegio de Arquitectos de Burgos, en la avenida de la Paz, 24. «Se trata de una breve historia de la arquitectura del siglo XX, porque en ella están recogidas 50 fotografías de arquitectura escogidas y comentadas por arquitectos», explicó ayer Ricardo S.Lampreave, que ofreció una charla sobre la exposición.
En la muestra aparecen representados los principales arquitectos, los edificios principales «y tiene el valor añadido de que cada una de las fotografías está explicada». El objetivo de la exposición, señaló Lampreave, es reivindicar la arquitectura del siglo XX. «El problema de esta arquitectura es que gracias a la tecnología y los nuevos materiales se produjo una ruptura brutal con la arquitectura de siglos. Todo se fue sucediendo con naturalidad, los estilos iban evolucionando, los cambios se admitían y comprendían y, de repente, el hormigón y el hierro explotan y dan una posibilidades constructivas absolutamente nuevas».
En este sentido, asegura el arquitecto que la arquitectura moderna no es bien comprendida. «La mayoría de la gente sigue identificando la buena arquitectura con la antigua. Y no hay mejores ni peores arquitecturas. La del siglo XX es tan buena o tan mala como la de otros siglos. Otra cosa es que nos guste más o menos.La arquitectura del siglo XX se ha preocupado por el Hombre». Y esta exposición quiere reivindicarla.
En ella pueden verse magníficas fotografías que reflejan esa espléndida arquitectura moderna. Por ejemplo, impacta la estampa entre tinieblas del Flatiron del Nueva York, es «ángulo agudo» en el corazón de Manhattan, toda una audacia arquitectónica; o una reveladora vista de Chicago desde un tren, de la integración de ese medio de transporte en una densa urbe; también llama la atención la imagen de Philippe Petit, aquel funambulista que retó a Ícaro en 1974 trasladándose sobre una cuerda entre las hoy desaparecidas torres gemelas del World Trade Center de Nueva York.