Una década después del arresto del inversor Bernie Madoff condenado a 150 años de cárcel por cometer la mayor estafa piramidal en EEUU, con el nivel de endeudamiento mundial en máximos históricos, las principales Bolsas en pérdidas, el Ibex 35 en cifras de 2016 o con la tasa de actividad en España en mínimos del último decenio, el ejercicio 2018, que parecía que iba a caracterizarse por el despegue definitivo tras la salida de la crisis, se ha teñido de rojo con una realidad alejada de las previsiones.
En este contexto, el comportamiento de rentabilidad de los fondos de inversión se ha desplomado en el final del ejercicio, pese a que a cierre del primer semestre ganaban peso en la cartera de los inversores españoles con un nuevo máximo histórico que superaba los 176.000 millones de euros.
Así, a mediados de diciembre, los 10 productos financieros que captaron más capital a lo largo de los 11 primeros meses se tornaron negativos perdiendo entre un 0,35% y un 5%. El año que está a punto de cerrar será recordado en el parqué como un ejercicio de recortes, con una caída superior al 10%, el peor resultado en los últimos siete años.
Las dudas y la desconfianza han quebrado inversiones que, en muchos casos, acumulan rendimientos negativos del 3%, siendo los de renta variable los peor parados con unas pérdidas de un 6,40%.
A su favor, hay que señalar que los fondos de inversión acumulan un crecimiento de patrimonio superior a los 1.222 millones de euros, según el último informe de la asociación de gestoras de fondos, Inverco. Así Quality Inversión Conservadora suma 10.837 millones, CaixaBank Ahorro (3.485), Quality Inversión Moderada ( 7.459), CaixaBank Renta fija flexible (2.870), Albus (2.413), Bankia Duración Flexible (972), CaixaBank Bolsa Selección Global (1.527), Bankia Soy Así Cauto (4.654), CaixaBank Iter (2.014) y CaixaBank Monetario Rendimiento (1.358).
En conjunto, estos 10 productos han registrado suscripciones de 12.400 millones de euros y ninguno se libra de unas pérdidas de entre un 0,35% y el 5%.
Los inversores tienen a su disposición miles de productos financieros diferentes, desde fondos híper conservadores como los garantizados o los monetarios a corto plazo hasta los de mayor riesgo como, por ejemplo, los de renta variable emergente o los de compañías de materias primas. Cuando hay una oferta tan variada, lo fundamental es tener el control de cómo está realmente cada cartera.
Solo en la primera semana de diciembre, una parte importante de inversores nacionales retiraron 3.500 millones de euros de sus inversiones en fondos de renta variable y en bonos corporativos ante la incertidumbre comercial y el enfriamiento del crecimiento mundial para comprar otros activos más seguros como deuda pública de EEUU tanto de corto como de largo plazo. Los mercados de valores están expectantes a la guerra comercial entre Washington y Pekín y presentan una gran volatilidad.
En este escenario, la nueva subida de tipos de interés de un cuarto de punto el pasado miércoles por parte de la Reserva Federal (FED) hace que se incremente la rentabilidad del bono estadounidense. Así, por ejemplo, el mercado español encadena a cierre de noviembre su tercer mes consecutivo de salidas de dinero. En octubre, la retirada fue de 739 millones, que se suman a los 493 millones de septiembre y a los 297 de agosto, ante las turbulencias de las Bolsas de todo el mundo y, especialmente, el mal comportamiento y la volatilidad de los mercados financieros. Según Inverco, el volumen de activos administrados en noviembre cayó en 2.197 millones hasta situarse en 264.354 millones de euros.
En el plano europeo, la volatilidad de sus bonos ha provocado unos niveles bajísimos de rentabilidad, lo que ha supuesto que todas las categorías analizadas por Inverco estén en pérdidas en 2018, un hecho histórico que no había ocurrido nunca. Los fondos de los parqués internaciones sufren pasivos del 6,2% y los del Ibex un 6,4%, los de renta variable un 1,31% y los globales un 3,35%, lo que da un déficit medio de un 3,05%.