Eligen al 25% de los directores de colegio a dedo al no haber candidato

J.M. / Burgos
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En 6 los 25 colegios e institutos que tenían que renovar a su máximo responsable no se ha presentado ningún voluntario. La FAPA achaca la cifra al descontento de los docentes

Alumnos en clase durante el curso pasado. - Foto: Alberto Rodrigo

 
Lejos de lo muchos pudieran pensar, ser director de un colegio o de un instituto no parece que sea ninguna golosina. Ni siquiera una mayor compensación económica es suficiente atractivo para que haya docentes predispuestos a ponerse al frente del centro educativo en el que imparten clase. Al menos eso es lo que se desprende de la convocatoria que se hizo para el curso 2014/2015 en la provincia de Burgos y en la que, según datos de la Dirección Provincial de Educación, casi uno de cada cuatro centros públicos que debían renovar esta vacante se quedaron sin candidatos. Para ser exactos, 6 de los 25 puestos que era necesario cubrir se quedaron sin candidatos y la Administración regional se vio obligada a tener que designarlos.
La secretaria general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE) de UGT Burgos, María Soledad Sanjuán, detalla, en primer lugar, que «los docentes no quieren tener esa responsabilidad» y añade después que «la implantación de la Lomce», la nueva ley educativa, también ha contribuido al exigir a los responsables de los centros «un trabajo extra». Este último comenta que ha podido ser un factor muy importante para que haya habido tantas plazas sin cubrir. Junto a esto, argumenta también que la recompensa económica por el cargo, «de unos 200 o 300 euros más», no compensa las horas que hay que dedicar a esta tarea.
Sanjuán comenta que pueda darse algún caso en el que algún profesor se presente al puesto de director con la finalidad de conseguir puntos y poder elegir cuanto antes un nuevo destino. Pero matiza también que esos casos serían anecdóticos ya que el que acepta una responsabilidad de este tipo suele hacer «por vocación o por convicción». Es más, añade que para obtener ese fin, sería mucho más cómodo ser jefe de departamento.
 
SITUACIÓN INCÓMODA. El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Centros Públicos (FAPA) de Burgos, Enrique García, explicó que pese a que el cambio de director es en ocasiones «un proceso difícil», calificó de «significativo» el número de vacantes que han quedado disponibles para este año. A su juicio, esta falta de candidatos «parece indicar que no están contentos en la dirección, no se ven respaldados o que están sufriendo presiones en exceso».
García manifestó que «desde que hace dos años empezaron los recortes», los directores se han visto sometidos a «situaciones muy estresantes». Ejemplificó que en ocasiones han tenido que enfrentarse a problemas como «la falta de personal en la plantilla» o se han encontrado ante la imposibilidad de realizar mejoras en los centros educativos por la falta de fondos.
En FAPA expresaron que ese ha podido ser un factor importante para que muchos directores hayan preferido no continuar en el cargo. Y en el caso de quienes se han jubilado o han cumplido el periodo máximo como director, que el resto de docentes haya visto la situación que han vivido los directores salientes y no hayan querido ponerse en su pellejo.
Los elegidos por la Delegación de Educación están obligados, salvo razones de fuerza mayor, están obligados a aceptar el cargo y a permanecer en él los próximos cuatro años.