Los economistas de Valladolid sitúan a Burgos a la cabeza de la región

G. Arce / Burgos
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Aseguran que el peso y el aumento de la actividad en la industria y el turismo ha contribuido a mejorar el mercado laboral local, aunque aún persiste la alta precariedad en la contratación

El mercado laboral local ha experimentado una ligera mejoría. - Foto: Tomás Alonso

 
Burgos es la provincia de Castilla y León que ha registrado mejores indicadores económicos en el segundo trimestre del año, según los datos que recoge el nuevo observatorio regional impulsado desde el Colegio de Economistas de Valladolid. Los autores de este estudio -que tendrá una periodicidad trimestral- concluyen que el importante peso industrial de la provincia y la recuperación que se vive este ámbito gracias a las exportaciones han sido claves para permitir una ligera mejoría en el mercado laboral local, algo aún que no está ocurriendo con tanta intensidad en otras provincias de la comunidad salvo en Valladolid.
En concreto, el estudio de los economistas vallisoletanos concluye con un ilustrativo semáforo en el que se recoge -en positivo, con el color verde, y en negativo, con el rojo- el estado de los 23 indicadores claves de la economía provincial en el segundo trimestre y se comparan en tasa interanual con los de la región. Burgos registra 15 semáforos en verde, el máximo de las nueve provincias, superando a Valladolid (14), Zamora (13), Soria (12) y León (10) y muy por encima de los 9, 7 o 4 que reciben Salamanca, Segovia o Ávila, respectivamente.
La provincia sobresale especialmente por la situación de su mercado laboral, dado que alcanza mejores tasas porcentuales de actividad, paro, empleo y afiliación a la Seguridad Social que la media y también experimenta mejoras en el ámbito del turismo (establecimientos, plazas, empleo y viajeros). Destacar también el crecimiento de los porcentajes interanuales del tráfico aéreo de pasajeros, que superan a los del resto de provincias.
En luz roja se señala una menor contratación que la media, así como una caída de la licitación oficial de obra pública y en el número de pernoctaciones y estancia media en los establecimientos hoteleros. 
Tampoco sale bien parado el comercio exterior, que baja en tasa interanual tanto en exportaciones como importaciones en la comparativa con la región, ni la concesión de créditos o el volumen de depósitos en el sistema financiero.
 
motor. El decano de los economistas vallisoletanos, Juan Carlos de Margarida, explica que estas conclusiones subrayan que los polos de desarrollo regional son Burgos y Valladolid, aunque las cifras que sostienen este liderazgo hay que tomarlas con «mucha cautela», máxime cuando impera una gran precariedad e importantes fluctuaciones en el mercado laboral. Tampoco olvida que las nueve provincias -en mayor o menor medida- están afectadas por el envejecimiento de su población y la salida a otros destinos de su capital humano más joven y preparado.
En Burgos y Valladolid, explica  De Margarida, este fenómeno de fuga de habitantes es menos acusado que en el resto gracias al colchón del pujante sector industrial, especialmente el vinculado al automóvil, que tira a su vez de los servicios (comercio, turismo...) y su contratación, destacándolas sobre las demás provincias. 
 
desigualdades. «Esta claro que hay desigualdades, pero hay que olvidarse de competir entre unos y otros porque hay posibilidad de especializar a cada provincia en aquello que redunda en el conjunto de Castilla y León». El reparto de esta riqueza corresponde al Gobierno regional que, a juicio del decano de los economistas vallisoletanos, no debe guiarse por intereses provinciales sino por la eficiencia. «Si queremos crear riqueza y atraer empresas, tenemos que ubicar las que nos vienen en el sitio más idóneo». 
En este sentido, considera que el desarrollo de los parques de proveedores en Valladolid, Palencia y Ávila obedece a criterios de ubicación, costes y eficiencia, entre otros, y que redundará en beneficios para las provincias vecinas y el conjunto de la región. «Estos proyectos siempre generan actividad complementaria en ámbitos paralelos como el comercio, el turismo o los servicios en general. Es importante que se aprovechen las oportunidades que brindarán a las provincias limítrofes».