La nota informativa que envió ayer la Subdelegación de Gobierno para dar cuenta de la primera reunión que ha mantenido José María Arribas con el alcalde de un pueblo que ha sufrido el vandalismo durante las fiestas patronales incluía la siguiente frase: «Se ha resaltado la importancia de regular mediante ordenanzas municipales la celebración de las fiestas, incluido el consumo de alcohol en la vía pública». Se trata de un eufemismo que oculta lo que el subdelegado busca, que los municipios prohíban el botellón. Solo de este modo la Guardia Civil tendría legitimidad para intervenir y multar a aquellos que beban en la calle. A partir de ahí, habría que ver si la Benemérita podría llegar a todas las localidades con efectivos suficientes para hacer cumplir las ordenanzas. Porque estas pequeñas localidades no cuentan con cuerpos policiales propios.
José María Arribas mantuvo un encuentro ayer con el alcalde de Arcos de la LLana, Jesús María Sendino Pedrosa. Se trata de la primera reunión con un regidor municipal que ha padecido el problema del gamberrismo durante la celebración de las fiestas, aunque otros también han solicitado al subdelegado día y hora. No obstante, la cita de ayer sirvió para que el representante del Gobierno central en Burgos esbozara el plan a seguir durante las fiestas del próximo año. En este sentido, indica que pedirá la colaboración de las empresas de transporte que trasladan chavales desde la capital a los pueblos con el fin de coordinar los horarios y señalar los lugares de recogida de viajeros.
Asimismo, entre las propuestas que maneja Arribas figura la de crear comisiones locales de seguridad previas a la celebración de los actos, organizar el aparcamiento de autobuses y garantizar que el horario oficial de cierre de los establecimientos se cumple. También aboga por celebrar una jornada informativa y de formación de alcaldes de los municipios interesados con el propósito de poner en común los aspectos normativos con la participación de las administraciones competentes y la Guardia Civil. De ese modo pretende mejorar en lo posible la seguridad ciudadana y evitar altercados.
Arcos de la LLana celebró la festividad de Nuestra Virgen de los Dolores el fin de semana el 23 y 24 de agosto. Este pueblo situado a 15 kilómetros de la capital se llenó de gente de fuera que organizó botellones en parques públicos. Algunos de ellos cometieron actos vandálicos, como pintar muros y columpios en un parque recién estrenado o romper ventanas de viviendas de la localidad. Pero es que hubo otros que, aprovechando el desmadre, se colaron en casas particulares y robaron en su interior, joyas, entre otros efectos. También entraron en coches.