Burgos, el París imaginario

i.l.h. / burgos
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Filíppova recrea en una treintena de cuadros las terrazas y el ambiente nocturno de la Capitalidad Gastronómica. La artista, que ve la ciudad con los ojos de los impresionistas de Montmartre, expone sus obras en la sala de Cajacírculo

La artista rusa ha pintado la mayoría de los lienzos al natural, durante las noches del pasado mes de juli - Foto: Jesús J. Matías

 
Ksenia Filíppova suele pintar en la calle, al natural. Si la vieron el pasado mes de julio en calles como Avellanos o San Lorenzo, junto a la Catedral o en la zona de Sombrerería (la conocida por muchos como Senda de los Elefantes), pueden ahora admirar cuál fue el resultado. Estampas nocturnas -en su mayoría- por las calles de tapeo de la Capitalidad Gastronómica, con las terrazas llenas y las copas en la mano. Impresiones captadas con espátula, llenas de color  y decoradas con los bares y establecimientos del centro.
La pintora, que vive entre su Rusia natal y el Burgos que visita junto a su esposo de raíces castellanas, ve la ciudad con los ojos con que los impresionistas veían el París del barrio de Montmartre. Burgos es su París imaginario, su Ciudad de la Luz en plena Castilla. Así lo cree y así lo resume, por ejemplo, en el texto que acompaña uno de sus cuadros: «Los ojos de un pintor idealizan a París y luego sufren una pequeña decepción. Vienes a Burgos y encuentras lo que soñabas sobre la llamada Ciudad de la Luz. Qué pena que Cézanne, Monet, Pisarro, Sisley... no pintaran aquí, pues no se abrían ido nunca. Hay tantos rincones únicos, tantos callejones que te asaltan las pupilas, tantos cafés con terrazas que piden ser pintados... Para mí Burgos es más la Ciudad de la Luz que París». 
Sin pretenderlo, con su forma de pintar también les rinde un homenaje. A medio camino entre el postimpresionismo y el fauvismo, la artista rusa crea estampas de composición vertical en el que las personas se intuyen a grandes rasgos mientras cobra fuerza la escena global. Con cuadros donde prevalece la atmósfera cargada de pintura y el contraste entre las luces nocturnas y el colorido de las calles, Filíppova capta el ambiente de las terrazas con la alegría que se le presupone y la espontaneidad que requiere una pintura al natural (y con linterna, por aquello de hacerlo de noche). «Si fuera posible siempre pintaría en la calle. Pero a veces no puedo. En Moscú lo hago con 6º bajo cero, pero con -30º es imposible. En Burgos suelo hacerlo incluso en invierno, salvo si llueve, claro», apunta esta artista que también es fotógrafa profesional.
En definitiva, la pintora rusa se pasea por el Espolón, la plaza del Rey San Fernando, las Llanas y prácticamente todo el centro histórico en una muestra para ver con los cinco sentidos o casi -dedica unos cuantos cuadros a pinchos específicos, aunque no se dejan catar...-. Bajo el título Capital Gastronómica. Paseos. Impresiones, Ksenia Filíppova tiene sus cuadros colgados en la sala de exposiciones de Cajacírculo en la plaza de España. Hasta el 14 de octubre (de lunes a viernes, de 12 a 14 horas y de 18 a 12 horas).