Un fin de semana familiar, deportivo y solidario con Atalaya

Marta Fernández / Burgos
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El Colegio de Jesuitas 'Nuestra Señora de la Merced' organiza un torneo de pádel solidario para recaudar fondos. Estos irán íntegramente destinados al comedor social Atalaya

Voluntarios del comedor Atalaya, institución que gestionan cinco congregaciones religiosas, en una de sus jornadas. - Foto: Alberto Rodrigo

 
Si de alguna manera formas parte del Colegio de Jesuitas ‘Nuestra Señora de la Merced’ y te apetece pasar un fin de semana solidario con la familia y amigos, los días 17, 18 y 19 de octubre tu sitio está en el torneo de pádel que organiza el colegio con el objetivo de recaudar fondos en beneficio del comedor social Atalaya. Se trata de aunar diversión y conexión entre las familias del colegio y la obra solidaria con la organización Atalaya. «Es el primer torneo de pádel solidario que se organiza en la ciudad y esperamos que tenga éxito y tirón para los próximos años», confía Raúl Herrera, profesor de Jesuitas y coordinador de deportes del centro. 
El torneo contará con 8 parejas sub 12, 8 parejas sub 16 y 16 parejas absolutas femeninas y 16 masculinas. El único requisito para estas parejas es que formen parte del colegio, desde alumnos hasta padres y familia de los mismos. «Preferiblemente alumnos y familias que estén actualmente en el colegio», expresa Herrera. La jornada se emplazará en las instalaciones ‘Be Up Sport’ en el polígono de Villalonquéjar desde el viernes por la tarde hasta el domingo al mediodía. Los partidos se realizarán a dos sets y el empate se desharía con un ‘tie break’ a 12 puntos. 
«A través de contactos, llamadas y colaboración se ha llegado a cubrir todos los gastos de organización, ahora es el turno de las inscripciones», precise. A la espera de la recepción de los carteles, el torneo prevé la apertura de las inscripciones esta semana. Además, contará para su promoción con la pagina web del colegio, la cual proveerá toda la información. «Si llenamos las inscripciones llegaríamos a los 2.480 euros de recaudación, si no es posible, toda ayuda será bienvenida. El profesor y coordinador confía en que pese a tratarse del primer torneo «que parece que lo más difícil es arrancar», se espera que los próximos años vaya más rodado y tenga tirón. 
Raúl Herrero comenta que la elección de este deporte vino a raíz de la vinculación de las familias al mismo. «Nos dimos cuenta de que es un deporte que tiene bastantes seguidores en esta ciudad y que cada vez tiene más aficionados», indica el profesor y coordinador, quien estuvo dando vueltas a la idea bastante tiempo. Finalmente confió en el poder de aunar a las familias por una buena causa y con el fin de pasar un fin de semana solidario. «Es la combinación perfecta», declara Herrero. 
 
Por y para atalaya. Con el único fin de colaborar con la institución Atalaya, esta iniciativa nace de los proyectos paraescolares (que el año pasado contaron con 700 inscripciones) introducidos cada año por el colegio y coordinados por Raúl Herrero quien vio la combinación perfecta para que este proyecto saliera adelante. «Agrupar a todas las familias aunando su afán solidario nos pareció muy buena idea», explica el docente. 
Atalaya Intercultural es una asociación fundada en 2002 por cuatro congregaciones religiosas de Burgos, RR. de María Inmaculada, Esclavas del Sagrado Corazón, Hijas de la Caridad, Salesianos y la Compañía de Jesús, a la que pertenece el colegio. Entre los servicios que ofrece en relación a la acogida y la atención a los inmigrantes se encuentra el comedor social. Este servicio se distribuye en la ciudad a través de los espacios cedidos por la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. No obstante, Ramón Fresneda, responsable de las obras de la Compañía de Jesús en Burgos y presidente de Atalaya, afirma que el pilar de toda la labor de la organización son los voluntarios. «Son la joya de la corona ya que gracias a ellos se sirven de media entre 40 y 45 comidas y 20 y 25 cenas», declara. 
Cualquier persona mayor de edad puede acceder a formar parte del voluntariado, de todas formas Fresneda afirma que el perfil más común se sitúa en gente jubilada o  prejubilada que ha concluido su etapa laboral y que ve cómo esta labor cubre su tiempo y sus ganas de ser solidarios. También muchos estudiantes combinan sus estudios con la colaboración. Se trata principalmente de perfiles que se dedican o han dedicado a la enseñanza o trabajo en grupos de integración. Éstos se enfrentarían a una entrevista en la que se valoran las motivaciones e intereses. Además «si esta persona solicita participar en otro servicio como por ejemplo el de enseñanza se le exigen una serie de conocimientos y competencias», declara el presidente de la Institución. El número de voluntarios alcanza los 200, de los que algunos de ellos se dedican a combinan varias actividades de colaboración. «Valoramos mucho su labor ya que son el motor que hace funcionar esta organización», 
El comedor, aparte de servir de comidas, durante toda la semana ofrece servicios extra. «Tanto los sábados como los domingos al terminar la comida, se sirve a la gente un «picnic generoso para la cena». Además, los lunes reparte bolsas de alimentos a las familias que lo solicitan. Se trata de 18 familias que recogen tanto alimentos perecederos como no perecederos. Estos alimentos llegan a la institución desde los supermercados Mercadona y Alimerka, quienes lo proporcionan a través del Banco de Alimentos. «A esto hay que sumarle las donaciones y las actividades que permite y fomentan la solidaridad», explica Fresneda.
El responsable afirma que un colegio no debe tratar solo la formación académica, sino también, «la formación humana,  espiritual, deportiva, cultural todo ello con la tradición que tiene el comedor de jesuitas en Burgos». Gracias a estas iniciativas ambos puede aunar sus intereses y motivaciones en un fin de semana. «Así conseguimos que las obras estén conectadas y es la escenificación de la conexión que hay entre la asociación y el colegio», explica el docente, quien trata la relación con la institución como un eslabón de una cadena en la que todos tienen un mismo objetivo.