En la virtud o el privilegio; afortunada e incluso tocada, ella, por la mágica varita de la inspiración, la burgalesa María Pacheco Turnes pertenece a ese selecto grupo de personas capaces de convertir su mayor hobby, su verdadera pasión, en su modo de vida.

Cuatro años atrás, había fantaseado siquiera con alcanzar un sueño. Así se lo manifestó a este periódico: «¡Ya me gustaría vivir de esto. Como dé con la tecla…!». Un buen día, bañada por una felicidad vehemente que la impedía atisbar su propio techo –si es que alguna vez lo tuvo-, María encontró dicha tecla. Las fantasías se hicieron materia, los sueños realidad despierta y la meta, magnánima en su montaje para la ocasión, quedó atrás en un suspiro que la instaló para siempre en el lado de la victoria. «El blog nació sin ninguna pretensión, simplemente buscaba hacer algo que me encantaba: hablar de ropa de niños y compartirlo en la red con mis amigas», recuerda.

Pero aprendió a rentabilizarlo. Se especializó en los procesos que  le situarían al borde de los contratos colaborativos con las marcas, y el espacio empezó a coger un seguimiento extraordinario, ajeno al objetivo por el que fue creado. «Hubo un momento, indefinido en el tiempo, en el que el blog empezó a subir como la espuma», afirma María. Aunque tampoco le extrañó, pues a pesar de que reconoce estar «muy por encima» de la media de edad de la comunidad bloguera, desde los inicios creyó en una plataforma coordinada «desde la ilusión y el amor».

La suya es una de esas historias forjadas a base de convicción. No se plantó ante el escaparate de un establecimiento de moda infantil hasta que quedó embarazada de su hija mayor. Ahora, desde su ordenador, enriquece los gustos de sus adeptos, principalmente mamás, que buscan completar el armario de sus hijos con las tendencias que ella desarrolla. «No es un trabajo plano. Creo y combino con el soporte de las tiendas que confían en mi ventana para publicitarse. Ganan ellas, ganan mis lectores y gano yo», matiza.

La cuenta de Twitter correspondiente al blog, desde la que Pacheco difunde cada paso que da, atesora más de 5.200 seguidores. Un éxito que, asegura, podría ser incluso mayor: «Tengo un problema, vendo muy mal lo mío y muy bien lo de los demás; soy la fundadora del primer blog de moda infantil de España y me da apuro decirlo. Si fuera más echá p’alante...».

Y pese a que percibe los aplausos del triunfo, admite que no siempre los escuchó con claridad. «Ha sido un proceso largo y duro que me ha exigido reinventarme en más de una ocasión», revela.

A sus 47 años, lleva más de media vida afincada en Madrid. Allí se trasladó para finalizar sus estudios en Trabajo Social, y a esta especialidad se dedicó hasta que un bache, demasiado profundo, se cruzó en su camino. «El gobierno de Colmenar Viejo, donde resido, eliminó la subvención que mantenía con Cáritas, oenegé para la que yo trabajaba. Mi sueldo dependía de esa subvención», replica con rabia. Sin embargo, no se amilanó. Multiplicó sus esfuerzos y los enfocó al unísono en una misma dirección: www.compritasparalospeques.com.

Porque María no es diseñadora, pero evoca líneas a seguir. No comercializa producto alguno, pero es capaz de arrasar con las existencias de un conjunto apenas unas horas después de colgarlo en su blog. Redacta, fusiona, investiga y recopila elementos para más tarde presentarlos, en cuidados artículos teñidos de una redacción casi exquisita, ante la gracia de sus discípulos, que la leen. «Son mis mayores jueces. Y parece que les gusta lo que hago y, sobre todo, cómo lo hago», reflexiona con humildad. No son los únicos. La simpatía con la que Pacheco transmite pensamientos estéticos ha llegado igualmente a oídos de las mejores marcas de moda infantil. Con ellas colabora, y gracias a ellas se labra un porvenir.  «Conseguí hacer de mi mayor pasatiempo, el medio por el que ganarme la vida. Me encanta. Adoro enredar en Internet, hacer composiciones de imágenes, descubrir marcas nuevas, mezclar estilos, etc.», explica.

Cambios

Tradicionalmente, en el blog de María había predominado, sobre todos los demás, el corte clásico. «Pero lo clásico está sufriendo un proceso de renovación», apostilla, así que optó por desequilibrar ligeramente su propia balanza hacia la modernidad.

De la misma manera, el aspecto del sitio web ha experimentado un lavado de cara considerable, caminando hacia un formato más limpio; más blanco. «Ahora, el protagonismo visual recae sobre el contenido y las marcas que se publicitan», comenta.

No obstante, existen dos condiciones imposibles de revertir. Una es el hecho de residir en Madrid: «Soy muy de Burgos; es la ciudad de mis sueños, la ciudad ideal para vivir. La calidad de vida que desprende no es, ni por asomo, comparable a la de una gran ciudad como Madrid». Y la otra, el título que ostenta su blog: «La casualidad y la improvisación en el momento de crearlo me llevaron, desinteresadamente, a poner ese nombre. Es horroroso», concede con humor. «Pero, obviamente, ya no puedo cambiarlo», concluye.