Colón como modelo de emprendedor

G. Arce / Burgos
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La perseverancia y el optimismo innato del descubridor de América ganaron a su incapacidad de vender su proyecto a Isabel la Católica

Conferencia sobre Colón - Foto: Ángel Ayala

Cristóbal Colón no fue ni un buen comercial ni un líder nato, pero realizó la operación empresarial más importante de la historia, la que supondría el encuentro entre dos mundos y cambiaría la concepción de nuestro planeta. Su proeza transoceánica le sitúa como el más grande emprendedor, que supo superar su incapacidad para vender el viaje a los Reyes Católicos y sus escasas dotes de mando, con una perseverancia y un optimismo a prueba de cualquier adversidad.

La trayectoria vital del navegante es el argumento troncal del  seminario enfocado para comerciales y directivos, que ayer se impartió en la Cámara de Comercio y que tendrá su segunda parte el próximo 9 de octubre. Lo dirigen Ignacio Mollá y Daniel Olivera, socios de MRC International Training, estudiosos de la gesta colombina y expertos entrenadores de profesionales del mundo de la empresa, dos ámbitos que se dan la mano en el aula, mezclados con rigor histórico, humor y técnicas enfocadas a vender más y mejor y a extraer lo máximo de los equipos.

Comandante del Ejército en la reserva y comunicador, Ignacio Mollá lleva años estudiando a Colón y su gesta para extrapolarlo a la compleja realidad económica actual. «Colón tuvo luces y sombras, como cualquier comercial, solo que las luces fueron extraordinarias: tuvo capacidad de aguantar la presión, ser positivo e inasequible ante el desaliento para lograr su objetivo».

No lo hizo bien como comercial, pese a nacer en un entorno, Génova, en el que se vivía el comercio. «Fue incapaz de vender su propio proyecto a los reyes Isabel y Fernando, cuando ambos tenían necesidades diferentes: él quería expansionarse por el Mediterráneo y ella hacia el lado contrario», explica Mollá, que vio al descubridor «inflexible, con poca cintura y falto de creatividad» a la hora de obtener el ‘sí’ definitivo a su viaje poniendo unas condiciones imposibles para el acuerdo. Gracias a Luis de Santander, consejero del Rey de Aragón, logra convencer definitivamente a la Reina en Granada. «El consejero se dirigió a la Reina apelando a su carácter, a la posibilidad de que el proyecto se fuese a Francia y a las almas que se podrían convertir al cristianismo si la gesta se hacía realidad».  

No fue tampoco líder cuando los Reyes le concedieron la financiación y tuvo que montar la flota.  Le salvó el segundo de a bordo, Martín Alonso Pinzón, que supo crear el equipo para afrontar la gesta histórica. «Colón nunca hubiera descubierto América sin Alonso Pinzón, ni éste hubiera llegado a América sin los 7 años de trabajo de Colón vendiendo su proyecto a los Reyes Católicos». Son todos valores empresariales, claves en tiempos difíciles.