Emprender en femenino

M.J.F. / Briviesca
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En menos de un año, tres briviescanas abren negocio propio en el céntrico eje de las calles Mayor y Medina

Las mujeres empresarias están tomando bríos en la capital burebana y un buen ejemplo de ello son Laura Sáez, María Rosa Sagredo y Montse Gómez que en el último año han abierto sus respectivos negocios en el céntrico eje que conforman las calles Mayor y Medina. La emprendedora más joven es Laura que con tan solo 24 años ha puesto en marcha, en el número 8 de la Calle Mayor, una tienda de material deportivo y de artículos personalizados como tazas, carteras y cojines que ella misma imprime en su propio taller.

Lleva en el ‘tajo’ desde los 16 años y se ha curtido en bares y fábricas. Un accidente laboral en una mano le ha marcado su nuevo destino. Necesitaba buscar un empleo en el que pudiera seguir su propio ritmo. «Decidí montar mi propio negocio al comprender que nadie iba a venir a mi casa a darme trabajo», apunta. En cuanto al sector escogido, señala que lo dio muchas vueltas. Se informó de qué comercios se iban a cerrar en Briviesca y al final se decidió por poner una tienda de deportes. La actividad no le resulta del todo ajena porque es sobrina de la exjugadora de fútbol del Rayo Vallecano y de la selección española, Sonia Vesga, que la apoya cien por cien.  «En Briviesca, la práctica del deporte ha crecido y la gente se tiene que vestir…», apunta Laura.  

Para arrancar la actividad en junio de 2014, contó con un préstamo a bajo interés de la Sociedad para el Desarrollo de la Provincia de Burgos (entidad dependiente de la Diputación Provincial) y capitalizó el paro. Además, obtuvo el apoyo de su familia. La joven ha comenzado su aventura empresarial con grandes dosis de ilusión. «Ahora, me toca pelear e intentar que salga para adelante», indica. A los briviescanos les anima a entrar en la tienda sin compromiso alguno. «Que entren y miren como hacen en las tiendas de las ciudades grandes, que para esto estamos», apunta Laura quien agrega que «los artículos no son más caros en Briviesca que en Burgos, lo pueden comprobar».  

María Rosa Sagredo abrió en agosto de 2014 un centro óptico y parafarmacia en el número 1 de la Calle Medina. Con 37 años y después de 12 trabajando para otros como farmacéutica y optometrista, consideró que había llegado el momento de embarcarse en su propio negocio. Hija del conocido empresario local Valentín Sagredo, dedicado al sector de los abonos, las semillas y los carburantes, está convencida de que tiene un gen emprendedor. La reforma del local que ahora ocupa la tienda la hizo con los gremios de Briviesca y arrancó la actividad con una empleada. «En el tema de la óptica creo que no se daba un servicio suficiente  en Briviesca y ello llevaba a mucha gente a subir a Burgos y creo que ahora, sin tener que desplazarse, pueden encontrar un servicio personalizado con precios para todos los bolsillos, puesto que tenemos desde las ofertas que nuestro grupo de ópticos ofrece hasta las marcas más destacadas», indica. Por otro lado, añade que su establecimiento cuenta «con aparatos de última generación con el fin de poder realizar todas las pruebas optométricas oportunas y así llegar a conseguir mejorar la agudeza visual del paciente». En el apartado de la parafarmacia, agrega que al cliente «se le da consejo farmacéutico en todas las marcas del sector». María Rosa explica que su negocio ahora está  en la fase de darse a conocer. «Los clientes que vienen dicen cómo sorprendidos que parece una tienda de ciudad y yo creo que cuesta lo mismo hacerlo bien que hacerlo mal ¿por qué entonces vas a hacerlo mal?», indica. María Rosa  resalta que los puntos fuertes de su establecimiento son varios. «Como pertenecemos a un grupo fuerte del sector, aquí los clientes van a encontrar la misma variedad de marcas y las mismas ofertas que en la ciudad y, además, van a tener consejo profesional», manifiesta. La briviescana anima a otras mujeres a emprender «porque se puede hacer arriesgando y trabajando».

Montse Gómez se ha inclinado por la hostelería a la hora de emprender. En abril de 2014 reabrió y reformó un bar ‘de toda la vida’ en el número 18 de la Calle Mayor. Tiene 40 años y una lesión le apartó de su puesto de trabajo en una fábrica de la ciudad. Ni corta ni perezosa, «no había muchas más opciones» indica ella misma, capitalizó el paro y pidió un préstamo al ICO para arrancar. «Miré subvenciones para mujeres emprendedores y no encontré ni una», afirma. Montse es una mujer realista.  Sabe que ha emprendido por necesidad y considera que hay que arriesgarse pero con los pies en la tierra. «Los emprendedores no deben olvidar que al principio todos son gastos y que los beneficios llegan más adelante; eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de gestionar el dinero», apunta. El sector hostelero lo conoce bien pero también es verdad que su experiencia en él fue en tiempos boyantes que no son los de ahora.

Mete un montón de horas detrás de la barra y los fines de semana se da ‘el capricho’ de tener una ayudante durante unas horas. Quiere que su local sea un referente en Briviesca para cenar y picar.Con el churrasco a la plancha ha dado en el clavo. «Acabo de abrir y hay que esperar a que se consolide el negocio:el primer año hay que hacer mucha inversión, meter horas y tener mucha paciencia», apunta. Su bar se ubica en plena Calle Mayor, una zona que últimamente se está revitalizando con nuevos negocios. Por ello, anima al Ayuntamiento a que mejore el aspecto de la vía porque está en pleno corazón de la ciudad.   Las mujeres briviescanas se han lanzado a emprender en 2014 y no se para ahí el movimiento ya que el lunes día 2, otra fémina abre un comercio de ropa en la Calle Medina.