Una 'hoja de ruta' de cuatro puntos

J. D. BAZAGA (SPC)
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Desempleo, desigualdad, corrupción y secesionismo en Cataluña son los desafíos a los que Pedro Sánchez quiere hacer frente

«Desde ya». Fueron las palabras que pronunció ayer Pedro Sánchez para fijar el momento en el que va a empezar las negociaciones para cumplir con el mandato del Rey Felipe VI para intentar formar Gobierno. Y lo demostró poniendo encima de la mesa, en su primera comparecencia en el Congreso tras aceptar el encargo del Monarca, las líneas generales, y otras más concretas, de lo que quiere hablar en las primeras conversaciones que mantenga con el resto de fuerzas políticas desde hoy. De hecho, aprovechó su comparecencia para marcar la hoja de ruta de sus negociaciones, con cuatro puntos que, a su juicio, deben marcar las conversaciones porque son los retos a los que se enfrenta España de inmediato: la falta de oportunidades laborales, la desigualdad, la complicada convivencia con Cataluña y la crisis de confianza de los ciudadanos en sus instituciones.

«Voy en serio», repitió varias veces el mandatario del PSOE, y dotó de fuerza ese ánimo de conseguir su empeño señalando las primeras medidas que quiere implantar si consigue llegar a la Moncloa porque, como había anunciado en otras ocasiones, «antes del con quién viene el para qué». El programa, es por tanto, el objetivo prioritario del líder de Ferraz que no hablará de sillones, sino de políticas para impulsar «ese Ejecutivo progresista y reformista». «El cambio debe ser de la mayoría de los conciudadanos o no será», enfatizó. Es por eso que reiteró su intención de «mirar a izquierda a derecha» para buscar alianzas para acordar las medidas que son necesarias poner en marcha cuanto antes.

En cuanto a estos proyectos de los que tratará con el resto de las formaciones para buscar el respaldo necesario que le convierta en presidente, destacó, en primer lugar, la búsqueda de oportunidades laborales. «La prioridad será la creación de empleo», para lo que los socialista propondrán la creación de un nuevo estatuto de los trabajadores y la recuperación del diálogo social «quebrado» en estos cuatro años. En principio, esa nueva normativa para los empleados supondría la derogación de la reforma laboral puesta en marcha por el PP, una de las promesas electorales de Sánchez que comparte, además con Podemos e Izquierda Unida, entre otras fuerzas. De Ciudadanos, en cambio, siempre se han mostrado partidarios de modificar ese proyecto popular, pero sin anular por completo.

«Consolidar la recuperación económica y que ésta llegue a la mayoría de los españoles» que, en su opinión, son la clase media y trabajadora, que han pagado la crisis y las políticas del Gobierno. Es por eso que «garantizar nuestras cuentas públicas, controlar el déficit de las Administraciones y la deuda pública desbocada» formarán parte de esa hoja de ruta que estará en las negociaciones con el resto de partidos.

Cambios en la fiscalidad. Según desgranó, Sánchez propondrá una reforma fiscal «que no suba más los impuestos a la clase media» y ponga fin a las amnistías. La transición energética y la reindustrialización ya formaban parte de sus medidas en caso de llegar este momento que el Rey le ha brindado a Sánchez, con el ánimo de luchar también contra el cambio climático.

Asimismo, abogó por un «gran pacto educativo» acompañado de ciencia y cultura que «convierta las becas en un derecho, que baje el IVA cultura, que defienda la propiedad intelectual y que aporte nuevos planes de retorno para que muchos jóvenes científicos que ahora mismo han tenido que emigrar como consecuencia de los recortes perpetrados estos cuatro años».

Combatir la desigualdad está también entre los grandes desafíos a los que el líder socialista quiere hacer frente por lo que planteará una «alianza para la esperanza» al resto de formaciones con el ingreso mínimo vital «que acabe con la pobreza infantil en cuatro años y reconstruya el estado de bienestar». Recuperar la universalidad de la Sanidad, reconstruir el Pacto de Toledo para la refinanciación de las pensiones de hoy y también de las de mañana y hacerlas prestaciones «libres de copagos» y erradicar el terrorismo machista estarán también sobre la mesa en las negociaciones que mantendrá con las formaciones.

Regeneración. En tercer lugar citó la regeneración democrática de las instituciones y la lucha contra la corrupción porque «las instituciones son de los ciudadanos», por lo que quiere crear normas para que «nunca más» un partido use en beneficio propio la Administración, donde entraría la «tolerancia cero contra el fraude político y el final de los aforamientos de diputados y senadores». Un gran pacto por la regeneración que incluiría en las primarias en los partidos, la limitación de mandatos y la paridad entre hombres y mujeres en las listas y los cargos orgánicos.

Por último, el socialista citó como cuarto desafío para España la crisis de convivencia en Cataluña por el independentismo. «El PSOE defenderá siempre la integridad de España y el respeto a la Constitución y a la ley» enfatizó, pero, a continuación, afirmó que solo con la ley no basta por lo que «hace falta política». Es aquí donde esgrimió su reforma en la Carta Magna que avance «hacia un estado federal que garantice la unidad de una nación diversa».

En definitiva, Sánchez quiere «resolver los problemas de los españoles» porque tras cuatro años de Gobierno del los populares España afronta estos cuatro grandes desafíos a los que dar respuesta inmediatamente, dijo. «Antes de las alianzas los proyectos, y antes de los nombres los programas», incidió para reafirmar que lo importante es que «poner encima de la mesa políticas y prácticas políticas distintas».