Un partido de verdad

DIEGO IZCO
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El Bayern-City, único duelo con 'olor' a Liga de Campeones de la primera jornada, terminó con un gol en el descuento

Un partido de verdad - Foto: MICHAEL DALDER

Nada nuevo bajo el sol. Se repiten las rutinas:los favoritos, cada vez más preparados deportiva y económicamente, miden sus fuerzas en la primera fase, una liguilla  de escasas o nulas sorpresas con pocos partidos dignos de la competición... El sorteo, no obstante, arroja enfrentamientos que sí inyectan cierto ‘olor’ a Liga de Campeones desde el primer instante. Duelos equilibrados, tácticos, que huyen de la goleada apacible, de la victoria al 50 por ciento. El Bayern-City fue el primer partido de verdad del torneo.

Guardiola y Pellegrini planificaron el choque con mimo;fue un duelo táctico de alto copete, uno de esos partidos ásperos para el espectador neutral, pero jugosos para quienes desgranan los encuentros meticulosamente. El clásico partido, resuelto con un gol de Boateng en el último suspiro, que recuerda a los aficionados que la temporada empieza dos veces:cuando arranca la Liga... y cuando arranca la Champions.

variedad. El estreno de los cuatro representantes españoles tuvo todos los colores posibles. El campeón, el Real Madrid, se dio un baño y masaje ante el Basilea. El equipo suizo pecó de inocente, tal vez temerario, con un partido en el que pretendió llevar la voz cantante. El infortunio visitante (un gol en propia puerta abrió el marcador) desencadenó el habitual vendaval goleador de los blancos, letales con espacios y a la contra. Bale destrozó una y otra vez la línea de contención helvética y, en un partido no especialmente brillante, el bloque ‘merengue’ logró un 5-1 plácido.

El otro triunfo, el coleccionado por el Barça, careció absolutamente de brillo. El rival parecía propicio para la empresa, pero, consciente de su inferioridad, hizo exactamente lo contrario que el Basilea en la víspera. El Apoel cerró todos los espacios posibles atrás y, de hecho, el Barça recurrió a una jugada a balón parado para abrir (y cerrar, porque no se movió más) el electrónico. El 1-0, acudiendo al tópico, deja la sensación de que lo único bueno fueron los tres puntos en el estreno.

Sorprendió, un día antes, la derrota del Atlético de Madrid en grecia. El subcampeón había mostrado un comportamiento exquisito lejos de su estadio el pasado ejercicio, cuando llegó a la gran final de Lisboa... y a las primeras de cambio, las rotaciones le salieron mal. Encajó tres goles en su visita al Olimpiacos, casi los mismos que le hicieron el pasado año en todo el torneo y ahora deberá remar contra corriente.

Por último, el Athletic jugó uno de esos partidos de ‘empate y gracias’. El Shakhtar, buen equipo y experimentado en la gran competición, anuló el efecto de San Mamés. Los ucranianos se mostraron superiores y Gorka Iraizoz evitó la derrota.