Burgos busca a Julián

P.C.P. / Burgos
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El anciano encorvado del abrigo que deambula y registra las papeleras de toda la ciudad lleva días desaparecido • Al parecer, su última residencia era una pensión de Fuentecillas

El anciano, en la calle Martínez delCampo, que suele frecuentar por la mañana. - Foto: Pontzi

Quizás ayer no se diese cuenta. Probablemente hoy tampoco se haya percatado. Pero tarde o temprano lo hará. Sentirá que los hitos que jalonan su Burgos diario, el paisaje cotidiano de su camino a casa o al trabajo está incompleto, inacabado, extraño. ¿Qué ocurre? Falta Julián.  

Esa es la única certeza.Todo lo demás son datos confusos, fotos borrosas, pinceladas ágiles como las que usó Ignacio del Río para retratarle con tal precisión que se le ven hasta las entrañas, con tal ternura que encoge el alma. El artista lo pintó de memoria, sin conocerlo.«Siempre me ha impresionado. Es un tipo de esos que deambulan por las calles sin que sepamos desde cuando». Hablaba por boca de toda la ciudad.

El Poeta, cuentan que una vez escribió unos versos; el Bolsas, a manos llenas en los anchos y abiertos bolsillos, el Ebanista, quien intuyó destrezas de carpintero en el movimiento de sus manos... Seguramente cada burgalés tenga un apodo, una palabra clave para referirse a este hombre delgado y bajito, a ese anciano a un abrigo adosado, de contacto visual huidizo, cuya atención acaparaban más las papeleras que las personas.

Se lo ha cruzado hace poco, muy poco. ¿Verdad? Pero ¿cuándo? ¿Dónde? Al parecer su última residencia era una pensión de Fuentecillas. En esa zona iniciaba su recorrido matutino hacia el barrio San Pedro de la Fuente, los Cubos, la Catedral -allí aseguran haberle visto esta misma semana- la plaza de España, en Reyes Católicos ya entrada la noche... De ahí que elCuerpoNacional de Policía le busque por todo Burgos, ayer enSanPedro y San Felices pero sin un rastro claro.

Son tantas las pistas. Por ejemplo, las que le sitúan el pasado fin de semana en Bilbao, ciudad de la que al parecer provenía JuliánSantamaría. De 82 años y cada vez más encorvado, podría haberse desorientado y buscado refugio en alguna lonja, nave o casa abandonada de cualquier punto de la ciudad, tanto del centro como de la periferia. Desde Cáritas han confirmado a la Policía Local, que también lleva varios días patrullando con su foto encima, que nunca requirió de los servicios de su albergue o del comedor social. Pero no dormía al raso, solía frecuentar pensiones.

¿Oyó alguna vez una palabra salir de su boca? Quizás ni eso. Pero él siempre se protege del viento norte con corbata o bufanda, de la lluvia con un raído paraguas y del olvido con un montón de bolígrafos. Tiene mucho que contar. Aunque no lo quiera compartir con toda la ciudad.