Las bodas civiles superan casi en un 20% a los enlaces religiosos

R.C.G. / Miranda
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De las 124 parejas que contrajeron matrimonio en el último año, 72 optaron por el juzgado o el Ayuntamiento. En lo que va de 2014 ya se han oficiado más de medio centenar de uniones

La capilla Félix Ladrero es la que acoge la mayor parte de bodas que se celebran en el Ayuntamiento. - Foto: R.L.

La situación económica ha obligado a muchas parejas a aplazar sus planes de matrimonio o incluso suspenderlos, y además cada vez son más quienes optan por no formalizar su convivencia, por lo que las estadísticas reflejan que el número de enlaces se ha reducido en los últimos años.

En lo que va de 2014 se han dado medio centenar de ‘sí, quiero’ y aunque hay fecha fijada para un número similar antes de que concluya el ejercicio, parece difícil que se alcancen las 124 bodas de 2013, una cifra que indicaba una pequeña recuperación pero que aún estaba alejada de la que se registraba antes de la crisis.

Lo que confirman los datos es la tendencia mayoritaria a contraer matrimonio por lo civil en vez de hacerlo por la Iglesia. El 60% de las bodas celebradas en la comarca tienen lugar en el juzgado o el Ayuntamiento, que se reparten casi a partes por igual las uniones, mientras que el 40% optó por la tradición católica.

Desde la restauración de la capilla Félix Ladrero, situada en el Conservatorio, casi todos las parejas que eligen casarse en el Consistorio lo hace en dicha estancia, siendo testimonial el uso del salón de plenos. Su decoración y sonoridad ofrecen más posibilidades para una ceremonia que se hace «a gusto de quien se casa», como apuntan desde Alcaldía, ya que el trato a cada pareja es personalizado e incluye un contacto permanente en los días previos. Además, se puede elegir el concejal que oficiará la ceremonia y el único requisito que se impone es  que la celebración no dure más de treinta minutos «porque después puede haber otra boda».

Durante ese tiempo hay quienes leen textos propios, interpretan canciones o simplemente optan por la lectura de los artículos del Código Civil. Y es que cada vez son más quienes prefieren actos sencillos, como evidencia que más de la mitad de contrayentes se decante todavía por el juzgado, donde la ceremonia es mucho más sobria, y eso a pesar de que a diferencia del Ayuntamiento, no se ofician bodas los sábados, uno de los días más demandados.

Para los reportajes fotográficos, la apertura del CIMA ha brindado un nuevo escenario y de hecho el Castillo ha remplazado al jardín botánico como el lugar más solicitado por las parejas para inmortalizar su enlace.

 

Por la Iglesia

El descenso paulatino en las bodas religiosas ofrece diferentes interpretaciones. Hay quienes consideran que responde a una crisis espiritual mientras que otros que lo achacan a los cambios en las tendencias sociales y la preferencia por celebraciones más austeras. «En realidad el que se quiere casar por la Iglesia no tiene por qué gastar ya que solo hace falta la voluntad de querer contraer matrimonio ante Dios y se puede hacer de forma sencilla en la parroquia; el resto de actos posteriores son ajenos al sacramento», recalca Odorico Arranz, arcipreste de Miranda.

Entre los que siguen los preceptos religiosos, los templos más solicitados son Sagrados Corazones, «sobre todo si han sido alumnos del colegio», La Salle y El Espino, emplazamientos estos dos últimos que «por la belleza del lugar» asumen casi la mitad de los enlaces.

Por este motivo, muchas de las parejas mirandesas realmente no están inscritas en el registro civil de la ciudad, sino que al depender estas dos iglesias de los ayuntamientos de Bugedo y Santa Gadea, quedan anotadas en dichas localidades. Por ahora, están previsto finalizar el año con 47 bodas religiosas, cinco menos que el anterior ejercicio.