«Debemos responder a las necesidades reales»

I.L.H. / Burgos
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Nicolás Castellanos, alma de la Fundación Hombres Nuevos, agradece el Premio Solidaridad que otorgan los estudiantes de La Merced y defiende la «calidad y calidez en la educación»

Lleva 23 años apostando por los más pobres de Bolivia, un país en el que existe un millón de niños y niñas sin escuela. Nicolás Castellanos (Mansilla del Páramo, León, 1935) renunció a su cargo de obispo para marcharse a trabajar al país latinoamericano para tratar de «mejorar todas las dimensiones de la persona humana»: «Partimos siempre del pobre: necesita una escuela, un hospital, canchas para jugar, vivienda, espacios para el tiempo libre... defendemos que el pobre tiene los mismos derechos que el rico, también para acceder a una piscina, por ejemplo».

El trabajo que realiza con la Fundación Hombres Nuevos fue ayer reconocido con el Premio Solidaridad que otorgan los estudiantes de Formación Profesional del Centro Educativo La Merced-Jesuitas: «Es bueno que se conozca que existe pobreza en el mundo y con este premio difundimos un proyecto que trabaja en beneficio de los más desfavorecidos. Es también una motivación para seguir reduciendo las fronteras de la pobreza», afirmó minutos antes de recoger el galardón.

La Fundación Hombres Nuevos trabaja en 23 áreas con las que buscan responder «a las necesidades reales y sentidas de la gente»: promoción social, vivienda, salud, educación, microempresas, cultura... Con un gasto mensual de 15.000 euros, dan servicio a miles de personas a través del centenar de escuelas que han abierto en el país, dan de comer a diario a 400 niños y niñas y realizan anualmente un centenar de campañas de cirugía a bajo costo del aparato digestivo, fisioterapia, oftalmología, urología, ginecología... «Estamos implicados fundamentalmente en la educación. Queremos seguir haciendo colegios y dar calidad y calidez a la educación. Antes construíamos 5 ó 6 colegios al año; ahora con los recortes hacemos uno».

El Premio Príncipe de Asturias de la Concordia aprovechó el encuentro para mostrar su satisfacción con el visto bueno a la beatificación del arzobispo salvadoreño Óscar Romero. «Es de sentido común. Tenía que haber sido mucho antes, pero hacía falta que llegara un profeta como el Papa Francisco para hacerlo. Es muy gratificante, como este Papa, que busca volver a las fuentes y responder a las necesidades del hombre y la mujer de hoy».