Adif derriba las edificaciones de la estación de Sarracín por seguridad

I.P. / Burgos
-

Se trata del inmueble de viajeros, el muelle cubierto, los aseos y un transformador, conjunto construido entre 1930 y 1950. La falta de mantenimiento, los robos, actos vandálicos y ocupaciones ilegales han provocado su deterioro

Las edificaciones que conforman las estaciones de trenes tiene un halo de romanticismo, quizás porque su imagen suele verse a través de una ventanilla y es tan rápida que no deja percibir su realidad y  da rienda suelta a la imaginación. Pero ahí están, forman parte del paisaje. En el caso de la estación de Sarracín, de la línea férrea Madrid-Burgos, lo hacían hasta estas pasadas fiestas de Navidad, en las que han entrado las máquinas contratadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, para derribarlas después de llevar levantadas más de medio siglo. La localidad se ha quedado huérfana de unas edificaciones muy características, incluso desde el punto de visto arquitectónico, y sus vecinos se preguntan si se pudieron haber salvado y haber podido reconvertirlas para acoger otros usos.

No ha sido así y Adif ha decidido su demolición por cuestiones de seguridad y ante la falta de uso de las mismas; el proyecto fue adjudicado por 10.890 euros a la empresa Construcciones Arte Resta que echó abajo las distintas edificaciones en la víspera de Navidad. Se trataba del edificio de la antigua estación de viajeros, el muelle cubierto, los aseos y un transformador, construidos entre los años 1930 y 1950 para prestar servicio a la línea férrea que se puso en marcha en 1968. Ahora, en el lugar que ocuparon esos inmuebles queda un solar, una plataforma con parte de la vieja grúa y muchos recuerdos enterrado de vecinos de Sarracín.

La alcaldesa de la localidad, Elena  Rodrigo, no oculta que es una pena que la estación haya sido derribada, como secuencia de la falta de rentabilidad de una línea que ahora apenas tiene un par o tres de trenes a la semana y solo de mercancías. Reconoce que Adif solicitó licencia para la demolición  -aunque finalmente ha echado abajo los edificios sin esperarla-  pero que en ningún momento planteó al Ayuntamiento la posibilidad de otras opciones, bien de que los inmuebles fueran adquiridos por el Ayuntamiento, volver a arrendar el edificio de viajeros para otros usos como alojamientos rurales o un centro de interpretación como de hecho se han reconvertido en muchas localidades, u otras soluciones.

También es cierto, reconoce la alcaldesa, que el Ayuntamiento no dispone de fondos para invertir en dichos inmuebles, pero cree que se podrían haber «explorado otras posibilidades», aunque también es consciente del estado de deterioro que sufría la estación, sobre todo el edificio de viajeros por dentro. Por su parte, desde Adif se tomó la decisión, según explican fuentes de desde del Administrador de Infraestructuras, porque ya no estaban en uso y por su actual estado de deterioro, debido ser objeto de ocupaciones ilegales, pintadas, actos vandálicos, presencia de ratas y  sustracciones de todo tipo de materiales, desde cableado, hasta algunos muebles y enseres, las escaleras de madera o la madera de techos e, incluso, las columnas de piedra que soportaban los pórticos de la entrada.

Aunque por fuera, el edificio de viajeros conservaba sus fachadas, por dentro, corroboran desde Adif y el Ayuntamiento, estaba en ruinas debido al deterioro de la cubierta, lo que suponía un riesgo para cualquier viandante que al pasar por allí sintiera la tentación de entrar, caso de chavales, lo que es frecuente. Adif, desde que la línea dejó de tener parada en Sarracín para viajeros, no ha llevado a cabo labores de mantenimiento por lo que el deterioro solo ha ido a más cada año.