Menos interés por trabajar en Europa

C. Berges / Burgos
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Las consultas a la red EURES en Castilla y León han descendido desde junio de 2013 hasta lo que llevamos de año de 75.878 a 6.126 personas que buscan ofertas en Europa

La situación económica del país no es fácil de soportar sobre todo si has terminado recientemente unos estudios superiores. Los jóvenes, desesperados por ser contratados en algún trabajo buscan alternativas al no encontrar empleo. Una de las causas por las que no tienen esta posibilidad es porque muchas empresas quieren a un candidato con experiencia mínima, hecho que hace que los recién titulados no tengan posibilidad.

Una posible salida es buscar trabajo en el extranjero. EURES es «es una red de cooperación para el empleo y para la libre circulación de trabajadores, uno de los principios fundamentales de la Unión Europea», tal y como citan en su web. Puede ser una vía de escape con destino europeo para aquellos que quieran poner solución a su situación. Elena Quintano, consejera delegada en Burgos, explica que «somos un puente entre el trabajo en otros países y el demandante; la gente viene a preguntar por ofertas específicas que publicamos en nuestra web o directamente a informarse».

Los datos de las consultas en Castilla y León desde que comenzó la crisis llaman la atención puesto que en el periodo de junio a julio de 2007 a 2008 fueron 5.994 personas que se interesaron en las ofertas y el año siguiente se registraron 13.377. El punto cumbre en el que los castellanoleoneses acudieron a estas oficinas buscando soluciones se dio desde julio de 2012 hasta junio del año siguiente siendo de 75.878.

Cabe destacar que el año pasado bajaron estas cifras hasta 6.126 y en Burgos durante el último trimestre se han gestionado 376 consultas. Quizá un factor que hace que estos datos sean más bajos es que el 87,7% de los titulados por la Universidad de Burgos que finalizaron sus estudios cuatro años atrás está trabajando en Castilla y León, según el análisis realizado por la empresa de trabajo temporal Randstad. «Lo que más se busca en Europa es trabajo en el sector de la construcción -son sobre todo titulados-, en el sanitario o empleo relacionado con administración y finanzas; los países quieren españoles especializados en sanidad, hostelería, programadores informáticos o ingenieros industriales», añade Quintano.

Una de las cosas que se preguntan a la hora de las consultas es cuánto se va a cobrar. «Es difícil hacer una media pero por ejemplo en Noruega pueden llegar a cobrar 3.000 euros, se paga en función de la ‘valía’ del candidato; no tienen salario mínimo interprofesional como aquí y por eso es difícil saberlo», relata la consejera. Según la misma fuente, en Inglaterra éste va incrementando según se adquiera experiencia y con el tiempo. «Una enfermera que lleva viviendo en Londres bastante tiempo puede llegar a los 2.000 tranquilamente», afirma Quintano.

Otro aspecto que  se tiene muy en cuenta es que en muchas ocasiones ni siquiera piden experiencia, uno de los mayores problemas de los jóvenes aquí. «A veces la urgencia por contratar a alguien es tal que no piden que hayas trabajado en el sector y además tampoco exigen un nivel demasiado alto en el idioma», explica la misma fuente de la red de cooperación Eures.

Subvenciones

Esta red pone a disposición de los solicitantes unas ayudas para que el trámite no les sea muy costoso. Este apoyo financiero para los desempleados pueden cubrir los gastos de los desplazamientos por las entrevistas de trabajo, prácticas en un país europeo o Suiza e incluso cursos de idiomas que son necesarios para poder adquirir el empleo.

«Creo que es muy interesante y que además la gente no conoce tanto estas subvenciones que se ofrecen», afirma Quintano.