El gran reto de Ana Botín

Agencias
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La primogénita del banquero cántabro fallecido toma las riendas del Santander con el desafío de consolidar el imperio que levantó su padre y recuperar la rentabilidad perdida con la crisis

El gran reto de Ana Botín - Foto: VINCENT WEST

Todas las miradas del sector están puestas en ella: Ana Patricia Botín, la primera mujer que preside una gran entidad financiera, la hija del banquero más importante de la historia de España -el recientemente fallecido Emilio Botín-, que acaba de asumir las riendas de una de las más grandes firmas de la escena mundial y la de mayor peso en la zona euro.

Ante sí tiene el reto de consolidar el imperio en el que convirtió al Banco Santander su progenitor, partiendo de una entidad familiar, y demostrar con ello que no es presidenta porque haya heredado el cargo de su padre. «Daughter appointed to head Santander» (La hija, nombrada para dirigir el Santander) titulaba hace unos días, por ejemplo, el diario The New York Times, apuntando a esa idea.

«Ana sabe bien la responsabilidad que tiene y, por supuesto, que está preparada para el cargo». Estas palabras cobran especial relevancia cuando quien las pronuncia es Francisco González, el presidente del BBVA, rival director del Banco Santander.

«Es una magnífica profesional a todos los niveles y es difícil encontrar personas con su currículum para poder dirigir un banco como el Santander. Estoy seguro de que lo va a hacer muy bien», coincide el máximo responsable de la eléctrica Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

Ana Botín -hace ya un tiempo que Ana Patricia, como se la ha conocido en España, quiere que la llamen Ana a secas- ha asumido con 53 años y una sólida trayectoria las riendas del negocio familiar. Es la cuarta Botín en hacerlo.

Para ello estudió en Estados Unidos y se graduó en Economía en Harvard, domina cinco idiomas y lleva 26 años en el banco que ahora dirige, en el que participó activamente en su desarrollo en América Latina.

Presidió también Banesto, que reestructuró y metió en el Ibex 35, y, durante los últimos cuatro años años, ha dirigido la filial británica del Santander. Por todo ello, en 2013, la cadena BBC ya la situó como la tercera mujer más poderosa del Reino Unido.

La principal tarea de Ana Botín, según coinciden analistas y prensa económica, será recuperar la rentabilidad perdida por el banco en los últimos años. De hecho, sus acciones cerraron el pasado miércoles, día en el que murió su padre, a 7,7 euros. En 2007, antes de la irrupción de la crisis, valían 15 euros.

Y es que, aunque la situación económica y financiera ha mejorado y se han dejado atrás los períodos más negros, 2011 y 2012, el escenario en el que se mueven el Santander y los demás bancos está marcado por esa crisis. Así, el core capital exigido por los supervisores es mayor y la debilidad del mercado sigue siendo un hecho por el poco crédito que se concede.

Mercado nacional. Por todo, la continuación de la política de diversificación geográfica que tantos réditos ha dado a la entidad es algo que se da por supuesto de la mano de su nueva presidenta. Sin embargo, Ana Botín tendrá que enfrentarse a desafíos en los lugares en los que está presente el banco, como recuperar el terreno perdido en su mercado natural, España, que el año pasado aportó solo un 7 por ciento de los beneficios récord que obtuvo el grupo (4.370 millones de euros, un 90,5 por ciento más que en 2012).

En esta línea, el Santander deberá consolidar su presencia en Europa, sobre todo en Alemania, donde juega un papel a través de la banca de consumo. No todas las entidades germanas salieron igual de la crisis y hay expertos que creen que los test de estrés sacarán a la luz firmas comprables, aunque hay también quien alerta de que puede ser un negocio poco rentable.

Por otra parte, en América Latina, el reto para Ana Botín será afrontar la ralentización económica que están mostrando algunos países. Sobre todo la de Brasil, que es la punta de lanza de la entidad española en la región. En cualquier caso, el relevo en el mando del Santander no parece que vaya a traer consigo sobresaltos.

Lo estiman los analistas y lo parece respaldar el hecho de que la primogénita de Botín fuera nombrada el pasado martes por unanimidad, cuando no habían transcurrido ni 24 horas de la muerte de su padre. Obtuvo el apoyo de todos los miembros del consejo de administración del banco. Y eso es algo que valoran los mercados.