Se acaba el sueño español

MANUEL BELVER
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El portero francés Omeyer y unos árbitros eslovenos muy permisivos frenan a los 'Hispanos' (22-26)

Francia volvió a cruzarse ayer en el camino de España. De nuevo, en la antesala de una final, como hace un año en el Europeo de Dinamarca o tres en los Juegos Olímpicos. En esta ocasión, en el Mundial de Doha. De nuevo, la selección comandada por Nikola Karabatic y un inmenso Omeyer evitó que los ‘Hispanos’ luchasen por lo máximo. Y ahora tendrán que jugar mañana ante Polonia el encuentro que nadie quiere a estas alturas del torneo.

El choque puede tener muchas lecturas. Y todas llevan al mismo sitio, a la derrota. España no estuvo bien en la primera parte, ni en ataque ni en defensa. Llegó a perder por cinco y alcanzó el descanso a cuatro goles de distancia. Pero mejoró, y mucho en la segunda. Sobre todo en defensa. Aunque no pudo empatar. Bueno, no la dejaron. Los árbitros eslovenos Krstic y Ljubic, los mismos que pitaron los duelos entre la ‘roja’ y los galos en Londres y en el Europeo de hace un año, acabaron siendo más protagonistas de lo que se esperaba. Un gol anulado a Chema con 18-19, una exclusión a Viran Morros, un par de siete metros no pitados y la permisividad en las defensas interiores… No fue su día. Y luego está Omeyer. El portero francés evitó con sus intervenciones que España culminase una remontada que parecía imposible en el intermedio y que estuvo cerca hasta el minuto 55.

Ahora toca levantarse. Los de Manolo Cadenas perdieron la opción de volver a ser campeones del Mundo por tercera vez en su historia, pero una medalla vale y cuesta mucho. Y mañana toca pelear.

El cuadro nacional empezó mandando, pero solo en el marcador, no en las sensaciones. Francia entró muy cómoda al partido, sobre todo en ataque. Karabatic y Narcisse martillearon la portería de Gonzalo Pérez de Vargas sin compasión. Eso obligó a un tiempo muerto muy temprano de Cadenas y a variar la defensa, para evitar que los galos rompiesen el choque (6-9, minuto 12).

Para entonces ya se veía que el ataque estático no iba a tener su día. Y la defensa tampoco. Y encima Omeyer empezaba a aparecer. Aun así, la campeona del mundo nunca bajó los brazos. Muchos cambios, relevos en la primera línea, arreones de Álex o de Cañellas, goles de infortunio en la portería de Gonzalo, pasos y faltas en ataque después acabaron con un 14-18 al descanso que reflejaba los problemas en ataque y, sobre todo, en defensa, con una sola contra en 30 minutos.

Pero esto es balonmano. Y España es la actual campeona del Mundo… al menos hasta mañana. Los ‘Hispanos’ salieron muy enchufados tras el intermedio. Dejaron a Francia en un solo gol en 12 minutos, tuvieron varias acciones de ataque para empatar, para culminar la hazaña, incluido esos pasos mal pitados a Chema, pero no lo lograron. En un partido con esta igualdad, cualquier acción marca. Y ésa fue clave. Igual que las intervenciones de Omeyer, con esos tres siete metros parados.