Las aceras de la discordia

L.M.
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Comerciantes del Mercado Norte ven innecesario el aumento de espacio peatonal en Hortelanos y denuncian el recorte de plazas de aparcamiento y la presencia de obras en plena campaña de Navidad

No ha contado con el bombo y la publicidad que tienen otras obras, cuyo inicio se anuncia con varios días de antelación para que los vecinos de Burgos sepan que algo va a pasar en un entorno concreto. El Ayuntamiento comunicó el miércoles a los comerciantes del MercadoNorte que el lunes arrancarán los trabajos de ensanche de aceras en la plaza de Hortelanos, y estos no están nada conformes.

La actuación tiene como principal novedad la supresión de 35 plazas de aparcamiento en ORA para terminar con el estrechamiento que se produce al transitar los vehículos desde la primera plaza según se accede por San Lesmes a la segunda, que da salida a la avenida delCid. Este es, sin duda, uno de los principales problemas que ven los comerciantes del Mercado, que admiten estar cansados de promesas sobre la renovación de un edificio que se cae a cachos. «Es una obra completamente innecesaria, no tiene sentido», admite Paco Santamaría, que regenta una pescadería en la planta baja del inmueble. En la misma corriente se mueve Jesús Marijuán, colega pescadero que pone énfasis en la pérdida de espacio para que tanto los clientes como los propios comerciantes puedan dejar sus vehículos. «Creo que no es necesario que se hagan unas aceras más anchas. Si la gente no puede venir en coche a comprar terminarán yéndose a las grandes superficies, donde hay aparcamiento para aburrir», asegura.

Admiten los dos concesionarios que por las mañanas, a primera hora, la plaza se llena de furgonetas que descargan el género que posteriormente se muestra en los puestos. «Hay días que nos tenemos que ir hasta Reyes Católicos a aparcar las furgonetas, si nos quitan espacio estamos perdidos», denuncia Santamaría. La supresión de esta zona para coches y la presencia de obras hasta entrado el 2019 conllevará molestias para los comercios, que tendrán que ingeniárselas para llevar sus productos hasta el escaparate cuando haya un solo carril de circulación. «Es una pena todo lo que están haciendo alMercado», lamentan desde Carnicerías Berezo.

Además del impedimento por la eliminación de aparcamientos, ven en la presencia de obras durante los próximos meses otro punto crítico. «Viene mucha gente mayor, y si la marean con obras, pasos provisionales o cortes de acera dejarán de acudir por miedo a caerse», lamenta Santamaría.

También denuncian la desinformación y falta de previsiones por parte del Ayuntamiento, ya que no ha sido hasta apenas cinco días antes cuando les han trasladado el inicio de los trabajos. «Parece ser que nuestra opinión no cuenta para nada», sentencia Marijuán.

El portavoz del PSOE en el Consistorio,Daniel de la Rosa, asegura que esta actuación es «un antojo por parte de Javier Lacalle, que solo responde al interés personal para colgarse alguna medalla antes de abandonar la Alcaldía».

«que esperen a enero». Es cierto que los grandes y modernos hipermercados, donde uno encuentra de todo, han robado mucha clientela a los mercados tradicionales, máxime cuando estos cuentan con una instalación tan precaria como la del Norte. Si a esa fragilidad se suma obras en sus alrededores durante uno de los periodos donde más caja hacen del año -si no el que más- como la Navidad, el temor de los comerciantes se incrementa, a pesar de que se ha anunciado que se detendrán 15 días. «En plenas fiestas vamos a tener la plaza levantada. No tiene sentido ninguno. Que se esperen a que llegue enero o febrero, que hay muchos menos clientes», esgrime decepcionado Santamaría.

Admiten todos que esta actuación va a suponerles «un grave trastorno», y muestran su disconformidad con el proyecto. «Me parece ridículo que se vayan a gastar dinero en una obra antes de las elecciones cuando está pendiente la reforma del Mercado», admite Marijuán, mientras que desde la carnicería Berezo bromean con «no abrir» la semana que viene si los pocos clientes que acuden van a tener tantas dificultades para llegar. A pesar de ello, se resignan a continuar en su puesto y esperan que las ventas no caigan por debajo de la mitad que otros años, a la espera, «una vez por todas», de una intervención integral del edificio que llevan esperando mucho tiempo.