«En mi familia hay relatos para narrar zarzuelas y operetas»

JAVIER VILLAHIZÁN (SPC)
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Entrevista con la escritora Carmen de la Rosa (Sevilla, 1950), que acaba de publicar su primer libro, 'El Al Mizar', una novela con tintes autobiográficos sobre la clase media alta andaluza.

«En mi familia hay relatos para narrar zarzuelas y operetas»

Carmen de la Rosa es primeriza en el mundo de las letras. Tal es así que a sus 61 años de edad publica con la editorial Almuzara su primer texto: El Al Mizar, una novela que es el comienzo de su propia saga familiar.

Ama de casa, cocinera, piloto, periodista, publicista, viajera, escritora, bailarina… ¿le falta algo por hacer o por ser?

Sí, hay muchas cosas que me gustaría hacer. Es más difícil lo del ser, es más complicado, no creo que a estas alturas cambie lo que soy, quizás pueda mejorarlo o ampliarlo, no sé...

De todas esas actividades, ¿cuál es la que más le llena?

Sin duda, escribir.

Ha vivido también en nueve ciudades diferentes, además de conocer tres continentes. ¿Qué la lleva a ser tan impulsiva?

Mi carácter. Tengo capacidad de trabajo y soy tozuda, me gusta terminar lo que empiezo e intento hacerlo lo mejor posible.

A los 60 años decide empezar a escribir su primera novela, ¿qué le lleva a tomar esa decisión?

Le tenía un enorme respeto a escribir una novela. Durante toda mi vida he leído libros profundos, ensayos, poesía, narrativa... Y libros de entretenimiento, de intriga, novela negra, leo todo lo que cae en mis manos, si está bien escrito. Hace tres años, al finalizar de escribir un librito de memorias que titulé El club de Serón, mi hermana Rosario me planteó un nuevo reto: novelar las memorias familiares. Y salió El Al Mizar.

¿Es un reto empezar a escribir en la madurez?

Sí, precisamente eso fue para mí un gran reto, el más grande de los muchos que me había planteado. Al final, el texto no terminó en la papelera, sino en mi carrito de la compra en grandes bloques de fotocopias que fui mandando a todas las editoriales.

¿Cree que es más fácil iniciar el relato de una novela con 60 años, que uno posee un mayor bagaje cultural e intelectual?

A mí me ha ayudado. Estoy segura de que con 30 ó 40 años no hubiera podido escribir una novela como El Al Mizar. La edad que tengo son años de reposo, de sedimentación, de recuerdos y vivencias, y también de lecturas.

¿Por qué El Al Mizar?

Porque es lo conocido. No podría escribir una novela con una historia, un ambiente y una cultura distinta a la mía. No veo a Amalia y sus hermanas en Manchuria, es un suponer. Escribí El Al Mizar porque soy andaluza y creo conocer bien la mentalidad de la gente de mi tierra, y su forma de expresarse, de sentir... en una palabra, de vivir. Claro que también hablo de Heidelberg y de los alemanes. Convivir 22 años con un alemán me ha facilitado esa labor.

¿Qué ingredientes contiene? ¿Qué describe?

Describe la vida de Amalia y de su familia con muchos ingredientes: amor, odio, sensibilidad, muerte, alegría, desilusiones, proyectos, tristezas, empatías... Describe la historia de una familia con sus claroscuros. Y la de Amalia en Heidelberg, en otra cultura a la que se adapta... ¡sin dominar el alemán! Yo digo que mi novela posee tantos ingredientes como una selva negra.

¿Por qué es autobiográfico?

Es autobiográfico por pura necesidad. Me ha sido relativamente fácil estructurar el libro porque es, en gran parte, una historia real. Ha sido necesario en mi primera obra, aunque dicen que es un error en el que caemos los primerizos. En realidad, en mi familia hay historias suficientes para escribir tres zarzuelas y seis operetas vienesas.

¿Por qué ha centrado la historia en una trama de seis hermanas de la burguesía rural sevillana?

Porque es la sociedad que mejor conozco. Recuerdo que el ambiente en mi infancia era muy cerrado. Aunque era mucho peor en tiempos de mi madre.  Amalia es un producto típico de aquella educación nefasta. Pero se rebela y cambia.

¿Se siente usted también procedente de una clase alta andaluza?

No, mi familia no era de clase alta. Éramos de clase media alta.  Pero es cierto que conocí en mi casa al príncipe Pedro de Orleans y Braganza, primo hermano de nuestro Rey, y a un amigo repletito de títulos, no sé cuántas veces Grande de España.

¿Cree que esa categoría económica y social le ha marcado positivamente?

No, no me ha marcado positivamente. Amalia, mi protagonista, tiene una visión muy crítica de esa clase social a la que pertenece por nacimiento. Amalia echa de menos el haberse criado en una familia de profesionales con aspiraciones culturales; añora el haber tenido una buena biblioteca, como algunas de sus amigas del colegio.

¿Por qué habría que comprar o leer el libro?

Un lector me decía que El Al Mizar es amena y que su intriga nada tiene que envidiar a los best-sellers escandinavos. Otro escribía que es una mezcla de Dowton Abbey andaluz.

Dígame algo que todavía no haya hecho y desde siempre haya querido emprender.

Proyectos sencillos, de posible realización. Me encantaría hacer buenas fotografías y tener un jardín.

¿Cuáles son sus autores de cabecera?

Tengo muchos, de muy diferentes géneros y nacionalidades. Me encantan los autores italianos. Recomendaría La Mennulara, primera novela de Simonetta Agnello Hornby. En ella está magníficamente retratada la vida de una familia aristocrática rural de Sicilia. Mario Benedetti me gusta mucho. Me encanta Vargas Llosa, García Márquez, las novelas de intriga de Andrea Camilleri y su comisario Montalbano...

¿Y los alemanes?

Claro. Max Frisch, Dürrenmat, Henirich Böll y sobre todo Thomas Mann. La montaña mágica es una de mis novelas de cabecera.

¿Habrá una segunda parte de El Al Mizar?

No es una novela cerrada, tiene continuación narrativa. Pero Amalia ya no contará su vida andaluza, se va a enfrentar a problemas y misterios con su nueva familia en Alemania.