El CSN pide a Nuclenor las fechas de los trabajos necesarios para arrancar

A.C. / Garoña
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El Consejo de Seguridad Nuclear exige a la propietaria de Garoña una profunda inspección de la vasija, mejoras de la seguridad frente a accidentes severos o modificaciones de diseño

Santa María de Garoña detuvo su reactor en diciembre de 2012. - Foto: Luis López Araico

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)aprobó ayer una instrucción técnica mediante la que se solicitará a Nuclenor nueva documentación y requisitos adicionales, de obligado cumplimiento para la recarga del combustible y el arranque del reactor y que van asociados a la solicitud para renovar su licencia hasta el año 2031. Entre ellos se cuentan la ya conocida exigencia de una exhaustiva inspección de la vasija del reactor, mejoras en la seguridad para afrontar accidentes severos, como el ocurrido en Fukushima, o las modificaciones de diseño ya previstas en el informe del CSNde 2009. El CSN acordó además solicitar a Nuclenor que antes del 30 de septiembre le notifique «una previsión de fechas para el cumplimiento de todos los requisitos adicionales solicitados».

En cuanto a la vasija, el CSN avanza que Nuclenor habrá de llevar a cabo una inspección de la vasija del reactor para descartar defectos similares a los detectados en la central belga de Döel, cuyo fabricante coincide con el de la vasija Garoña. Asimismo, deberá llevar a cabo un programa de inspe-cción y seguimiento de las penetraciones del fondo de la vasija y verificar los componentes internos de la vasija y el plan de inspe-cción de las soldaduras circunferenciales de la misma. Los resultados de estas inspecciones deberán ser analizados de forma «previa» por el CSN antes del arranque.

Asimismo, para la recarga del combustible será de obligado cumplimiento la creación de un Centro Alternativo de Gestión de Emergencias, como un lugar seguro desde el que dirigir una situación de accidente severo, instalar un sistema de venteo filtrado para despresurizar y mantener la integridad estructural del edificio de la contención, donde se guarda el reactor, e instalar equipos recombinadores de hidrógeno en el edificio del reactor para evitar explosiones de este gas. Estas tres últimas modificaciones son fruto de las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima.

Asimismo, Garoña deberá implantar las modificaciones de diseño que ya se le plantearon en 2009 cuando el CSN informó favorablemente que la central funcionara hasta 2019. En este sentido deberá instalar un nuevo sistema de tratamiento y control de los gases radioactivos en diversos recintos y estructuras de la contención, mejorar la independencia de equipos y cables eléctricos o mejorar el sistema de protección contra incendios, entre otras cuestiones.

Además de todo ello, Nuclenor habrá de añadir a la documentación presentada el pasado mes de mayo actualización de su Plan de Gestión del Envejecimiento, un Plan de conservación de estructuras durante el cese o un Plan de formación del personal, entre otros documentos.