La Comunidad pierde más de 80.000 cazadores en los últimos diez años

P.V.
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Relevo generacional. La escasez de jóvenes que se incorporen a la caza ha provocado la pérdida de licencias, a lo que se suma el incremento de las tasas y gastos

La afición a la caza no atraviesa uno de sus mejores momentos. Desde la Federación regional calculan que en Castilla y León se han perdido más de 80.000 licencias en la última década ante la falta de relevo generacional. Un problema que se ha agravado con el incremento de las tasas y de los costes que lleva aparejados.
Felipe Vegue, uno de los vocales de la junta directiva, explicó a este periódico que hace diez años existían unas 180.000 licencias de caza en la Comunidad de las que actualmente quedan unas 100.000. «La realidad es que en los últimos años todo lo relacionado con la caza ha subido: las licencias, los permisos, los cotos, el transporte, los alojamientos...», recalcó, tras lo que añadió que mucha gente no se da cuenta de «la actividad económica brutal» que genera esta afición, «porque lleva a gente a zonas deprimidas de la Comunidad durante muchos fines de semana».
Pero si hay un problema en el sector que destaca Vegue es el relevo generacional, ya que la juventud no entra a formar parte de esta afición ni muestra interés por ella. Tampoco, como aseguran desde la Federación Regional de Caza de Castilla y León, se ha logrado impulsar campañas para su promoción.
«El joven debería tener más proximidad a otra visión de la caza y no únicamente la que están dando los ecoanimalistas, porque la caza es una forma de vida y de desarrollo como persona», aseveró.
Felipe Vegue resaltó que desde la Federación de Castilla y León están «muy preocupados» por estas cifras, ya que el alto coste de las licencias, de las más elevadas de toda España, y ahora el nuevo examen del cazador, con un precio de 55 euros, tampoco animan a la llegada de nuevos aficionados.
A estos problemas añadió la presencia en el campo cada vez de menos especies debido principalmente a la mecanización de la agricultura y al cambio climático que está provocando un adelanto de las cosechas. «No da tiempo a que se recuperen las poblaciones. Se elimina la comida de la fauna porque ahora se cosecha un mes antes y se han destrozado multitud de nidos con el adelanto de las cosechas», explicó el vocal de la junta directiva de la Federación regional.
Una situación que se agrava más en verano y en el caso de la caza mayor con el problema de los incendios forestales, por lo que esperan una mala temporada tras los últimos siniestros registrados: «Lo que está ocurriendo es que se está acabando con la naturaleza y el campo».
 
Licencia única. Vegue también se pronunció sobre la entrada en funcionamiento de la licencia interautonómica que permitirá cazar en varias regiones de España. Según aseguró, esta posibilidad no entrará en vigor hasta al menos el 1 de enero de 2016 y en el caso de Castilla y León, beneficiará para que lleguen más cazadores a la región.
«Nosotros somos una Comunidad receptora, no solemos exportar cazadores y sí recibir mucha gente, por lo que puede ser una oportunidad para las zonas rurales, principalmente de aficionados que provengan de regiones limítrofes como Madrid», indicó.
Desde la Federación Regional de Caza se apoya la puesta en marcha de medidas como el examen del cazador, ya que consideran que se deben de tener unas nociones básicas para dedicarse a esta afición.