Crear nuevos recuerdos

I.L.H. / Burgos
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Los catorce burgaleses o descendientes de burgaleses proceden de Cuba (2), Uruguay (3) y Argentina (9). Mañana participarán en la fiesta de Fuentes Blancas

Cuando entré en mi pueblo, Peñalba de Castro, después de más de treinta años les dije ‘déjenme que yo voy solita a mi casa’. Me acordaba de todo». Brígida Aguilera Pastor dejó el pueblo y la escuela que había cuando tenía 9 años. «Me fui con mis padres, otros tres hermanos y uno en camino a Argentina». Ahora que la Operación Añoranza le ha devuelto a su tierra, quiere recorrer de nuevo el pueblo durante quince días. «Ha cambiado todo mucho. El pueblo es ahora una aldea, no tiene escuela y no tiene alcalde porque depende de Huerta del Rey. Pero con estar aquí ya es suficiente. Mis hijos aún no lo conocen, pero no perdemos la esperanza de que puedan hacerlo porque, aparte de tener doble nacionalidad, tenían muchas ganas de venir».

La historia de María Jesús González García tiene muchos puntos en común. También marchó con 9 años, en barco y a Argentina: «Nos fuimos en el 64, que ya había pasado lo más duro de la dictadura. Pero mi papá dijo que todavía seguían desmembrándose las familias porque los hijos marchaban a trabajar a Alemania, por ejemplo. Y antes de que pudiera ocurrir eso, decidió que era mejor irnos todos juntos para no tener que separarnos más adelante. Mi papá se fue 8 meses antes para ver si se podía vivir allí bien y después fuimos nosotros. Yo era la mayor de cuatro hermanos, el más pequeño de año y medio».

 Sin dejar de emocionarse, María Jesús recuerda lo difícil que fue hacerse a la idea: «Los primeros años fueron muy duros. No sabía lo que me esperaba. Me acuerdo que cuando me despedí de la familia que se quedaba en Burgos no entendía nada. Sabía que nos íbamos, pero no pensaba que no nos íbamos a ver nunca más».

Pudo volver por su cuenta hace unos años, y ahora que la Operación Añoranza le ha dado la oportunidad de regresar, no ha querido desperdiciarla. «Mi mamá, que tiene 90 años, quería venir, pero le dijimos que no podía», añade deseosa de perderse por las calles de su infancia.

Como ellas, otras 12 personas procedentes de Cuba, Uruguay y Argentina compartirán mañana la fiesta del Burgalés Ausente y las emociones que traen los recuerdos.