Los túneles de La Brújula son urgentes

H.J. / Burgos
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Tienen «graves problemas estructurales» que obligan a su renovación, según un informe filtrado en abril

Ferrocarril Madrid-Hendaya a su paso por los túneles de La Brújula - Foto: Ángel Ayala

En el mes de abril, medios de comunicación de toda España recibían casi de forma simultánea la filtración de un informe elaborado por ADIF  y titulado «Nuevo modelo de desarrollo de los corredores de alta velocidad». Apenas unas horas después de que se empezara a difundir, cuando ya había corrido como la pólvora en todo tipo de páginas web especializadas, el organismo público advertía de que el documento de trabajo carecía «del más mínimo valor oficial» y apuntaba que «las hipótesis planteadas en el mismo han sido superadas por posteriores análisis estratégicos», pero su conocimiento dejó un poso revelador y salieron a la luz aspectos interesantes de la planificación ferroviaria.

Entre otras cosas, hablaba de posponer el AVE entre Burgos y Vitoria por las dificultades presupuestarias y en su lugar habilitar una tercera vía, adaptando la infraestructura actual a los trenes más rápidos. Con ello se lograría un ahorro de 1.000 millones de euros, pero el nuevo horizonte de la alta velocidad quedaría colocado en el año 2024. A la vista de la situación, cada vez parece más creíble.

En ese documento, cuyo responsable era el director general financiero y corporativo que fue cesado unas semanas después, se hacía un análisis de las obras más urgentes a corto plazo y en el caso del Burgos-Miranda de Ebro mencionaba de forma preocupante el estado de la vía. Hablaba literalmente de que «los elementos de vía y electrificación de la línea actual se encuentran al final de su vida útil» y señalaba a los túneles de La Brújula por presentar «graves problemas estructurales, haciendo imprescindible su renovación en el corto plazo».

ADIF no ha aclarado qué significa esa afirmación, ni qué piensa hacer en ese «corto plazo» para que el mismo documento aconsejaba la «reparación estructural y adecuación de gálibos (la altura)» de los mencionados túneles. Para salvar el puerto de La Brújula, el trazado actual del tren tuvo que horadar en su día la montaña por varios puntos cuya longitud suma unos 1.000 metros.

El interior de los túneles no figura mencionado en el documento sobre precauciones, aunque sí en otros cuadros de velocidades máximas que limita este tramo dependiendo de si los trenes son de mercancías, de viajeros convencionales o basculantes. Fuentes próximas al sector explican que en esa zona «el agua siempre ha dado problemas». La naturaleza del terreno y la existencia de varios arroyos provoca filtraciones que este periódico ha podido comprobar sobre el terreno esta misma semana. A pocos metros de la boca oeste del túnel número 1, el más próximo a Barrios de Colina, la bóveda chorreaba agua. Una malla que recubre el interior presenta también un aspecto bastante deteriorado, aunque resulta imposible determinar su importancia. Pero el informe escrito no deja lugar a dudas: esos túneles necesitan arreglos, y sin demora.