Promueven dedicar una calle de Aranda a Javier Cilleruelo

B.A.
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Un grupo del círculo íntimo del matemático ya ha comentado la propuesta al Ayuntamiento, que la ha acogido con entusiasmo. Ahora están preparando un dossier para hacer la petición de manera formal

Promueven dedicar una calle de Aranda a Javier Cilleruelo

Francisco Javier Cilleruelo Mateo nació en Soria en 1961, pero sus raíces y sus cimientos están en Aranda de Duero, de donde se sentía por los cuatro costados. Desde pequeño demostró tener una mente privilegiada, reservada para muy pocos, y un corazón humilde. Llegó a ser uno de los mejores matemáticos, pero una enfermedad se cruzó en su camino y el 15 de mayo de 2016 le impidió seguir investigando y enseñando, con lo que también disfrutaba enormemente. Dicen que no muere quien realmente lo hace, sino a quienes se olvida, y su círculo más cercano, amigos, familia, profesores y colegas de la Universidad, no están dispuestos a que Javi, o Cille, como le llamaban los más íntimos, muera del todo.

Desde el respeto y desde la humildad están trabajando en el reconocimiento social a la figura de este profesor arandino, cuya familia también ha estado muy vinculada a la educación. Su intención es que se dedique una calle de Aranda de Duero a Javier Cilleruelo, una propuesta que sus amigos más íntimos de la capital ribereña, con los que compartió colegio e instituto, ya han comunicado de forma verbal al equipo de gobierno del Ayuntamiento. Aseguran que la propia alcaldesa ha acogido la idea con entusiasmo y que los ha invitado a iniciar los trámites para proceder a la petición formal de esta propuesta.

En la actualidad se está trabajando en la elaboración de un amplio dossier. Por un lado, catedráticos de Madrid están preparando una documentación donde se refleje su trayectoria y aportación a las matemáticas, mientras que por otro, sus amigos de Aranda están recopilando aspectos sobre su infancia y adolescencia, su vida en el colegio y el instituto, hasta que se marchó a Madrid a cursar la Licenciatura de Matemáticas. Cuando este trabajo esté terminado lo presentarán en el Ayuntamiento junto con la petición de destinarle una calle, mientras que sus colegas también lo utilizarán para que se reconozca su persona mundialmente como matemático, aunque como confiesan algunos de los que están detrás de ello, el tema aún es muy embrionario. 

Quiénes tuvieron la oportunidad de conocer a Javier Cilleruelo lo definen como un humano muy humano, entrañable, amigo de sus amigos y arandino. «Era un ser extraordinario y muy humilde, tenía la capacidad de hacerte entender un problema complicado. Poseía ese humor que tienen los genios y era una persona entrañable y cariñosa», comentan sus amigos. 

Javier Cilleruelo Mateo era profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid, donde se doctoró, y también era miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas. «Su pérdida entristeció el paisaje de las matemáticas españolas, pero su semilla, a través de sus muchas publicaciones y de sus alumnos de doctorado, lo hará florecer durante mucho tiempo», escribió Antonio Córdoba, amigo de Javier y su director de tesis.