El sonido de la gloria

Angélica González / Revilla
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El Ayuntamiento de Revilla del Campo y la asociación Ribulus celebraron ayer el primer concierto de campanas 'Tierra de Lara' con una treintena de participantes

Muchos de los campaneros eran octogenarios, subieron sin problemas los 70 escalones que conducen al campanario y tocaron con maestría. - Foto: DB/Ángel Ayala

Joselito, el pequeño ruiseñor, cantaba allá por los años 50 que la campanera era «la mejor de las mujeres» porque Dios le había hecho su pregonera. Sea por esta mística causa -que los campaneros sean los portavoces del Sumo Hacedor- o porque los que se juntaron ayer en Revilla del Campo son unos artistas como la copa de un pino, el caso es que el aire de Tierra de Lara se llenó ayer de gloria en el primer concierto de campanas organizado por el Ayuntamiento y la asociación Ribulus.

Una treintena de participantes llegados de casi todas partes de la provincia y algunos del País Vasco y Cataluña hicieron una impresionante muestra de un arte que está en vías de extinción. Ante el atento oído de un numeroso grupo de vecinos, se tocó  a difunto (con sus variantes en función de que el muerto fuera hombre, mujer o niño), a fiesta y hasta se realizó la modalidad del ‘tente nublo’, cuyo objeto era ahuyentar las tormentas. Que se consiguiera o no, como decía Felisa Corredera, ya era una cuestión de fe, «como todo». Ella, natural de Yudego pero afincada en Cataluña, fue una de las tres mujeres que se pusieron a la faena y lo hizo después de su padre, Francisco, que con 89 años subió (y luego bajó) como un campeón los 70 peldaños de la escalera de caracol que conducía al campanario. La mayor parte de los participantes rondaban esa edad.

Entre los más jóvenes se encontraban Julen Abasolo y Gorka Madinabeitia, procedentes de Aretxabaleta (Guipúzcoa), localidad en la que han recuperado la figura del campanero, han creado una escuela y hasta han editado un dvd para enseñar a tocar este instrumento de percusión. También bajaba la media de años el entusiasta presentador del acto, Ángel de la Torre, quien, además de organizar y presentar, tocó la campana junto a su padre, su tío, su hermana y su abuelo.