La magia de los más pequeños

I.M.L.
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Cientos de niños arandinos se agolparon en las calles de la capital ribereña para saludar el paso de Melchor, Gaspar y Baltasar en sus carrozas reales. Sus altezas orientales tuvieron el detalle de atender en persona las peticiones tardías.

La magia de los más pequeños

Calles abarrotadas de caras ilusionadas esperaban la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar en la capital ribereña. Bien pertrechados de ropa de abrigo, los niños arandinos aguardaban para saludar a sus majestades de Oriente, que tenían a bien hacer una parada en la ciudad antes de comenzar su ardua labor de repartir todos los regalos durante la noche. Este año, los caramelos, que compiten en protagonismo con los tres Reyes Magos, no se lanzaban, sino que pajes y voluntarios los iban repartiendo en mano a los golosos espectadores para amenizar la espera.

Tras atravesar el puente del Duero con toda su majestuosidad, la cabalgata se detenía a las puertas del Ayuntamiento, donde las autoridades locales esperaban a los magos de Oriente para recibirles como se merecen. Además, en Aranda cuentan con un detalle especial para ellos, y son las reproducciones de las urnas del oro, incienso y mirra que usaron para posar para la Adoración de la fachada de la iglesia de Santa María. Unos cofres que pasaron de manos de la alcaldesa, Raquel González, a Melchor, Gaspar y Baltasar.

La magia de los más pequeños
La magia de los más pequeños
Con sus cofres ya en poder de cada uno de ellos, la comitiva seguía su camino para acabar en la Casa de Cultura, donde los tres Reyes Magos atendían personalmente las peticiones de última hora, multiplicando así la emoción de los pequeños arandinos. Entre el público, y parafraseando a la que fuera corresponsal de este periódico en Aranda hace tres décadas, Mery Varona, algunos de los adultos presentes creyeron advertir cierto parecido entre Melchor y Gaspar y los concejales Emilio Berzosa y Máximo López, aunque la mayoría «coincidieron en señalar que tal parecido se debía a un estado de trastorno mental transitorio por parte de quienes tal cosa afirmaban, habida cuenta el origen y lejanía de Sus Majestades los Reyes Magos». Aunque, en una noche tan mágica, todo es posible.