La Ribera pierde 1.317 habitantes en los últimos 10 años

I.M.L.
-

En la balanza global entre las localidades de la zona ribereña que crecen y las que menguan, el saldo es de -2 habitantes.

La Ribera pierde 1.317 habitantes en los últimos 10 años - Foto: Patricia González

La comarca ribereña está perdiendo habitantes. Una tendencia demográfica que no es nueva, ya que los problemas de despoblación se ceban con los entornos rurales de la provincia, pero que en la zona de la Ribera se está agravando con el paso de los años. El abandono de los sectores de población más jóvenes para buscarse un futuro en las ciudades conlleva, además del descenso de habitantes, la falta de regeneración demográfica, es decir, la reducción o casi eliminación de nacimientos en los municipios más pequeños. Eso se traduce, a su vez, en el envejecimiento paulatino de los censos y en la pérdida de población por fallecimientos.

En el caso concreto de esta comarca, tomando como referencia un total de 53 localidades, las cifras últimas cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan un saldo poblacional de 45.588 personas el año pasado. Para poder hacer una comparativa de la evolución, la referencia la buscamos una década antes, cuando en los mismos municipios había una población censada de 46.905 habitantes. Eso vienen a arrojar una variación negativa de 1.317 personas menos en la Ribera, lo que supone un 2,8% de reducción del número de habitantes que había registrados en estos municipios.

Esta tendencia negativa tiene sus excepciones, que son las que hacen que los datos no lleguen a ser alarmantes. Un significativo porcentaje de localidades han visto cómo se incrementaba su censo en la última década, aunque de manera muy desigual. El ejemplo de incremento poblacional por excelencia en la Ribera es Fresnillo de las Dueñas, que lleva años sumando vecinos poco a poco. En 2018, las cifras del INE hablaban de 653 habitantes, lo que supone 210 más que en 2008, con un incremento del 32%. Este municipio es el que encabeza la clasificación de aquellos que han visto incrementarse su población, en la que destacan también Fuentelcésped, con un 18% al sumar 44 vecinos a los 191 que tenía en 2008. Le sigue Tubilla del Lago, que ha pasado de 139 a 160 habitantes en diez años, lo que supone una subida del 13%. De forma más discreta, en Fuentespina han pasado de 707 a 775 vecinos, un 8,7% más en la última década; Olmedillo de Roa, que dejó de tener 182 para sumar siete vecinos en 2018, un 3% más; y la propia capital ribereña, que al ser la ciudad de referencia de la zona y, por lo tanto, la de mayor población, también ha crecido, 63 censados más si compramos 2018 con 2008, pero que suponen solo un 0,2% más de los 32.460 vecinos que tenía hace una década.

En el lado contrario de la balanza demográfica también encontramos localidades que han sufrido pérdidas llamativas de población, como Sotillo de la Ribera, que ha perdido 95 vecinos; Gumiel de Izán, que en 2018 tenía 93 menos que diez años antes; Baños de Valdearados y Caleruega, que pierden 65 y 61 habitantes respectivamente; Hontoria de Valdearados, que pasaba de 234 a 180 vecinos censados, o Bahabón de Esgueva, donde la reducción demográfica en la última década ha sido del 39%, la más acusada en relación a su número de habitantes en el contexto de la comarca, ya que ha pasado de tener 120 vecinos a tan solo 73.

Unas cifras que siguen la tónica de la despoblación en Castilla y León, contra la que las administraciones públicas, regional y algunas locales, están trabajando para poner freno, ya que muchos ayuntamientos ponen en marcha medidas para atraer población y fijarla.

 

(Más información en la edición impresa)