Una empresa local restaura el último horno alto de Vizcaya

B.G.R. / Burgos
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El proyecto. Construcciones Rafael Vega trabaja desde abril en la rehabilitación de este símbolo sito en Sestao para consolidar su estructura. La obra concluirá en dos años

El horno alto número 1 de Sestao tiene una altura de 80 metros y ocupa una superficie de otros 500. - Foto: DB

El último de los símbolos industriales por excelencia de Vizcaya está en manos de una empresa burgalesa. Construcciones y Restauraciones Rafael Vega S.L., con sede en Covarrubias, trabaja desde el pasado mes de abril en la rehabilitación del horno alto número uno de Sestao, después de que resultara adjudicataria del concurso público convocado por el Ministerio de Cultura y al que se presentaron una treintena de ofertas de toda España. Los trabajos se prolongarán hasta abril de 2014, momento en que comenzará una segunda fase que consistirá en la musealización de este espacio.

Con un presupuesto de adjudicación de 1,8 millones de euros, la restauración de este horno, que en su momento supuso una auténtica revolución tecnológica, tiene un objetivo muy claro: frenar el proceso de degradación que presenta la estructura mediante su limpieza, pintura y sustitución de los elementos en mal estado, tal y como explican fuentes de la constructora, que también incluyen en el proyecto la colocación de un ascensor. Labores todas ellas que emplean a una media de siete trabajadores de la pyme local.

Este icono industrial estuvo funcionando hasta 1995, iniciando su actividad en los años 50, al igual que ocurrió con su hermano gemelo, que fue derruido, mientras que el tercero que había se reconstruyó en la India, donde sigue funcionando. Una vez concluida la fase de restauración de este emblema comenzará una segunda que consistirá en su transformación como museo de la historia industrial de Vizcaya en el que se  mostrará el proceso de fabricación del hierro. Pero hasta que esto ocurra, quienes deseen pueden visitar las obras de rehabilitación hasta el 23 de septiembre.

De ochenta metros de altura y una superficie ocupada de unos 500 metros cuadrados, el alto horno número uno está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Es decir, posee la misma clasificación que los monumentos y por tanto los criterios y requisitos de los procesos de adjudicación del proyecto son idénticos. De ahí, que Rafael Vega S.L., empresa especializada desde 1976 en restauración de patrimonio artístico, decidiera presentarse al concurso público.

Es la primera actuación que desarrolla la firma rachela en patrimonio industrial, pero no porque ahora decida explorar nuevos campos, que también dada la crisis, sino porque se trata de un ámbito en el que «ahora se está empezado a trabajar en España». Tampoco se trata del proyecto más relevante en lo que a coste se refiere, ya que por delante figura la recuperación de la residencia Barrantes, convertida en residencia de ancianos desde 2008.

La firma Rafael Vega, en la que trabajan una treintena de trabajadores, se encuentra presente en otras muchas restauraciones de dentro y fuera de la provincia burgalesa. Así, su trabajo en restauraciones como los monasterios de Santa María la Real de Nájera y de San Millán de la Cogolla, ambos en la Rioja; la plaza de la Catedral de Barbastro, el castillo de Montearagón y el monasterio de San Victorián, en Huesca; la Plaza Mayor de Chinchón (Madrid); La Catedral de Palencia o la ermita de San Esteban de Gormaz (Soria).  

En Medina y Alicante

Dentro de la provincia burgalesa, ha actuado en los monasterios de San Pedro de Arlanza y Silos, así como en la Catedral de Burgos y en la colegiata de Covarrubias (fue la encargada de restituir el nervio que se desplomó de la bóveda central en 2008). En la actualidad, además de la obra bilbaína se encuentra trabajando en el castillo de Villena (Alicante) y en el monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar, cuya obra en la antigua sala capitular está a punto de finalizar. En  sus intervenciones emplea desde técnicas tradicionales, por ejemplo a la hora de recuperar casas de adobe, hasta tecnología punta.