Su bisabuela Sofía fue la visionaria. A ella se le ocurrió la posibilidad de colocar una turbina en el molino que era la forma de vida de sus padres junto al caudal de un río en la localidad de Arauzo de Miel para a la vez producir energía y venderla a los vecinos del pueblo, que le pagaban directamente. Hoy, cien años después, cuatro de sus biznietos, Francisco, José Melchor, Víctor Manuel y Conchita son la cuarta generación al frente de la empresa Electra Álvaro Benito, que durante estás diez décadas ha pasado por distintas fases y procesos y ha tenido que saber adaptarse a las necesidades y a las normativas para poder seguir subsistiendo y suministrar energía.
Por herencia, la empresa de Sofía pasó a su hijo Benito Álvaro Benito, que se encargó de la gestión de la misma con su esposa Encarna. Ellos dieron un paso más en los años cincuenta y decidieron dejar el molino para apostar por la construcción de una mini central en la carretera de Arauzo de Salce, donde producían energía gracias a un salto de agua de veinte metros de altura, como recuerda Francisco Álvaro Benito, quien junto sus hermanos se encarga en la actualidad de la empresa.
Hasta los años sesenta, Electra Álvaro Benito, que ya había pasado a manos del padre de los actuales dueños, era productora de la energía que luego suministraba, pero a partir de entonces, y debido a que ya no tenían capacidad para producir toda la energía que les demandaban, se convirtieron en distribuidores, es decir, ellos reciben la energía eléctrica de Iberdrola y la distribuyen a sus clientes, que en estos momentos son todo el pueblo de Arauzo de Miel y la fábrica de Doña Santos Hijos de Tomás Martín, a los que no ha dejado de suministrar desde 1914, y Coruña del Conde, municipio al que llegó su luz en 1996.
A la empresa pertenece toda la infraestructura instalada necesaria para poder recibir la energía y después repartirla entre los clientes. «En los años cincuenta trabajábamos con 5.000 voltios, después pasamos a 13.200 y en la actualidad lo hacemos con 20.000», cuenta Francisco Álvaro Benito, que recuerda que en Arauzo de Miel tienen en la actualidad tres transformadores, otro en Doña Santos y un quinto en la localidad de Coruña y que en el año 2011 comenzaron a funcionar con un nuevo punto frontera, con el que se dio el paso de los 13.200 a los 20.000 voltios de potencia y desde donde se canaliza toda la energía que reciben y distribuyen a sus clientes.
Fiesta
Mañana sábado, con motivo de este centenario, los responsables de Electra Álvaro Benito celebrarán una jornada de fiesta y de recuerdo. «También lo hacemos como muestra de agradecimiento al pueblo de Arauzo y a nuestros clientes, por su confianza y fidelidad durante todos estos años», afirma Francisco Álvaro Benito, que además de los vecinos de su localidad, también recuerda a la fábrica Hijos de Tomás Martín de Doña Santos y Maderas Jesús Martín y varias granjas de Arauzo.
A las 11.30 horas está prevista la recepción de invitados, entre los que se encuentran representantes de la Comisión Nacional de Energía y de la Asociación de Distribuidores y también asistirán instaladores, la alcaldesa de Arauzo, Gloria Hernando, y el alcalde de Coruña, José Ángel Esteban. Después habrá una misa en recuerdo de los miembros de la familia ya fallecidos, se visitará y bendecirá el nuevo punto frontera y se celebrará un almuerzo. Ya por la tarde, y en la sede de la Peña Ozuara, se invitará al pueblo a un aperitivo.
Electra Álvaro Benito, que cumple durante este año su cien aniversario alumbrando al pueblo de Arauzo de Miel, es una de las cuarenta empresas que funcionan como distribuidoras de energía dentro de la Vomunidad de Castilla y León, cinco de ellas lo hacen en la provincia de Burgos.