Titos sin tropiezos

G. Arce / Burgos
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Salvo la falta del alcalde -y su equipo- en la misa de San Antón y en la degustación del guiso comunal, circunstancia lamentada desde la Cofradía, la fiesta más ancestral de Gamonal se celebró en paz y armonía, como siempre

En 17 calderas -de 800 y 650 litros de capacidad- se cocinaron 2.000 kilos de titos durante 3 horas. - Foto: Luis López Araico

Titos del pueblo y para el pueblo, sin tropiezos ni interrupciones de nadie». Así ha sido desde hace más de 500 años y así lo seguirá siendo mientras los pequeños que en la mañana de ayer observaban asombrados las 17 calderas en plena cocción, mantengan la tradición de los cientos de mayores que esperaban ordenadamente en una larga fila a que los cofrades llenasen sus cazuelas de la singular legumbre.

Ni guerras, ni pestes, ni hambres han podido terminar con esta tradición benéfica tan de Gamonal, ni tampoco la enorme polémica generada en torno a las obras del bulevar que ha conmocionado en los últimos días al barrio, la ciudad y toda España. Los cofrades de San Antón hicieron de tripas corazón, no juntaron churras con merinas, ni la política con los pucheros y prepararon a conciencia las 30.000 raciones de titos para el disfrute de centenares de vecinos del barrio, «para los que se manifiestan y los que no».

Fue una celebración como todos los años, acompañada por el sol y un viento invernal que azotaba los vapores de las calderas. Quizá algo menos gente, decían los que conocen la fiesta, pero ni más ni menos alegría. Eso sí, faltó el alcalde y su equipo municipal y se vieron más periodistas y cámaras foráneos que en otros años, ávidos por encontrar un atisbo de polémica que llevarse al informativo.

Pero apenas la hubo ni se echó en falta. En laReal y Antigua, la misa en honor de San Antonio Abad se celebró sin autoridades en el primer banco de la iglesia -tan solo el exalcalde José María Peña cumplió- y apenas sin mención al asunto, que en esos mismos instantes se debatía acaloradamente en pleno en la Casa Consistorial.

El párroco Domiciano Juarranz  aprovechó el momento de las peticiones para reclamar «que la cordura, el diálogo, el amor, el respeto y la convivencia pacífica sean los cauces para resolver nuestros problemas. Siempre desde el respeto que nos debemos unos a otros, nunca por la violencia. Concédenos San Antón la gracia de seguir viviendo como comunidad, unidos en el amor, en la caridad y la fraternidad». En los accesos a la iglesia esperaban unos cuantos perros y mascotas y los dos cerdos blancos de la rifa benéfica (un número premiado fue el 11.636). Aquí sí aparecieron los representantes de UPyD, encabezados por Roberto Alonso, que entre salpicones de agua bendita criticaron el aún reciente pleno municipal.

Tras el acto religioso vino el gastronómico, al que se incorporó casi todo el grupo municipal socialista con Luis Escribano al frente. Este año al párroco le toco bendecir y catar primero el guiso, acto este último con el que tradicionalmente el alcalde abría el reparto.

El prior de la Cofradía, Félix Pavón, reconoció que no le gustó la ausencia de la primera autoridad de la ciudad. «Tenía que haberle echado bemoles porque esto va con el cargo y hay que ser valiente en esta vida», se lamentó Pavón quien subrayó que «en Gamonal no ‘matamos’ a nadie» ni tampoco era el deseo de cofrades y vecinos presentes, «a pesar de los bulos y el deseo de algunos de que lo suspendiésemos la tradición».

El Tito de Oro será este año, a título póstumo, para el que fuera secretario de la Cofradía de San Antón, José Antonio Sáez Mena, que se entregará en Las Candelas.