«Hay quien paga sin IVA y se enfada mucho por lo que está ocurriendo»

R. Briongos - G. Arce / Burgos
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Manuel Pizarro Moreno • Presidente del despacho Baker&McKenzie en Madrid

Manuel Pizarro fue diputado en la IX Legislatura y es vocal del comité ejecutivo del PP madrileño. - Foto: DB/Jesús J. Matías

Abogado del Estado y agente de cambio y bolsa en excedencia, Manuel Pizarro (Teruel, 1951)atesora una dilatada y brillante trayectoria en muchos frentes: la empresa, la política, las finanzas, la abogacía... Además de haber sido presidente de Endesa y diputado del PPpor Madrid, sus cargos más conocidos, ha ocupado las presidencias de la Bolsa de Madrid, de Ibercaja, de la Confederación Española de Cajas de Ahorros o del Instituto Mundial de Cajas de Ahorros. Actualmente, entre otras responsabilidades, preside el despacho Baker&McKenzie en Madrid.

Hace ahora tres años, Manuel Pizarro, el que fuera número dos del Partido Popular en las elecciones generales de 2008, anunció su renuncia al acta de diputado y el abandono de la primera línea política a la que llegó impulsado por la popularidad que le brindó la polémica OPA de Endesa y el aval de Mariano Rajoy y José María Aznar. Retirado del primer plano político, aunque activo militante del PPmadrileño, preside el despacho Baker&McKenzie en Madrid. Ayer mantuvo un encuentro con el empresariado burgalés en la Cámara de Comercio.

Charla en la Cámara. Manuel Pizarro mantuvo en la tarde de ayer un encuentro con los integrantes del Pleno de la Cámara de Comercio.Charla en la Cámara. Manuel Pizarro mantuvo en la tarde de ayer un encuentro con los integrantes del Pleno de la Cámara de Comercio. - Foto: DB/Jesús J. Matías ¿Se ha replanteado en algún momento la decisión de abandonar la política activa?

Yo entré en la política con 29 años con la UCD, donde fui secretario general técnico y llevé toda la parte de autonomías. Me hice la firme promesa de no volver a estar en política pero en 2008 se me pidió volver. Por afán de patriotismo, uno se mete pero también sale, y mi compromiso está cumplido. Estuve más de media legislatura en el Congreso y me fui deliberadamente cuando el PP estaba a 10 puntos por encima [del PSOE] y cuando no había el lío de la confección de listas y nadie pudiese decir que me iba porque no ocupaba un determinado puesto. Lo pasé bien en la política, hice mucha vida de partido y sigo haciéndola en Madrid, donde soy afiliado. No quiero ningún cargo.

¿No se ha planteado aportar su dilatada experiencia empresarial al Gobierno en la actuales circunstancias tan difíciles?

Hay un Gobierno formado por Mariano Rajoy y con gente extraordinaria. Dejé la política activa en 2010. Insisto en que no quiero ningún tipo de cargo público. Dejé muchas cosas por estar en política, que me costaron disgustos personales y económicos, y perdí vida. Tengo 6 nietos y la vida muy hecha.

¿Le preocupa la mala percepción que tienen los ciudadanos de la política y de los políticos?

La clase política responde a la sociedad. No nos engañemos, los políticos no son marcianos sino gente normal elegida por los ciudadanos. Tienen que estar sometidos al mismo control y vigilancia que el resto de la sociedad. Los políticos no hacen nada que no haga el resto de la sociedad. Cuando un partido político tiene dinero en negro es porque alguien se lo paga en negro y si alguien lo paga así es porque es inconfesable lo que le ha pagado. Lo importante es saber quién ha pagado y por qué. El problema es que cuando alguien paga por hacerse con una contrata de algo se la está quitando a otro. Yo quiero ver toda la cadena entera:primero, por qué alguien paga y por qué alguien recibe y qué pasa ahí. El dinero que se le paga a alguien es el que se quita a otro que podría haber entrado más barato en un contrato público o que lo podría hacer mejor... Luego nos quejamos de que los hospitales no están limpios, de que las carreteras no están bien hechas... Hay que poner todo en orden y exigir a la sociedad el mismo rigor que estamos exigiendo a la clase política, que es parte de esa sociedad. La política limpia, pero el mundo de donde viene esa podredumbre, limpio también. La vieja pregunta de ‘con IVA o sin IVA’ es ofensiva. Hay quien paga sin IVAy se enfada mucho por lo que está ocurriendo... Si todos pagáramos impuestos, pagaríamos la mitad. Hay que hacerse esta reflexión como sociedad. Si una sociedad se hace trampas en solitario no va a ningún lado.

¿Quién limpia la corrupción?

La gente a la que pagamos: la Policía, la Guardia Civil y los jueces. Además lo tienen que hacer con rapidez y con ejemplaridad. En este país hacen falta reglas claras y jueces valientes. Cuando se tardan 16 años en limpiar y se está todo ese tiempo bajo sospecha a pesar de ser inocente... Y si es culpable, que lo juzguen cuanto antes; y si le ponen tres años de cárcel, que los cumpla. No puede haber atascos de 15 años. En el caso Madoff en Estados Unidos se descubrieron los problemas en septiembre y en abril estaba en la cárcel condenado. Si no se sabe lo que está bien o está mal, si todo el mundo está bajo sospecha, todo el sistema se contamina. Si se juzga rápido y se sentencia, todo el mundo sabe que el que la hace la paga. Si eso no funciona, las sociedades no funcionan. Si una sociedad ve como normal la corrupción, que luego no se queje... Vivimos en un país de pillos y pícaros.

¿Le ha sorprendido el escaso éxito de la amnistía fiscal?

No tengo datos para juzgar. Creo que lo importante es que la ley sea clara e igual para todos y que no haya exenciones de ningún tipo.La excepcionalidad es mala, es necesaria la normalidad:que pague todo el mundo lo que tiene que pagar.

¿Se están haciendo las cosas bien para superar la crisis?

Estamos haciendo mucho más que Italia y que Francia. Hemos hecho lo que Alemania hizo durante el mandato de Schroeder, que fue un gran canciller. Todos los países tienen que competir, que es lo mismo que reducir costes, flexibilizar y dar certidumbre y seguridad jurídica. Se empezarán a ver los resultados. Hemos destapado el tapón del estanque y estamos viendo lo que hay en el fondo. Lo estamos limpiando y una vez que lo logremos, lo volveremos a llenar. Mientras tanto, pasará una temporada que lo pasaremos muy mal. Hay que explicarlo muy bien esto y ser ejemplar con lo que haces, porque la gente siempre sigue el ejemplo del que va delante.

¿Qué reformas quedan por hacer?

Muchas. Toda la reforma energética hay que hacerla entera. Se recaudan 12.000 millones por la tarifa y hay 9.000 millones de subvenciones que hay que ver quién las paga y cómo. Todos queremos energía pero, o subes la tarifa un 100% y pones al país al borde la competitividad, o subvencionas a unos sí y a otros no. Necesitamos energía barata, suficiente, respetuosa con el medio ambiente y competitiva hacia fuera. Las preguntas que hay que hacerse son: ¿qué precio estamos dispuestos a pagar sin subvención?  ¿qué agresión hay al medio ambiente? y ¿con quién competimos que agreden al medio ambiente y no lo pagan? No puede ser que entren aquí productos de países que no pagan CO2 y que estén quitándote las ventas a ti que pagas CO2. Con la distribución ocurre lo mismo: ¿qué nivel de seguridad quieres? Cuanto más alto, más caro.

¿Qué otros cambios propone?

Hay que simplificar trámites administrativos porque el principal obstáculo que tiene un empresario para hacer cosas es toda la jungla fiscal, medioambiental y administrativa. Cambiar una central de fuel por una de ciclo combinado en España son 8 años  de tramitación; en Italia, año y medio. Ya sabemos dónde van a ir las multinacionales a instalarlas... Hace falta también una reforma fiscal importante, dar seguridad jurídica y que pague todo el mundo.

¿Le gusta la reforma laboral?

Va en la buena dirección. Cuando una fábrica vende la mitad tiene que conseguir que sus costes sean la mitad porque si no va a la quiebra y a la desaparición. El volver a crear una compañía son otros 20 años y eso es insufrible. Soy un enamorado de lo anglosajón porque tienen la flexibilidad suficiente para pasar las crisis y bajar el nivel de actividad de la empresa y recuperarlo. Aquí nos metemos en procesos concursales que llevan a la desaparición de la compañía. No podemos terminar la crisis con un tejido industrial desecho y luego vuelta a empezar.

Y con 6 millones de parados.

Seis millones de problemas. Hay que mirar el número de empresas que han desaparecido, que es algo gravísimo, porque esas personas en paro no tienen esas empresas para poder volver a trabajar. Me preocupa la caída en el número de cotizantes a la Seguridad Social, que es en lo que yo me fijo. Aznar cogió el Gobierno con 12 millones de cotizantes y lo dejó en 17-18 y ahora hemos vuelto a 16 millones, que tienen que absorber el gasto de pensionistas, parados y funcionarios.

¿No cree que hace falta más estímulo y menos austeridad?

Si te puedes pagar el estímulo... Estamos con el 80% de deuda sobre el PIB, no se recauda y además miramos cómo nos metemos en el 3% de déficit público. España puede estimular lo que puede y Europa no toma el relevo. El euro, si no va acompañado de alguna suerte de gobernanza europea compartida en lo fiscal, en lo industrial y en lo económico, es una pieza que no podrá vivir sola. 

¿En 2013 veremos más subidas de impuestos?

Creo que sobra regulación, que hay que quitar todo tipo de exenciones y bonificaciones y pasar a que sean subvenciones. Necesitamos seguridad jurídica y al que se quiera beneficiar que conste en los presupuestos. Toda esa arborescencia de normas que cambian de un año a otro quitan seguridad jurídica, como ocurre en el caso de la compra de vivienda. Los impuestos tienen que ser muy claritos y el empresario y el particular tienen que saber lo que está pagando y dónde se meten. Cuanto más sencillo sea, más se recaudará. Las empresas tienen que guardar más papeles al haberse prorrogado a diez años el plazo del delito fiscal, papeles que se suman a más cargas como licencias municipales, permisos, legislación medioambiental... Hay que simplificarlo todo porque todo es un aumento de coste y de inflación, lo que supone que nuestros precios están por encima de los de nuestros competidores y eso es falta de competitividad. Lo que tú pagues de más en estos costes se lo quitas a los salarios o a los precios de los productos. Hay que facilitar la vida a las empresas para que puedan ganar dinero y pagar impuestos.

También resta una reforma de la Función Pública.

La Función Pública hay que prestigiarla, eliminando el enchufismo y facilitando el acceso en igualdad de condiciones. Cada vez que se nombra a dedo a alguien que no tiene cualidades para ello, se le está quitando el puesto a un señor que las tiene y no se le deja entrar, lo cual es competencia desleal. Hay que simplificar las administraciones públicas y tener lo que se pueda pagar, como en una familia. Si simplificamos el contribuyente tendrá menos trabas, menos costes y podrá generar más empleo. Lo que pagas de más en problemas administrativos, lo pagas de menos en gente que contratas.

¿No le da la sensación de que España está en venta?

España está barata en estos momentos porque hemos ajustado. Es un buen momento para invertir en España y hay inversores dispuestos a hacerlo. Ahora ya no hay dudas de que el euro se rompa o de que España se salga, ahora es ver si estamos más baratos que otros países. Si somos atractivos vendrá dinero, que es lo que hace falta. Un país que tiene casi un billón de deuda externa es un país que necesita capital y, por lo tanto, bienvenido. La empresa española sigue adelante y hay modelos señeros. No obstante, cuando el Estado pierde prestigio, todos lo perdemos.

«Ibercaja hará el camino en Burgos acompañando a Cajacírculo»

¿Le parece oportuno cerrar Garoña cuando aún tiene licencia para operar?

Es una decisión empresarial. No conozco las cuentas de Garoña.

Es paradójico cerrar empresas con beneficios y empleo en los tiempos que corren.

Es una decisión empresarial de acuerdo con la regulación que hace el Gobierno.  Hay que hacer las cuentas de la energía y de la central y, si la cierran es porque no salen. Coincido en que es una pérdida para la gente del entorno.

¿Seguiremos siendo un país líder en energías renovables?

La cuestión es lo que se quiera pagar por eólicas, fotovoltaicas, cogeneración... Si usted está dispuesto a pagar el doble, pues adelante. Hay que hacer cuentas. Todos queremos tener, pero si no las podemos pagar...

Como expresidente de Ibercaja y actual consejero, ¿cómo ve la operación con Caja3?

La veo bien. Son cajas complementarias, sobre todo las de Burgos y Badajoz. El problema es que nos toca ajustarnos a todos con fusión o sin fusión. Me duele la desaparición de la mayor parte de las cajas españolas y que el nivel de rigor que se les ha aplicado no se ha hecho fuera. En el paso de la peseta al euro, cuando fui presidente del Instituto Mundial de Cajas de Ahorros, las cajas españolas no tenían nada que envidiar a las europeas. Echo de menos un tribunal europeo de la competencia a todos los efectos y que las pruebas de esfuerzo se realicen por igual a todos los bancos europeos. Si no, no competimos en los mismos términos.

 ¿Qué aportará Ibercaja Banco al mercado financiero burgalés?

No va a entrar. Aquí seguirá trabajando Cajacírculo, englobado en una entidad más grande. Ibercaja Banco va a ser más grande para dar un servicio mejor pero sin sustituir a nadie. Se respeta lo que Cajacírculo ha hecho en Burgos y haremos el camino acompañados y sin quitar a nadie.

Y llegará el crédito...

Sí, pero a los bancos se les exigen que no den créditos dudosos pero que den crédito. Hay un dinero escaso y encima te hacen en los test de estrés provisionar créditos que te están pagando en este momento por si acaso no los pagan.

Charla en la Cámara

Manuel Pizarro mantuvo en la tarde de ayer un encuentro con los integrantes del Pleno de la Cámara de Comercio durante el cual explicó su visión de la realidad económica española y la situación de sus empresas. Por la mañana, visitó las diferentes empresas reunidas en la sede del Grupo Promecal acompañado de su presidente, Antonio Méndez Pozo.