La mala suerte se cebó ayer con Diego Ruiz en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En su estreno en la competición más importante del planeta se quedó a una sola centésima de clasificarse para las semifinales de los 1.500 metros. Además, los otros dos españoles que competían en esa misma distancia, Álvaro Rodríguez y David Bustos, corrieron idéntica fortuna que Ruiz, aunque su desenlace no fue tan cruel.
Diego disputó la tercera y última serie sabiendo -igual que sus otros 14 compañeros de carrera- que se clasificaba para las semifinales si entraba en meta entre los seis primeros o marcando un crono por debajo del 3.40.92, el del corredor estadounidense Andrew Wheating, que tras las dos primeras series era el sexto y último de los atletas en estar clasificado por tiempos.
Además, ya conocía también en ese momento que ni Álvaro Rodríguez (12.º en la primera serie con 3.41.54) ni David Bustos (8.º en la segunda con un crono de 3.41.34) correrían el domingo las semifinales. Sin embargo, Diego tenía que hacer su carrera y, además, lo hizo corriendo el mejor de los tres.
Así, supo reservar fuerzas hasta los 1.000 metros, yendo siempre atrás, entre los cinco últimos clasificados, pero teniendo controlada en todo momento la zona por la que empezaría a remontar posiciones.
Yeso es lo que hizo a falta de una vuelta, a la que se llegó con el keniata Kiplimo Chepseba marcando el ritmo, pero un ritmo muy lento que ya apuntaba que no iba a permitir a ninguno clasificarse por tiempos. Por eso Diego Ruiz no tardó en pasar al ataque y en unos últimos 400 metros de infarto logró contactar con los dos hombres de cabeza, el neozelandés Nicholas Willis y el marroquí Abdalati Iguider, dos atletas con un gran final que y que sin duda eran a los que había que seguir.
Y Diego estuvo a la par con ellos hasta la última curva, intentando incluso adelantarles por la calle 2, pero tras él otros cinco atletas más que también querían lograr su clasificación. Ocho hombres para seis plazas y el burgalés peleó hasta el final por ocupar una de ellas, pero su último arreón no fue suficiente. Ganó Willis con un crono de 3.40.92 y Diego Ruiz fue séptimo a sesenta centésimas (3.41.52) y por solo una no pudo batir al alemán Carsten Schlangen, sexto con 3.41.51.
«no tengo palabras».Abatido, el burgalés no se lo explicaba. «No tengo palabras. La táctica había sido perfecta pero en los últimos cien metros me quedé sin piernas. El ácido láctico se me subió demasiado y las fuerzas ya no me respondían», concluyó lamentándose Diego Ruiz.