Burgos resiste en la cabeza económica de la región pese a un mal verano

H. Jiménez / Burgos
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Un estudio del Colegio de Economistas de Valladolid la sitúa con 26 indicadores de 40 posibles en verde pero durante el tercer trimestre del año cuatro provincias lograron mejores datos

Vista general del polígono de Villalonqúejar, la principal concentración industrial de la provincia. - Foto: Luis López Araico

Burgos ha superado un mal verano manteniéndose a la cabeza económica de Castilla y León como la que presenta un mayor número de indicadores en evolución positiva respecto al año anterior. Pese a un tercer trimestre complicado, la provincia sigue en el primer puesto de la región con 26 valores de los 40 posibles por encima de la media autonómica.

Según un estudio del Colegio de Economistas de Valladolid, el peso del sector industrial resulta determinante para la posición de privilegio, que no debe interpretarse como un valor absoluto, en el sentido de una superación de la crisis, sino simplemente como que la situación de Burgos es mejor que la del resto de la Comunidad.

El último informe del órgano colegial apunta para el conjunto de Castilla y León una consolidación del crecimiento, al tiempo que se abren perspectivas en la creación de empleo, pero advierten de que sería conveniente un mayor esfuerzo en políticas demográficas y de empleo.

Los datos del Colegio de Economistas se muestran en dos análisis diferenciados, uno trimestral y el otro interanual. Su presidente, Juan Carlos Margarida, recomienda fijarse sobre todo en este último porque «es el que marca la tendencia mientras que el trimestral puede estar afectado por cuestiones coyunturales». Y en el caso de Burgos sale ganando, puesto que frente a los 26 indicadores positivos del interanual pasaríamos a los apenas 12 del trimestral. Y frente al primer puesto que disfruta en la comparación con 2013 caería a la mitad del pelotón regional si únicamente nos fijamos en el periodo julio-septiembre.

El verano (o el noveno mes del año, según cada indicador) colocó a la provincia como la quinta de la región, por detrás de Valladolid, Salamanca, Zamora y León, por este orden, debido a un comportamiento peor que el autonómico en las áreas de laboral, turismo, creación de empresas, transporte aéreo o sector financiero. Sin embargo en el balance anual solo chirrían la construcción (licitación de obra pública), algunos indicadores turísticos (sobre todo en el área rural), exportaciones y de nuevo el sector financiero.

A juicio de Margarida, los datos para la provincia de Burgos pueden valorarse como positivos sin olvidar que «la administración tiene que potenciar el empleo mediante la industria y los servicios, potenciar el turismo y exportar más». En definitiva, para el presidente del Colegio de Economistas «hay que apostar por consolidar lo que ha quedado en pie tras la crisis, pues las que han sobrevivido e incluso mejorado resultados son las empresas o los sectores más competitivos».

A nivel regional, consideran que Castilla y León «no puede vivir del turismo» por mucho que sea un sector en auge, «sino que tiene que potenciar la industria, sobre todo la agroalimentaria», algo que además permitiría paliar uno de los tradicionales talones de Aquiles de esta tierra: la demografía. Si crece la producción vinculada al campo se producirá una fijación de población, incluso un retorno, que permitiría frenar la actual sangría.