Como es tradición, el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Burgos celebró ayer su fiesta anual para homenajear a sus profesionales más veteranos, para dar la bienvenida a los recién llegados y para entregar su distinción de reconocimiento a la notoriedad profesional. En esta ocasión, para otorgársela a Carlos Echevarrieta.

Este aparejador y arquitecto técnico por la Escuela Politécnica Superior, en donde desarrolló su actividad docente de 1975 a 2011, comenzó su trayectoria profesional como jefe de obra y desde 1968 ha colaborado con diversos estudios profesionales. Fue asesor municipal de diversos ayuntamientos entre 1975 y 1983 y ha estado muy implicado en la vida colegial. De hecho, en 1979 fue tesorero de la Junta de Gobierno y entre 1985 y 1989 su secretario.

En el acto, que se celebró en la Sala Polisón del Teatro Principal, se entregó la insignia del Colegio a las 31 nuevas incorporaciones: Raysa Espinosa, Jorge García, Estela Peña, Roberto Azofra, María Colina, Eugenio González, Antonio Blanco, Guillermo Brun, Sandra Martínez, Sandra García, Alberto Manso, Carlos Hortigüela, Estefanía Olalla, Julia Campo, Natalia Lozano, Rubén Ureta, Silvia Muñoz, Iñigo Álvarez, Leticia Eguía, José María Antón, Susana Cabezón,Sara Iglesias, Siro Leal, Víctor Bermejo, Judith Puerto, Marta Ruiz, Leyre Sainz de la Maza, César Santamaría, Noelia Cuesta, Miriam Lombraña, Javier Quijano y Antonio González.

BODAS DE PLATA

En el encuentro también hubo tiempo para homenajear a aquellos profesionales que en el último año han cumplido sus bodas de plata en el sector: Francisco Sainz, Moisés García, Felipe Peña, Fernando González, Miguel Ángel Meruelo, Ignacio Camarero, Isaac Montoya, Roberto Cabezón, Miguel Busto, Jesús Miguel Arnáiz, Juan Carlos Munguía, José Ramón López, Carlos Sánchez, Marta Rebollo, y Julián Agustín Herrero. A las 18.00 horas hubo una misa en la Divina Pastora para recordar a los que ya no están.