El castillo otea el futuro

A.R. / Burgos
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Han pasado más de 20 años desde que se inició el ambicioso proyecto que permitió recuperar la fortaleza. Se acaba de anunciar un plan director para la ladera, pero se echa de menos un mejor mantenimiento y continuar las excavaciones de subterráneas

26 de junio de 1997. - Foto: Luis López Araico

A l 25 de junio de 1992, el entonces alcalde de Burgos, Valentín Niño, firmó un decreto por el que designaba al edil y diputado  José Sagredo como delegado especial para la recuperación del Parque del Castillo. De ello dejó constancia Diario de Burgos en su edición del día después. Aquella noticia desveló también que «se crearía una comisión integrada por concejales y técnicos con objeto de iniciar las gestiones tendentes a la recuperación de este espacio».

El propio Sagredo aseguró en aquel momento que el objetivo era «recuperar el espacio del Castillo para los burgaleses, tanto como espacio verde con nuevas posibilidades paisajísticas, como también didácticas». Yasí fue.

Aquel paso supuso el punto de partida en la ‘nueva vida’ de este histórico enclave ligado al nacimiento de la ciudad en el año 884. Su recuperación fue una de las prioridades que se marcó Niño en su gestión, junto al soterramiento del ferrocarril y la reforma del Teatro Principal.

Los orígenes del proyecto. De izquierda a dercha Sagredo, Díez y Niño.Los orígenes del proyecto. De izquierda a dercha Sagredo, Díez y Niño. - Foto: Alberto Rodrigo Quince años después de aquel anuncio, Sagredo asegura -satisfecho de aquella etapa que califica como «una de las más gratificantes de mi vida [que se prolongó entre 1992 y 1999]»- que lo más importante que se logró entonces fue «devolver a los burgaleses un lugar seguro a apenas 15 minutos andando desde la Plaza Mayor». Se recuperó un espacio dentro de la fortaleza para todo tipo de eventos (espectáculos de luz y sonido, juegos y mercados medievales, romerías, centros de interpretación, etc). Igualmente se pusieron en valor 138 hectáreas de parque, el más extenso de la ciudad, con senderos, fuentes, recorridos deportivos... y se construyó un mirador excepcional, único, enriquecido con un mural de bronce de 21 metros en el que figuran todos los monumentos de la capital hasta 1999. «La panorámica total e inmediata de la ciudad hacen de este mirador un lugar de obligada visita», resalta. A ello hay que sumar también el amplio recorrido por los subterráneos del castillo, en especial del pozo, por lo que su potencialidad turística es evidente.

Sin embargo, abordar todo aquello no fue fácil. Sagredo reconoce que pese a que la recuperación del castillo era «un clamor generalizado en la ciudad», después de iniciado el proceso «hubo personajes en todos los partidos y fuera de ellos que por diversas y contradictorias razones, más que facilitar, dificultaron el desarrollo del mismo». Es más, recuerda que durante medio año no contó «con ni una peseta» pese a que las razones para su rehabilitación caían por su propio peso: su importancia histórica y su potencial turístico; el avance de las ruinas, en acelerado desmoronamiento; el deterioro del parque y, sobre todo, la grave inseguridad ciudadana en el entorno. (En 1981 incluso hubo dos homicidios).

El asunto económico merece una mención aparte. Y es que hablar del gasto que supuso todo aquello resulta muy complicado teniendo en cuenta que buena parte de las obras que se realizaron fueron acometidas por la brigada del Ayuntamiento y por los técnicos de Almacenes Municipales, así como por los bomberos (total liberación del pozo y las excavaciones subterráneas). Además, hubo partidas destinadas al mantenimiento de parques y jardines o a la mejora del medio ambiente, sin olvidar el punto de inflexión que supuso la constitución de una escuela taller. Eso sí, al proceso de recuperación se ligó -afortunadamente- una partida de 276 millones de pesetas recibidos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La musealización. Después de aquel periodo (1992-1999) y coincidiendo con el cambio de Gobierno municipal -Ángel Olivares asumió la Alcaldía- los socialistas continuaron las actuaciones. Con Isabel Abad al frente de la Concejalía de Turismo, se desarrolló el proyecto de Musealización de la Fortaleza del Castillo, cuyo punto de partida de la visita se fijó en la explanada. Además, se incluyó un recorrido por la galería principal de la Cueva del Moro y la visita al Pabellón Arqueológico, con parte de las ruinas.

Con posterioridad, y ya en la actual legislatura, las noticias más relevantes acontecidas en torno al castillo se han dirigido sobre todo a su «dinamización y promoción como recurso turístico», como explica el concejal de Cultura y Turismo, Fernando Gómez, quien aprovecha para alabar el plan desarrollado  en los años 90.

Gracias a las medidas de impulso en la actual legislatura, el número de visitantes al castillo ha aumentado considerablemente.  De los 11.835 contabilizados en 2011 se ha pasado a más de 35.000 en lo que llevamos de 2014, de los que 25.700 procedían de España y más de 9.000 son extranjeros.  

Junto a ello, la gran novedad avanzada esta misma semana es el plan director para excavar en la ladera del castillo que se quiere contratar en 2015 y que podría desarrollarse en un plazo de entre cinco y diez años, como avanzó el alcalde Javier Lacalle. Dichas actuaciones, pendientes del beneplácito de la Junta de Castilla yLeón, se centrarían en sacar a la superficie la judería y lo que se halle del conglomerado urbano altomedieval.

No hay que olvidar que hasta ahora se han realizado tres catas en la zona que se presume que estuvo la iglesia de San Román y aunque no han aparecido restos de ésta, sí del viejo cementerio (huesos incluidos) y de la antigua calle de las Armas.

Ciudades napoleónicas. Por otro lado, cabe destacar que Burgos  se unirá en 2015 a la Red Europea de Ciudades Napoleónicas, tal y como anunció el propio Gómez el pasado mes de septiembre tras participar en Vitoria en el congreso de esta red. «Se busca generar un ruta turística a partir de aquellos lugares que tuvieron importancia durante la invasión napoleónica», recuerda. Con este fin, el Ayuntamiento ya ha destinado una partida de 2.000 euros.

Otra iniciativa complementaria, aunque sigue sin cuajar, es la de la instalación de un parque de cuerdas y tirolinas, que se ha vuelto a retrasar ahora por un recurso contra su gestión.

Lo que sí preocupa a día de hoy son las noticias que han salido a la luz en los últimos meses en cuanto a la proliferación de botellones y asimismo al cierre y el mal estado en el que se encuentra el Mirador del Castillo (restaurante). Muchos son los que no entienden cómo se ha cerrado sin haber previsto con antelación su continuidad. Y es que cualquier actividad de hostelería en lugares emblemáticos como Fuentes Blancas o el propio Castillo, alejados del centro y aislados, son siempre una garantía de tranquilidad y seguridad para la ciudadanía.

Yaunque es cierto que ya hay pliego para contratar al futuro adjudicatario, éste tendrá que hacer frente a los al menos 110.000 euros en los que se han valorado las obras necesarias en el local debido sobre todo a los problemas de filtraciones que sufre.

Pero si hay algo que parece olvidado es que desde 1999 no se ha destinado ni un céntimo a continuar con las excavaciones de los subterráneos del castillo, un mundo aún a medio descubrir y mucho más sugerente, en especial para los burgaleses de cierta edad que han afirmado haber entrado en las galerías del castillo y haber llegado al río o al entorno de la Catedral. Tampoco ha merecido atención alguna el mantenimiento de lo excavado, pese a que en alguna ocasión se ha puesto de manifiesto el mal estado del conjunto subterráneo.   

Todo ello sin olvidar que el pasado 2 de diciembre este periódico publicó un hecho histórico:la ciudad ha registrado a su nombre la fortaleza 100 años después de haberla recibido en cesión  por el Ramo de Guerra.