El pueblo toma la calle

AGENCIAS
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Miles de personas se manifiestan en Atenas lanzando proclamas tanto a favor como en contra de las políticas de austeridad propuestas por los acreedores internacionales

 
Miles de ciudadanos griegos salieron ayer a las calles de Atenas para manifestarse tanto a favor como en contra de las medidas de ajuste que los acreedores internacionales exigen a Grecia. Así, frente al Parlamento, se congregó la marcha para rechazar las políticas de austeridad y en respaldo de la línea sostenida por el Gobierno del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE). Mientras, delante del antiguo estadio olímpico de la capital, el Panatinaico, se manifestaron quienes defendían ceder ante la troika para lograr un compromiso que le asegure al país la permanencia en la eurozona. 
«Nos quedaremos en Europa», fue el lema de esta última marcha. Un sector que apuesta por votar por el sí en el referéndum que se celebrará mañana y que desea que Tsipras llegue a un acuerdo con los acreedores y no abandone el euro. Quienes defienden el no, en cambio, rechazan las medidas de ahorro, por lo que salieron a la calle para gritar: «¡Basta de austeridad!». 
El Ejecutivo posicionó fuertes unidades policiales en la ciudad para evitar posibles disturbios entre los grupos congregados. Sin embargo, las marchas transcurrieron con relativa calma, a excepción de la intervención que las Fuerzas de Seguridad se vieron obligadas a realizar para controlar a unos 200 radicales que intentaron boicotear la manifestación a favor del no lanzando objetos incendiarios, y que fueron repelidos con bombas cegadoras. 
 
LOS SONDEOS. Mañana los griegos deben decidir si respaldan o rechazan las medidas de reforma exigidas por los acreedores internacionales a cambio de un próximo tramo de ayudas para el país. Pero, a falta de solo unas horas para que se celebre la consulta, la sociedad helena se muestra dividida entre ambas opciones.
Por el momento, el sí y el no están inmersos en una ajustada carrera hacia el referéndum que sacará a la luz si Grecia apoya la receta de la troika para solucionar sus problemas financieros, de modo que serán los indecisos quienes decanten la victoria. 
Los últimos sondeos difundidos sobre la intención de voto dan al sí una ligera ventaja. La consultora ALCO la sitúa en 1,4 puntos por encima del no, mientras que Proto Thema reduce el margen a seis décimas y GPO a cuatro. 
Un 44,8 por ciento de los entrevistados respaldaría las reformas propuestas por los acreedores, mientras que un 43,4 por ciento las rechazarán, tal como recomienda Tsipras. Mientras, un 11,8 por ciento de los consultados todavía no se habría decidido. 
En cambio, otra encuesta publicada horas después por el diario griego AVGI dio al no como ganador con un 43 por ciento frente a un 42,5 por ciento para el sí. 
Así las cosas, los indecisos, que oscilan según todos estos sondeos entre el 11 y el 6 por ciento, serán quiénes decidan el resultado. 
El primer ministro heleno plantea el referéndum como una forma de que los griegos le den su respaldo en las negociaciones con el eurogrupo, pero las instituciones comunitarias alertan de que esta postura podría llevar a la ruptura de Atenas con Bruselas.