Un Gauguin de oro

AGENCIAS
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La pintura más cara del mundo '¿Cuándo te casarás?', obra del genio francés y vendida por 265 millones de euros, puede visitarse durante el verano en el museo madrileño Reina Sofía

Las tahitianas más famosas del mundo ya están expuestas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid hasta el próximo 14 de septiembre. La obra de arte Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás?), de 1892, uno de los lienzos más famosos del artista francés Paul Gauguin, cuya venta alcanzó la cifra más alta de la Historia, ha llegado esta semana a la pinacoteca española, donde se presentó ayer ante una gran expectación por parte del gran número de medios de comunicación que han acudido, algunos de ellos pendientes por conocer detalles como la cifra y el destino de dicha obra. Sin embargo, el coleccionista Ruedi Staechelin, poseedor de los cuadros que se muestran en la exposición Coleccionismo y Modernidad. Dos casos estudio: Colecciones Im Obersteg y Rudolf Staechelin, a la que se incorpora esta pieza, no ha querido desvelar ningún dato sobre esta operación, que tuvo lugar el pasado mes de febrero. 
 Según informaron entonces varios medios extranjeros como The New York Times o la cadena BBC, la obra se subastó por 265 millones de euros, una cifra que hasta la fecha no ha sido desmentida, por lo que, de ser cierto, se convertiría en la pieza más cara del mundo, por encima de Los jugadores de cartas, de Paul Cézanne, por el que la familia real de Qatar pagó 228 millones de euros. 
 Staechelin no cedió a la insistencia de los periodistas durante la presentación: no ha confirmado el precio final, pero tampoco lo ha desmentido ni ha querido dar una cifra aproximada. Además, no reveló la identidad del comprador, pero aseguró que allá donde vaya «será exhibido». 
 El coleccionista heredó esta obra de su padre, aunque fue su abuelo quien lo adquirió por 18.000 francos suizos, «menos de lo que se paga ahora», según bromeó, al tiempo que ha destacado que «no es el cuadro más valioso», puesto que solo el Guernica, de Picasso, que alberga el Reina Sofía, es más importante. 
En este sentido, y al ser preguntado acerca del precio definitivo de la obra, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, señaló que el coste, la más importante que atesora el museo español, tiene un valor incalculable. De hecho, apuntó que en un momento se trató de cuantificar y finalmente se decidió que fuera cero, es decir, que «no tiene precio». 
 Por ello, Staechelin propuso «ver el cuadro y no solo dólares colgados en la pared». «Esto es arte, no inversión ni especulación», destacó, además de añadir que «mi familia no necesita el dinero». 
 
Un paisaje idílico. Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás?), pintado por el artista francés durante su estancia en Tahití, donde llegó un año antes, se incorpora de esta forma a una de las exposiciones que el centro ha organizado con fondos del Kunstmuseum Basel, que ha cerrado sus puertas para realizar obras de remodelación en su estructura. Este óleo es una de las obras fundamentales que Gauguin realizó en la Polinesia y en él aparecen dos figuras femeninas sensuales situadas en un paisaje idílico con las que, según sostienen algunos expertos, el artista francés proyecta aquí su imaginario europeo en un paraíso polinesio que, bajo el imperio de Francia, había perdido su inocencia hace tiempo. 
 Tras su paso por el Reina Sofía, las obras que forman parte de la colección de Staechelin que se exponen ahora en Madrid viajarán a Washington, donde se mostrarán en la Colección Phillips. Según indicó, no sabe muy bien qué pasará después de esta muestra y afirmó que está «abierto» a volver a Basilea. 
Staechelin sostuvo, además ,que la colección ha cambiado su estructura legal, convirtiéndose en un trust con tres inversores: el propio coleccionista, Martin Paisner, de Londres, y Carlyn McCaffrey, de Nueva York. «El arte perdura en el tiempo, aunque la colección no lo haga», manifestó Staechelin, quien admitió su tristeza por desprenderse de una obra así, aunque explicó que de esta forma se rinde homenaje al «gran hombre» que fue su abuelo, quien fue una gran «inspiración» y que tuvo que desprenderse de algunas obras a lo largo de su vida. Un ejemplo fue la venta de dos Picassos que adquirió la ciudad de Basilea después de preguntar a los ciudadanos en un referéndum si querían que formaran parte del museo. La respuesta fue afirmativa.