La Arandina cayó derrotada ayer en Guijuelo (2-0) ante un rival en horas bajas que volvió a la senda de la victoria tras cuatro partidos perdiendo. Con este resultado, los ribereños pasan a ocupar el puesto de promoción de descenso a Tercera División.

Pese a la derrota, los de Javier Bermúdez contaron ayer con opciones como para haber salido vivos del Municipal de Guijuelo. Si bien es cierto que su inicio no fue bueno, entre otras cosas porque cuando tan solo se habían disputado cuatro minutos, los salmantinos tuvieron en las botas de Raúl Ruiz su primera ocasión, muy clara además, que desbarató Diego, el mejor de los suyos. El meta ribereño aguantó muy bien en el mano a mano y evitó el 1-0.

Los salmantinos se hicieron con el control del partido en los compases iniciales, sabedores de que tenían que imponer su ley ante su público para decir adiós a la nefasta racha que llevaban, pero con el paso de los minutos, la Arandina fue equilibrando la balanza poco a poco. De hecho, al cuarto de hora de juego los visitantes avisaron por primera vez por medio de Fran Adeva, uno de los más activos, en una acción que Ramiro solventó con acierto.

Ninguno de los dos equipos daba un paso atrás. Poco después fue Aitor Aspas, que estuvo muy activo y generó muchos quebraderos de cabeza a la defensa visitante, el que la tuvo, pero se encontró de nuevo con Diego. En el lado contrario, Kike Royo intervino ante Carlos . Los porteros estaban siendo protagonistas y todavía lo iban a ser mucho más un poco más adelante. 

El propio Kike Royo desbarató una nueva ocasión de Fran y al final de la primera mitad aún tuvo que lucirse un poco más. Lo hizo con un éxito tremendo para el equipo salmantino, porque la Arandina gozó de un penalti del que fue objeto Fran, pero Royo acertó las intenciones de Gonzalo y salvó a su equipo.

Se dice que quien perdona lo paga y la Arandina perdonó mucho y lo pagó en exceso poco después, porque a los tres minutos de la reanudación el Guijuelo se adelantó en el marcador por medio de Aitor Aspas. El tanto dio tranquilidad a los locales que, no obstante, se calmaron en exceso y bajaron mucho el ritmo del partido. 

Pocas cosas sucedían hasta que llegó la desgracia definitiva para la Arandina, un golpe del que ya no iba a poder recuperarse. Gordillo se internó en el área y, con un poco de suerte, se llevó la pelota. Entonces fue trastabillado por Diego, al que seguramente el colegiado le perdonó la expulsión, y el trencilla no tuvo más remedio que señalar el punto de penalti. Jonathan Martín acudió puntual a su cita con la ejecución de la pena máxima y aunque la transformó, a punto estuvo el propio Diego de detener este lanzamiento.

Los dos goles de diferencia y los poco más de veinte minutos que quedaban por delante se hicieron una montaña para la Arandina, que no tuvo capacidad de reacción ya. Eso sí, Pajarero estuvo cerca de recortar las diferencias con un buen remate en una acción de estrategia que Royo desbarató a las mil maravillas. 

En el lado contrario, Diego también tuvo que seguir trabajando porque el Guijuelo contó con varias opciones más de gol, de las que ninguna entró. Ni siquiera una genial acción de Néstor Gordillo, que picó el balón por encima del cancerbero burgalés cuando ya estaba todo decidido y su lanzamiento se encontró con el larguero, evitando así el tercer tanto. 

La Arandina se volvió a casa de vacío y no conoce la victoria en las últimas tres jornadas, una racha que intentará cortar la próxima semana ante el Cacereño.