La lista de espera para operarse se multiplica por tres en un año

Angélica González / Burgos
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5.756 pacientes. El segundo trimestre de 2012 alcanzó esta cifra mientras que en 2011 y durante el mismo periodo, las personas pendientes de ser intervenidos fueron 2.119.

El traslado al HUBU y el fin de la concertación y las peonadas son las razones de esta situación. - Foto: DB

A fecha del 30 de junio, un total de 5.746 burgaleses estaban a la espera de ser llamados para pasar por el quirófano, según los datos publicados por el Sacyl. Se trata de una lista de espera que prácticamente triplica la del año 2011 en el mismo periodo de tiempo (los meses de abril, mayo y junio), que tenía 2.119 personas, y, si se tiene en cuenta que en julio y agosto se ralentiza la actividad quirúrgica, la cifra bien puede haber llegado a multiplicar por tres la del año pasado. El tiempo medio que toca estar pendiente para operarse también se ha disparado de 43 a 107 días y de un único paciente que llevaba en 2011 más de 365 esperando una intervención se ha pasado a 156.

Por especialidades, la más afectada por este retraso es Traumatología, que a finales de junio tenía 1.888 pacientes esperando. Le siguen Cirugía General y del Aparato Digestivo (con 834), Cirugía Plástica (614), Oftalmología (610), Urología (532), Otorrinolaringología (475), Ginecología (351), Cirugía Pediátrica (255), Cirugía Vascular (119) y Neurocirugía (65).

La Consejería de Sanidad ofrece también datos sobre el tiempo que pasa entre que se toma la decisión de hacer una intervención quirúrgica hasta que ésta se lleva a cabo. Y lo hace por tramos: de 0 a 90 días, de 91 a 180, de 181 a 365 y más de 365. En todos ellos las cifras de 2012 dejan pálidas a las del año anterior: En el primero pasan de ser 1.902 a 3.194 pacientes; en el segundo, de 213 a 1.530; en el tercero, de 3 a 866 y en el último, de uno a 156.

Las razones de tan espectacular crecimiento no han querido ser explicadas por los responsables de la sanidad burgalesa y el argumento que se esgrime es que estas cifras «nunca se comentan». No obstante, el delegado de la Junta, Baudilio Fernández Mardomingo, no tuvo inconveniente en ofrecer las que, a su juicio, son las causas de esta situación: «La supresión del concierto con el Hospital Recoletas y que para el traslado al nuevo hospital hemos tenido la cirugía reducida a los mínimos de urgencias y Oncología». A su juicio, se ha tocado techo y cree que a partir de septiembre se empezarán a recuperar las cifras porque se pasará de ocho a catorce quirófanos y porque el aumento de jornada incrementará las horas trabajadas por los cirujanos: «A fin de año las cosas estarán mejor».

Para el presidente del Sindicato de Médicos, Fernando García Picón, la razón está muy clara y tiene que ver con los recortes que se están aplicando a la sanidad: «Se está terminando con la autoconcertación (las llamadas peonadas, es decir intervenciones realizadas por la tarde por los médicos del sistema público que se cobran aparte) y también con la concertación con otros hospitales y no se sustituye a ningún profesional tanto si está fuera por vacaciones o participando en algún congreso».

Picón asegura que la situación de la sanidad en Castilla y León es «absolutamente caótica» y que los recortes en sueldos y prestaciones «irán a más». Aún así, se muestra reticente a realizar una convocatoria de huelga, como ya ha avanzado su sindicato ‘hermano’, el Satse, que representa a la Enfermería. Considera García Picón que aunque esperarán a septiembre para ver cómo se suceden los hechos (la semana pasada los sindicatos se levantaron de la mesa sectorial por ser convocados por la Consejería de forma urgente y sin ningún tipo de documentación para abordar nuevos recortes) está muy complicado pedir a los profesionales que vayan a la huelga: «Hay mucha gente que ya ha perdido el 25%  de su sueldo y que está absolutamente preocupada por cómo va a salir adelante así que es difícil pedir que se pierdan más cantidades por días de huelga».

El jefe del servicio de Cirugía General, Juan Luis Seco, achacó también al abandono de las peonadas y la concertación y al traslado el incremento de la lista de espera pero incluye otro elemento, que es el nuevo sistema por el que los pacientes se incorporan a la lista en el momento en el que cirujano decide que va a operarlo y no, como antes se hacía, cuando se le realizaban las pruebas de anestesia previas al quirófano.

En el caso de Cirugía Pediátrica, históricamente uno de los servicios con menos lista de espera,  uno de sus médicos, Gustavo Lorenzo, justifica el hecho de que se les hayan acumulado 255 pacientes al traslado de hospital y confía en que al tener un quirófano propio y al organizar el trabajo la situación se normalizará: «Es difícil hacer una valoración objetiva. Cuando esté todo organizado bajará la lista». En cualquier caso, asegura que estos pacientes tienen siempre patologías banales y que, incluso, se da el caso de que son avisados para operarse en verano y declinan la oferta por estar de vacaciones.