El ocio, clave en la inclusión

Samanta Rioseras / Aranda
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Arranca el Centro de Iniciativas de Personas con Discapacidad de Asadema centrado en el tiempo libre de los usuarios de la entidad

 
Entre terapias, talleres y clases de formación, la ocupación del tiempo libre de las personas con discapacidad se ha relegado durante años a un segundo plano. Una situación a la que Asadema ha decidido poner fin con la creación del Centro de Iniciativas de Personas con Discapacidad (CIDI). «Es una especie de club de ocio pero que abarca mucho más: actividades con familiares, reuniones más personalizadas, cursillos», apunta la responsable de este nuevo servicio, Miriam Martínez, quien indica que la importancia de todas estas iniciativas recae en los propios usuarios. «Se organizan en función de lo que ellos demandan, de lo que les interesa y lo que quieran hacer».
Todo se centraliza en su nuevo local, ubicado en la calle Sulidiza. Un lugar en el que ya han comenzado a impartir, entre otras, sesiones de zumba. «La acogida ha sido muy buena y estamos a punto de sacar un nuevo turno». También sirve de pista de baile para el grupo de jotas y como sala de reunión para encuentros que no responden a un horario establecido. «Aquí pueden venir a celebrar su cumpleaños, fiestas temáticas o, simplemente, venir a ver una película», explica. 
Al enfocarse directamente al ocio, este espacio también se pone a disposición de los usuarios los fines de semana. «Al contrario que al resto de la sociedad, a nuestros usuarios estos días se les hacen muy largos y están deseando que llegue el lunes para volver a reencontrarse con sus amigos», apunta, resumiendo el principal motivo que les empujó a crear este club de ocio. «Tratamos de facilitar su encuentro los sábados y domingos porque les cuesta más juntarse que a otras personas».
 
NORMALIZAR. El centro constituye, además, un punto de encuentro pues desde aquí parten todas sus quedadas. «No nos limitamos a relacionarnos entre nosotros. Una fin de semana al mes salimos fuera de la asociación. Cosas tan simples como salir a dar un paseo, ir al cine o ir a tomar el vermut o un café». 
Del mismo modo, organizarán excursiones fuera de Aranda para visitar centros comerciales en Valladolid o ver la iluminación navideña de Madrid. «Al final solo se trata de hacer lo que hacemos todos, de normalizar su ocio». Con estas sencillas acciones, asegura, han logrado que los fines de semana tengan sentido para sus usuarios. «Ahora tienen ganas de que llegue», asevera.
Aunque, recuerda, siempre han prestado atención al tiempo libre de las personas con discapacidad intelectual, el club de ocio les permite  avanzar en su inclusión. De hecho, cree que iniciativas como estas suponen un punto de inflexión en los servicios prestados por las asociaciones asistenciales. «Reivindicamos el ocio como parte fundamental del bienestar físico y mental». También para los familiares a los que ofrecen participar en talleres de aquagym o en grupos de costura.
Volcados con el ocio, no pueden dar la espalda al deporte. Disciplina con entidad propia en la asociación donde se enmarca el Club Doncell. Petanca, esquí, baloncesto, fútbol, campeonatos de pruebas adaptadas o marchas son algunas de las practicadas. «Participan en varios campeonatos y casi siempre ganan. Ya nos da hasta vergüenza», comenta, risueña.
Con un buen número de seguidores, el balonmano ocupa un puesto destacado. «Muchos siempre van a ver al Villa de Aranda». Apoyo que el equipo trató de devolverles el miércoles pasado con la donación de la recaudación de las entradas y de una rifa organizada en el descanso en la que, además, les tocó el jamón.